El exitismo del gobierno de Argentina por haber logrado un principio de acuerdo con sus mayores acreedores de bonos, el martes 4, es una reacción de realismo mágico de la que se alimenta el relato peronista y que siempre termina en una tragedia. Es comparable a la actitud de un equipo de fútbol que cree posible ganar un partido que va perdiendo por goleada porque en el cuarto del final del partido logra convertir un gol.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá