El uruguayo que se sumergió en profundidades inéditas para pintar un cuadro bajo el agua

La reserva See Flowers, en el mar de los 7 colores, se encuentra amenazada por la contaminación, motivo del trabajo documental, de estudio y preservación de científicos de todo el planeta.

Blanco es un artista de Maldonado reconocido por tener un pincel y una traza definida, ha sido destacado internacionalmente por críticos del arte, debido a su carácter y estilo.

Ha participado en decenas de exposiciones nacionales e internacionales, y como embajador cultural de la ONU, en varias misiones de paz, interviniendo con su arte y su mensaje, en lugares como Egipto, la Antártida, Cannes, el Congo, Dubai, Inglaterra, Ruanda, Butembo, Brasil, Argentina, Paraguay, Chile, Ecuador, Colombia, España, y en Sinaí.

Es integrante de Chafalote Arte, museo al aire libre en el pueblo 19 de Abril del departamento de Rocha, y es posible encontrar su arte muralista en decena de lugares en todo el país.

El año pasado realizó un viaje tras los pasos del cubismo y el abstracto del artista malagueño Pablo Picasso, en el pueblo Vallauris, sur de Francia, donde tuvo contacto con su arte y legado, llegando a pintar en Madoura, taller donde Picasso se inició en el arte ceramista. 

Una vez finalizada la segunda guerra mundial, Picasso se instaló en este pequeño pueblo, pintando un palacio propiedad de los Grimaldi (casa real de Mónaco) donde paralelamente comenzó una gran etapa productiva, conocida como el período Vallauris (de 1947 a 1954,) realizando más de 600 piezas de cerámica. Este periodo creativo de cerámica y pintura se extendió hasta el final de sus días, falleciendo en 1973 en Mougins, a pocos kilómetros de Vallauris, en el mediterráneo francés.  

Para el artista Walter Blanco, transitar ese camino inspirador durante el año 2022, dio origen a una obra de colorimetría tridimensional de enorme impacto visual, que ha sido destacada por críticos del Rio de la Plata.

Invitado a participar en varias muestras en el 2024 y 2025, en América y Europa, ha sido recientemente convocado por un equipo documentalista de National Geographic, para capturar con su arte, la belleza de los corales del Pacífico colombiano, en peligro de extinción.

Un nuevo desafío apareció en la vida del artista uruguayo, que no dudo en aceptar, aunque tuvo que hacer un trabajo de preparación de 6 meses. Tomó clases de buceo en profundidad, perfeccionó su técnica y desarrolló mecanismos en un ambiente líquido, además de elaborar productos especiales para pintar bajo el agua. 

En diálogo con El Observador, recién llegado de Colombia, Walter Blanco explicó: "El reconocido buzo y fotógrafo náutico Luis Jorge Pérez, de extensa trayectoria submarina que ha trabajado para los principales canales como History Channel, Discovery, Nat Geo, y muchos más, me convocó para integrarme al equipo fotográfico y audiovisual con la idea de bajar a 5, 18 y 30 metros de profundidad".

"Lo que requería una preparación intensa y trabajar en una nueva técnica: pintar bajo el agua. Así que estuve investigando sobre texturas y creando pinturas biodegradables y amigables con el medio ambiente. Todo un desafío ya que no hay información internacional y uno se convierte en su propio profesor. En este momento es el trabajo de mayor profundidad realizado por un pintor en todo el planeta", afirmó.

Dijo también sentirse "feliz" de haber podido retratar la "impactante belleza submarina", con sus "diversos colores". Esto en un lugar del planeta que consideró "único". "Lamentablemente si no lo cuidamos, corre serio peligro de extinción, con el daño al ecosistema que eso podría significar", reflexionó. 

Sobre la técnica utilizada para pintar bajo el agua, Blanco puntualizó: "Lo primero que tuve que hacer fue probar varios lienzos que permitieran trabajar en condiciones adversas, hasta lograrlo en una superficie sólida. Lo segundo fue desarrollar una pintura que mantuviera los pigmentos y que no se disolviera con el agua, además de no agredir el medio ambiente, así que utilizamos productos biodegradables de origen vegetal".

"Luego, varias técnicas como el trazado con lápiz indeleble, pinceles adaptados para el trabajo submarino, espátula, y mucha luz. Porque a esa profundidad los colores se deterioran, principalmente hay que acostumbrar la vista. En profundidad, baja la intensidad y las distancias se acortan. Un trabajo de adaptación del ojo y del tacto, que tuve que ir haciendo paulatinamente, en diferentes inmersiones monitoreados por expertos buzos PADI (Professional Association of Diving Instructor, Asociación Profesional de Instructores de Buceo). Es un trabajo que llevó 6 meses de preparación, pero sobre todo aprender a moverse bajo el agua y trabajar con el equipo de inmersión hasta lograr la certificación PADI, que me permite bucear en cualquier parte del mundo, así que una vez certificado e integrado al equipo documental, pude descender y pintar a varias profundidades", contó.

"Cuando me lo propusieron no lo dudé. Es parte de un compromiso con el planeta y con el medio ambiente, que abracé hace mucho tiempo y me llevó a lugares muy lejos de mi país. He vivido experiencias nuevas con la exigencia de lograr un producto artístico, pero sobre todo, aportar mi granito de arena en el compromiso de entender temas sociales y medioambientales en donde mi pincel puede tener un mensaje y ser inspirador para otras personas", afirmó.

"He vuelto maravillado por un mundo desconocido y fascinante que está ahí abajo y es parte de nuestra vida. Si los arrecifes desaparecen, miles de millones de especies podrían desaparecer, con el impacto negativo que tendría en otras especies, en el ecosistema mundial y en la alimentación de la población. Así que he vuelto feliz de haber compartido esta experiencia de trabajo con este equipo internacional que tanto hacen por la preservación y la investigación".