Luego de alternar su lugar de residencia y de trabajo en ámbitos rurales y otros ciudadanos, hace 20 años Luis Fresia y su señora María Silva decidieron afincarse definitivamente en el campo y dedicarse a la horticultura. El motivo no fue exclusivamente comercial. Lo hicieron para darle la mejor calidad de vida posible a sus hijos, que acababan de nacer. Hoy, curiosamente, ambos están en Montevideo: Axel trabaja como panadero y Mikaela estudia ciencias sociales. Y, al menos por el momento, no quieren saber nada con la granja, algo que suele suceder en el sector.
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