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El primer desembarco de los colorados en un ambiente “claramente hostil” para defender la LUC
Unas 80 personas hacían cola en la noche de este jueves esperando la apertura del tablado de la Plaza 1° de Mayo. Cayó la Cabra, La Trasnochada, A la Bartola, Queso Magro y Asaltantes con Patente formaban parte de una grilla que prometía.
Mientras los primeros espectadores esperaban pacientemente que las puertas se abrieran, un grupo de jóvenes permanecía discretamente bajo un gazebo rojo ubicado a escasos metros. “Cielo de un solo color”, la emblemática canción de No Te Va Gustar, sonaba en un altavoz con su pedido de “ay celeste, regalame un sol”.
Para algunos de los vecinos que se acercaban, el motivo de la presencia de esa música recién se reveló cuando los jóvenes desplegaron los carteles de tono celeste con la frase “No pares el cambio”, en cuyos bordes inferiores se exhibía, sobre fondo rojo, un inconfundible clavel.
El Partido Colorado implementaba así su primer “desembarco” para defender la ley de Urgente Consideración (LUC) en un terreno “árido” para la histórica colectividad: el Carnaval. O en palabras del diputado Felipe Schipani, uno de los dirigentes que encabezó esta primera movida, “la boca del lobo”.
Respetuosas negativas
Antes de empezar, el legislador avisó: “La idea es aprovechar la convocatoria y el movimiento que genera el Carnaval y tratar de convencer a la mayor cantidad de gente posible. Veremos qué éxito tenemos”, dijo a El Observador.
La fría respuesta no dio lugar a muchas sorpresas.
Los colorados comenzaron a repartir el “volante institucional” partidario, que define a la LUC como una “muy buena ley”, que “demostró tener resultados muy positivos” dando soluciones a los uruguayos”.
"Ninguno de los males que auguraban los impulsores del referéndum sucedieron”, se asegura en el folleto. Se dice que la ley promovió una mejor educación, una sociedad más segura, junto con cuentas públicas ordenadas y el derecho a la libertad financiera, para que así cada persona “pueda decidir cómo recibe su salario”.
El material también destaca la transparencia en el mercado de combustibles –“ahora, UTE y Ancap están obligados a explicitar sus costos internos”–, la protección del derecho al trabajo y la instauración de un mejor régimen de adopciones, junto al acceso a la vivienda, la protección a la libre circulación y la portabilidad numérica.
Los colorados reivindican haber desempeñado un rol central en estos avances. “Trabajamos mucho el cambio”, afirman, con una exhortación a “continuar cambiando”.
Pero los dirigentes no encontraron en el público carnavalero de la noche del jueves precisamente un electorado cautivo al que entusiasmar con el papel del partido en la redacción de las normas que se impugnarán el próximo 27 de marzo.
La mayoría de los ofrecimientos terminaron en cambio en una respetuosa negativa. Algunas personas amagaron aceptar los volantes, pero se arrepentían cuando averiguaban de qué se trataba.
“Estoy con el Sí”, aclaró un joven al eludir el ofrecimiento. “Ya me dieron, gracias”, optó por responder una señora.
Arriba del escenario, mientras tanto, el espectáculo daba señales de estar por comenzar, y con publicidad en favor de la derogación. “El 27 vota por sí, para seguir defendiendo la educación del pueblo”, pedía uno de los anuncios que precedieron a la actuación de las murgas.
“Correte para el costado”, pedían en tanto los organizadores a los militantes por el No, que se habían ubicado en la puerta del predio interceptando a todas las personas que entraban.
Schipani admitió que el Carnaval representa un ambiente “claramente hostil” ya que, a priori, muchos de su seguidores son del Frente Amplio. Además, remarcó que la mayoría de los conjuntos se muestran hoy “muy combativos” contra el gobierno.
“De todas formas, estoy convencido de que a mucha gente que le gusta el Carnaval no tiene el voto particularmente decidido. La idea es conversar con ellos”, aseguró.
Mano a mano
Los colorados tuvieron competencia. Con un chaleco rosado identificado con el Sí, un militante se ubicó junto a ellos y empezó a repartir rápidamente otros volantes, que exhortaban a votar por la derogación.
Se identificó como Gustavo, un “simple trabajador del Hospital de Clínicas”, que remarcó la necesidad de informar a la población ante el “importante ocultamiento” por parte del gobierno de lo que verdaderamente significa la LUC.
El material que difundía no dejaba lugar a dudas. “Votá en defensa propia”, pedía uno de los volantes, que también advertía que el voto en blanco equivaldrá a votar por No a la derogación.
La aplicación de la LUC “hizo aumentar 30% los combustibles” aseguraba otro folleto, firmado en ese caso por la Federación Ancap.
“¿Cómo le va, amigo?”, lo saludó el diputado Sebastián Sanguineti, uno de los más activos entre los colorados a la hora de intentar entregar volantes, y conforme con los resultados de esta primera jornada. “La gente ha sido muy receptiva”, aseguró.
Si bien admitió que el perfil de los concurrentes al Carnaval no comulga con su partido o la coalición, Sanguinetti precisó que su “obligación” es “defender esta ley e informar a la población”.
De la jornada también participó el diputado Conrado Rodríguez, que destacó la importancia de que el partido esté presente en todos los ámbitos para remarcar los “beneficios” de la LUC y los motivos por los que los 135 artículos impugnados deben permanecer vigentes. “Va a haber gente que no te agarre un volante, pero habrá otros que, más independientes, querrán tener más información”, dijo. “Por eso, tenemos que estar”.
“Va a haber gente que no te agarre un volante, pero habrá otros que, más independientes, querrán tener más información”, dijo. “Por eso, tenemos que estar”.
Los colorados piensan insistir. Ya programan su presencia en otros escenarios, como el Velódromo Municipal y el Teatro de Verano.
