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El producto bruto chino registra su peor performance desde 2020
Después de varios meses de un estricto confinamiento para impedir la propagación de la Covid 19, la economía china ha registrado su peor performance de los últimos dos años, ya que el producto bruto interno en el primer trimestre creció solamente un 0.4 % comparado con igual trimestre del año pasado, de acuerdo con cifras del departamento nacional de estadísticas. Esta cifra está lejos del 1 % esperado por analistas oficiales y privados.
Los números económicos del primer trimestre conforman la peor performance desde el primer trimestre de 2020, momento en que la economía estuvo virtualmente detenida a causa de la pandemia originada en Wuhan. En ese primer trimestre, la economía se contrajo un 6.8 %.
El vocero del departamento de estadísticas, Fu Linghui, expresó en una conferencia de prensa que se esperaba que la economía rebotara en el segundo trimestre si se superaban los desafíos para alcanzar las metas de crecimiento para todo el año.
Las autoridades económicas chinas se enfrentan con dificultades para mantener el nivel de actividad por la aguda desaceleración causada por la estricta política oficial de cero-Covid, que impacta sobre el sector privado y especialmente en el inmobiliario, cuya crisis está causando aumento de deudas con los bancos y protestas sociales.
Desde marzo, la política china de cero-Covid prácticamente clausuró docenas de ciudades, incluyendo a Shangai, el nudo comercial y financiero del país, encerrando en sus casas a millones de habitantes, lo que implicó una drástica caída del consumo y la interrupción de las cadenas de suministros.
A comienzos de julio las autoridades comenzaron a reabrir la economía, levantando algunas restricciones. Desde entonces, los servicios y la industria muestran signos de reanimación, pero la permanencia de las restricciones generales por el Covid, generan dudas e incertidumbre entre empresarios e inversores. El consumo se mantiene en niveles bajos y el desempleo entre los jóvenes alcanzó el 19.3 % en el mes de junio.
Según Fu Linghui, la economía sumó a las dificultades de orden interno causadas por la pandemia, factores inesperados de orden externo, especialmente el aumento de precios de los alimentos y de la energía. Los riesgos de una estanflación global también amenazan la estabilidad de la economía china.
Si bien las autoridades confían en que habrá una recuperación en el segundo semestre, hay que tener en cuenta, según Chaoping Zhu, estratega de JP Morgan, que para llegar a un aceptable crecimiento del 5 % anual es necesario que la economía se acelere al 7 % en el segundo semestre, lo que sólo se lograría con una política de importantes estímulos al crecimiento.
Sin embargo, las perspectivas parecen ser mejores en algunos sectores específicos de la economía. Minería y manufacturas, por ejemplo, crecieron 0,9 % comparadas con el segundo trimestre del año anterior. También las ventas minoristas mejoraron su performance con un crecimiento del 3.1 %, ayudadas por un salto en la venta de autos y la política oficial de apoyo a los automóviles eléctricos. La producción industrial también aumentó. En este caso registró un avance interanual del 3,9 % en junio.
El panorama, no obstante, es sombrío en el sector de bienes raíces, donde la inversión cayó un 9,4 % en junio después de una contracción del 7.8 % en mayo, de acuerdo con los cálculos de la empresa Macquarie Capital, basados en información oficial.
La caída de las ventas en el sector inmobiliario genera problemas de liquidez para los desarrolladores por la morosidad en los pagos hipotecarios, dinámica que causa inquietud en el sector empresario y protestas de propietarios imposibilitados de afrontar sus deudas con los bancos. Un gran número de proyectos han sido demorados o cancelados por falta de crédito, al tiempo que miles de casas y edificios sin terminar evidencian la profundidad de la crisis del sector.
