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El trabajo doméstico alcanzó el menor nivel de evasión de los últimos seis años

Creció la cantidad de trabajadoras registradas ante el Banco de Previsión (BPS) pese al deterioro general del empleo en los últimos cinco años
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20 de agosto de 2019 a las 05:02

Aunque el trabajo doméstico no estuvo ajeno al deterioro del empleo que se produjo en los últimos cuatro años, logró mejoras en formalidad con un aumento ininterrumpido en la cantidad de empleadas registradas en la seguridad social. Además, en 2018 alcanzó el menor nivel de evasión desde 2012.

Este lunes 19 fue el Día de la Trabajadora Doméstica, feriado pago para todas las empleadas. Por ese motivo, la Asesoría en Seguridad Social del Banco de Previsión Social (BPS) elaboró un estudio sobre el sector. La ley que regula el empleo se aprobó en 2006 y representantes de las amas de casa y del sindicato ya participaron en cinco de las siete rondas de los Consejos de Salarios.

El documento expresó que el trabajo doméstico remunerado presenta ciertas particularidades frente a otras formas de empleo. Explicó que “la relación laboral que se establece, a pesar de ser de carácter asalariado, por desarrollarse al interior de los hogares se encuentra medida por la convivencia cotidiana, lo que lleva a que se desdibuje dicha relación laboral y consecuentemente los derechos y deberes que se derivan de ella”.

A su vez, planteó que quienes emplean a las trabajadoras no son empresas, aunque se constituyan como tales a los efectos del registro y la aportación, por lo tanto, su accionar no está en función de una lógica y conocimiento empresarial.

Pese a eso, los datos relevados por la dependencia del BPS mostraron avances sobre cantidad de trabajadoras cotizantes y mejoras en los niveles de evasión.

Una muestra que el trabajo doméstico acompañó, al menos a nivel de formalización, el deterioro del empleo general se verificó en la cantidad de hogares que contratan personal.

En 2012 el 11% de los hogares tenía empleadas domésticas; en 2018 descendió a 8,7%. Pese a la caída se mantuvo el promedio de horas semanales contratadas, que fueron 16.

El segundo trimestre del año cerró con una tasa de desempleo general de 8,9% y una tasa de ocupación de 56,2%. Respecto a igual período del año pasado, se trata de una pérdida de 16.000 puestos de trabajo y un incremento de similar magnitud en el número de desocupados.Si se compara con el segundo trimestre de mayor ocupación en la historia reciente del mercado laboral uruguayo en 2014, se perdieron 58.000 puestos de trabajo en los últimos cinco años.

Por otra parte, el estudio relevó el peso del trabajo doméstico en el total del empleo femenino. En 2006, representaba el 17,6%, para bajar progresivamente a 15,2% en 2012 y a 12,8% el año pasado. El último dato muestra que 1 de cada 10 mujeres registradas en la seguridad social como trabajadora es doméstica.

Otro aspecto que consideró el estudio fue la evolución de los puestos cotizantes en la actividad privada y el servicio doméstico. Allí se observó que mientras la cantidad en el primer caso  desciende desde 2015, en el segundo el comportamiento fue el opuesto.

Desde 2006 hasta 2018 se produjo un aumento anual ininterrumpido en la cantidad de trabajadoras domésticas registradas en el BPS hasta llegar el año pasado a 76.657 cotizantes. El crecimiento de las empleadas entre el primer y el último año fue de 75,6%. A su vez, como consecuencia de ese incremento se verificó una caída de la evasión. En 2012 la evasión en el servicio doméstico fue de 51,7%; el año pasado se ubicó en 34,4%.

El informe del BPS sostuvo que con el paso de los años un “sector especialmente vulnerable, constituido especialmente en su amplia mayoría por mujeres, ha logrado el reconocimiento normativo de sus derechos, los cuales se equiparan al del resto de los trabajadores y trabajadoras”.

Expuso que “en Uruguay este proceso de reconocimiento normativo se da en el marco de la implantación de un conjunto de políticas que promovieron mejoras en las dimensiones del trabajo decente, junto a la reinstitucionalización de las políticas públicas de género”.

Igualmente indicó que “no obstante los avances consagrados por la ley, queda mucho por hacer”. En ese sentido, afirmó que “si bien se ha observado un progreso en la incorporación al mercado formal, así como un aumento en el salario real, todavía existe un importante déficit de trabajo decente en el sector signado por la evasión y la subdeclaración”.

Denuncias e inspecciones
El estudio realizó un repaso por fiscalizaciones que se realizaron desde 2017 hasta el año pasado en el servicio doméstico para verificar el cumplimiento de la normativa vigente. Informó que en 2007 el  organismo recibió 1.163 denuncias de trabajadoras. Desde ese año hacia adelante la cantidad fue cayendo hasta llegar en 2018 a 378.
El escrito mencionó que en el desglose por zona geográfica se observaron distintos comportamientos entre Montevideo e interior. En ese sentido, señaló que las solicitudes por denuncias de la parte trabajadora son minoritarias en el interior, oscilando entre el 15% y 42% del total en el período analizado.

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