El papa Francisco experimento una “clara mejoría” pero sigue hospitalizado

"La pasada noche también transcurrió tranquilamente", dijo este viernes por la mañana una fuente de la Santa Sede.

El jueves por la noche, el equipo médico que atiende al Sumo Pontífice de 86 años se mostró tranquilizador respecto a su salud.

El tratamiento antibiótico "produjo los efectos esperados" y el Papa podría ser dado de alta "en los próximos días", afirmó el informe médico.

El último comunicado de la Santa Sede, emitido anoche, informa que a Francisco se le diagnosticó una bronquitis de base infecciosa –cuando hasta entonces se mencionaba que una "infección respiratoria"– y está recibiendo antibióticos por vía intravenosa.

La terapia "produjo los efectos esperados con una notable mejoría de su estado de salud", indicó el portavoz vaticano.

Según la evolución prevista, el Papa "podría ser dado de alta en los próximos días"

El jueves, el Vaticano aseguró que Francisco estaba mejorando y que ya podría “volver al trabajo". Este mismo viernes, desde la Santa Sede se informó que el propio Francisco pensaba salir dado de alta el sábado. Sin embargo, su participación en las celebraciones de Semana Santa es incierta, empezando por la misa del Domingo de Ramos prevista para este próximo fin de semana y que marca el inicio de las celebraciones de la Pascua cristiana.

Según la prensa romana, la intención de la Santa Sede es que, si Francisco no puede oficiar los ritos desde el altar, pueda, al menos, estar presente en los mismos y presidirlos, una vez recibida el alta médica.

Según esas versiones, el pontífice podría impartir ese mismo día la tradicional bendición "Urbi et Orbi" desde la logia central de la basílica de San Pedro.

El Papa, que sufre problemas crónicos de salud y se desplaza en silla de ruedas debido a dolores en la rodilla por su artritis, está hospitalizado en el departamento privado reservado a los pontífices desde los tiempos de Juan Pablo II en el décimo piso del hospital universitario Gemelli de Roma.

Francisco se sometió el miércoles a "controles médicos" tras sufrir en los días anteriores "dificultades respiratorias". Estas pruebas "pusieron de manifiesto una infección respiratoria" que obligó a su ingreso, había indicado un portavoz de la Santa Sede.

En Twitter, el pontífice dijo el jueves estar "conmovido por los numerosos mensajes recibidos" y expresó "su agradecimiento por la cercanía y la oración".

Entre los mensajes de las últimas horas está el del presidente estadounidense Joe Biden, que es católico, y el de su esposa Jill.

"Jill y yo tenemos presente al papa Francisco en nuestras oraciones, y le enviamos nuestros mejores deseos de una pronta y plena recuperación", escribió Biden en Twitter. "El mundo necesita al papa Francisco", añadió.

La hospitalización sorprendió a la opinión pública porque el miércoles Francisco participó con total normalidad en la tradicional audiencia general en la Plaza de San Pedro, durante la cual apareció sonriente, saludando a los fieles desde su "papamóvil".