Entre los asistentes se encontraba un fotógrafo de la agencia Associated Press (AP), Burhan Ozbilici, quien al principio, desorientado, llegó a pensar que lo que veía era una representación teatral. Sin embargo, reaccionó rápidamente y comenzó a fotografiar el asesinato a sangre fría. El camarógrafo, en tanto, atinó a ampliar el plano de toma de la cámara y salió del lugar.
"Estaba asustado y confundido, pero encontré un escondite parcial detrás de una pared e hice mi trabajo: tomar fotografías", dijo Ozbilici en un artículo redactado en primera persona y publicado por AP. En su crónica explica que "parecía un evento rutinario más", pero pronto se dio cuenta que se trataba de otra cosa. "Un asesinato frío y calculado que se desarrollaba frente a mí y a otros testigos que, aterrados, comenzaron cubrirse", dijo y recordó haber sentido al menos ocho disparos.
El fotógrafo no pensaba cubrir el evento ese día, pero finalmente lo hizo porque le quedaba de camino a su casa. Terminó captando el momento en que el policía turco Mevlüt Mert Altintas disparó sobre el embajador, gritando consignas relacionadas a Alepo.
"El cuerpo del embajador estaba en el suelo a unos pocos metros de mí. No pude ver nada de sangre a su alrededor, creo que pudo haber recibido un disparo en la espalda. Tardé unos segundos en darme cuenta de que una vida había desaparecido ante mis ojos", escribió Ozbilici.
El fotógrafo buscó resguardo cuando el atacante comenzó a apuntar a quienes estaban en la exposición. Pudo ver cómo el policía caminaba alrededor del cuerpo del diplomático ruso e incluso cómo rompía alguna de las fotos en exhibición.
"Sabía que era peligroso que se volviera hacia mí, pero avancé un poco y fotografié al hombre mientras mantenía a sus rehenes cautivos", explicó Ozbilici.
Pocos segundos después el atacante fue abatido y se desalojó el salón. Solo cuando llegó a su oficina fue cuando el fotógrafo se dio cuenta que el atacante era quien había estado parado detrás del embajador durante todo su discurso. "Como un amigo o un guardaespaldas más".
Sus imágenes se convirtieron en icono de este asesinato y recorrieron el mundo, primero en internet y luego en las portadas de diarios de todo el mundo.
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