Unas 200.000 personas despidieron este miércoles a Benedicto XVI en su último acto público en el Vaticano antes de dejar de ser papa, en el que dijo que su pontificado ha tenido momentos "difíciles" y que su renuncia no significa volver a la vida privada, ya que "no abandona la cruz".
El papa aseguró que "no abandona la cruz"
En su última audiencia el sumo pontífice advirtió: “Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino suya y no la deja hundirse”