El vocero de la Cancillería china pide “diálogo” y “negociación” a siete meses del conflicto

“Hacemos un llamamiento a las partes implicadas para que resuelvan la cuestión mediante el diálogo y la negociación”, sostuvo Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores en diálogo con los periodistas, según consigna la agencia AFP.

Lo más significativo es la oportunidad de esas palabras que buscan puentes cuando parecen clausurados a juzgar por la primera aparición televisiva de Vladimir Putin para toda Rusia en la cual hizo público el llamamiento a 300 mil reservistas en oportunidad de celebrar “el aniversario 1160 del nacimiento del Estado ruso”.

Casi en paralelo, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, el mandatario estadounidense señaló a Putin como el impulsor de una guerra destinada “a extinguir el derecho de Ucrania a existir como Estado y a existir como pueblo”.

En el medio de tanto discurso beligerante, de aumento del armamento entregado por Estados Unidos y los países de la OTAN a Kiev así como la movilización de reservistas rusos, aparece la segunda potencia económica del mundo haciendo un llamamiento a la paz.

Beijing, a través de este alto funcionario, reclama una solución “que tenga en cuenta las legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes” y hace un pedido a la comunidad internacional que “cree las condiciones y el espacio para ello”.

La postura china no cambió, aseguró Wang, “es coherente y clara”. Respecto al anuncio de los referéndums que se realizarán en Jarkov, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk entre el 23 y el 27 de setiembre dijo: “Creemos que todos los países merecen que se respete su soberanía e integridad territorial”.

Añadió “que deben observarse los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, que deben tomarse en serio las legítimas preocupaciones de seguridad de cualquier país y que deben apoyarse todos los esfuerzos que conduzcan a la resolución pacífica de la crisis”. Aunque el lenguaje diplomático chino es ambiguo queda claro, en este contexto, que Beijing toma distancia de la escalada propuesta por Moscú y, a la vez, reclama a Kiev que no se niegue al diálogo.

En ese sentido, cabe recordar que el conflicto de la llamada República del Donbás data de 2014, que Ucrania tiene un sistema unitario de gobierno y el ucraniano como única lengua oficial, lo cual impide negociaciones para las aspiraciones de las comunidades del este que son rusoparlantes y reclaman autonomía de Kiev.

Beijing mantiene desde el inicio de la guerra una cierta distancia con Moscú, pero, a la vez, no condena a Putin, no habla de guerra ni de invasión sino de “crisis”. Este ambiguo equilibrio hacia Rusia se sostiene en gran medida por los intereses geopolíticos y por los intereses energéticos de Beijing respecto del gas y el petróleo rusos.

Muchos observadores y analistas señalan, sin embargo, que la semana pasada en la cumbre de Samarcanda, Uzbekistán, se vio una nota disonante. En efecto, Putin reconoció las “preocupaciones” de China. “Comprendemos vuestras preguntas y preocupaciones”, dijo en presencia de Xi Jinping en una rueda de prensa durante el encuentro de la Organización de Cooperación de Shanghai.

La semana pasada, también en una aparición ante los periodistas en la Cancillería china, Wang Wenbin dijo: “Hacemos un llamamiento a las partes implicadas para que lleven a cabo un alto el fuego mediante el diálogo y la negociación y encuentren una forma de dar cabida a las legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes implicadas lo antes posible. Asimismo, esperamos que la comunidad internacional cree las condiciones y el espacio para ello”.