Las instituciones educativas de élite de Estados Unidos recibieron un total de 25 millones de dólares por parte de empresarios y actrices adinerados para que sus hijos ingresaran. Entre las prestigiosas universidades que fueron sobornadas se encuentran Yale, Stanford, Georgetown, Wake Forest, la Universidad del Sur de California (USC), la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y la Universidad de Texas en Austin.
Las actrices Felicity Huffman ("Desperate Housewives"), de 56 años, y Lori Loughlin ("Full House"), de 54, son parte de los 50 acusados en el esquema que sobornaba entre otros a entrenadores deportivos universitarios, informó la fiscalía federal de Boston, Massachusetts, que lidera el caso.
Un total de 33 padres "pagaron enormes sumas de dinero para garantizar la admisión de sus hijos a algunas facultades a través del uso de sobornos y credenciales académicas y atléticas falsas", explicó el fiscal federal de Massachusetts, Andrew Lelling. Una investigación de 10 meses en la que participaron cientos de agentes federales ayudó a develar la corrupción dentro de los institutos.
Nueve entrenadores o exentrenadores deportivos de Yale, Stanford, Georgetown, Wake Forest, USC, UCLA y la Universidad de Texas en Austin son acusados de haber recibido coimas a cambio de aceptar estudiantes.
Entre los inculpados no hay "por ahora" estudiantes, dijo el fiscal, y precisó que muchos ni siquiera sabían lo que hicieron sus padres.
Catálogo de riqueza y privilegio
"Estos padres eran un catálogo de riqueza y privilegio. Incluyen por ejemplo presidentes de empresas públicas y privadas, exitosos inversores inmobiliarios y de valores, dos conocidas actrices, un diseñador de modas famoso y el codirector de un bufete legal mundial", explicó el fiscal de Massachusetts.
El acusado de liderar el esquema fue William Singer, quien recibió 25 millones de dólares de padres en sobornos entre 2011 y febrero de 2019.
Parte de los pagos a Singer, que llegó a cobrar hasta 6,5 millones de dólares para garantizar una admisión, eran hechos por los padres a KWF, una fundación caritativa creada por él. Eso les permitía además deducir impuestos de sus contribuciones "caritativas".
Singer, acusado de conspiración para delinquir, conspiración de lavado de dinero y obstrucción de la justicia, se declarará culpable esta tarde, al igual que el entrenador jefe de vela de Stanford, John Vandemoer, anunció el fiscal. Singer enfrenta una pena máxima de 55 años de prisión; y Vandemoer, de 20 años.
Lelling dijo que 38 de los 50 acusados fueron detenidos en seis estados, y siete negocian su rendición.
"Creemos que todos, padres, entrenadores y facilitadores, mintieron, hicieron trampa, y escondieron sus delitos a expensas de estudiantes que trabajan duro y de contribuyentes", sostuvo.
Singer no solo sobornaba a entrenadores para que aceptaran a estudiantes en sus equipos, sino que también creaba perfiles atléticos falsos para los hijos de sus clientes, en los que inventaba logros deportivos y falsificaba fotografías de los jóvenes haciendo deporte.
El exentrenador del equipo femenino de fútbol de Yale, Rudolph Meredith, aceptó por ejemplo 400.000 dólares para recibir a una estudiante que nunca había jugado al fútbol de manera competitiva, según la acusación. Por ese servicio, la familia de la joven pagó a Singer 1,2 millones de dólares.
Además, Singer cobraba entre 15.000 y 75.000 dólares por corregir respuestas erróneas de los exámenes de admisión universitaria de los hijos de sus clientes, o para que una persona se hiciera pasar por ellos para dar las pruebas.
"No puede haber un sistema de admisión diferente para las personas adineradas", comentó Lelling. "No puede haber tampoco un sistema judicial diferente para ellos"
Respuestas erróneas correctas
Un acusado que colabora con la fiscalía y coordinaba el esquema contó que ofreció a la actriz Felicity Huffman sus servicios para que las respuestas erróneas del examen de admisión universitaria (SAT) de su hija mayor fueran corregidas. Huffman es acusada de pagar 15.000 dólares por el test modificado de su hija mayor, y el FBI asegura que comenzó el mismo proceso para su hija menor pero luego abandonó la idea por temor a levantar sospechas.
El FBI grabó incluso una conversación telefónica de Huffman con el intermediario en la que discuten el tema.
La actriz Lori Loughlin y su esposo, el diseñador de moda Mossimo Giannulli, también inculpado, son acusados de pagar medio millón de dólares para que sus hijas fueran incluidas en el equipo de remo de la USC, aunque no son remadoras.
Como los demás padres, Loughlin y Huffman enfrentan una pena máxima de 20 años de cárcel por el delito de transferencia fraudulenta de fondos, de lo que son acusadas.
Lori Loughlin desactivó sus redes sociales. Por su parte, Felicity Huffman no se ha pronunciado.
(Basado en AFP)
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