En el inicio formal de la campaña, Lula se perfila como favorito a ganar en primera vuelta

"Aquí aprendí a ser persona, adquirí conciencia política, y es por vosotros que creo que fui un buen presidente de la República", afirmó en la parte de su discurso que dedicó a subrayar la importancia de reforzar la política industrial para recuperar los empleos que el país perdió en los últimos años.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT) comparó los números de años anteriores, cuando él y la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016) estaban en el poder, con la actualidad, y afirmó que Brasil empeoró. A modo de ejemplo, dijo que de la fábrica en la que se realizó el acto “hace 11 años salían más de 334.000 autos al año, y ahora son apenas 141.000, y eso significa más desempleo, menos salarios, menos gente comprando", se lamentó.

Lula prometió subir el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, un viejo reclamo sindical, y calificó al actual mandatario Jair Bolsonaro como "un verdadero demonio", al que acusó de intentar manipular políticamente a los fieles evangelistas, que representan al 30% del electorado.

Lo afirmó en respuesta a Bolsonaro, quien abrió su campaña en Juiz de Fora, Minas Gerais, donde en 2018 fue acuchillado, lugar donde dijo que haber "renacido" y ocasión en la que alentó a sus seguidores a entablar una guerra entre el "bien contra el mal", al tiempo que agitó el fantasma sobre el riesgo de cierre de iglesias y templos si triunfa Lula.

"Está intentando manipular la buena fe de hombres y mujeres que van a la iglesia a hablar de fe y de espiritualidad, y él lo que hace es contarles mentiras sobre Lula, sobre la mujer de Lula, sobre los trabajadores, sobre los indígenas y los afrodescendientes", afirmó el exmandatario.

"Si hay alguien poseído por el demonio, ese es Bolsonaro", afirmó, tras calificarlo como "un creador de mentiras y un negacionista" que "no derramó una lágrima por los huérfanos que ha dejado la pandemia", con más de 670.000 decesos y un promedio actual desde julio de 200 fallecidos diarios por Covid-19.

Lula calificó de "genocida" a Bolsonaro y afirmó que en Brasil "hay que repartir libros en lugar de armas". "La situación ahora está peor que en 2002. Ahora se produce en Brasil proteína para todo el mundo, pero las amas de casa acá hacen cola para recibir huesos antes del cierre de las carnicerías", dijo Lula. Además, se comprometió a realizar una campaña "sin mentiras ni fake news”, y aseguró que quiere volver a gobernar Brasil para que el país "vuelva a ser respetado en el mundo".

El líder de la izquierda estuvo acompañado del candidato a gobernador en Sao Paulo, el exministro de Educación Fernando Haddad; de la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann y del candidato a senador Márcio França, pero no estuvo el candidato a vicepresidente del Gobierno, Geraldo Alckmin.

Palpitando el resultado electoral

En el inicio formal de la campaña para los comicios del 2 de octubre, Lula se perfila como favorito y posiblemente vencedor en primera vuelta sobre ultraderechista Bolsonaro. Según la última encuesta difundida por TV Globo, el actual mandatario reúne el 37% de las preferencia contra el 52% de Lula da Silva.

El inicio de la campaña se da en medio de un tenso clima político por las insistentes denuncias de Bolsonaro sobre un posible fraude, sus reiteradas amenazas de no reconocer el resultado de las urnas y sus beligerantes discursos que, según los medios locales, incentivan la violencia de algunos de sus partidarios. Como el hecho ocurrido el 9 de julio pasado, cuando un policía bolsonarista asesinó a tiros al dirigente del PT Marcelo Arruda en Foz de Iguazú, en el estado de Paraná. Desde entonces, Lula utiliza chaleco antibalas en los actos masivos.

El sondeo, realizado por la consultora Ipec, ex Ibope, y divulgado en el noticiero más visto del país, el Jornal Nacional de la cadena Globo, indica que Lula estaría en condiciones de ganar en primera vuelta, teniendo en cuenta que existe un margen de error de 2 puntos, y que el candidato ganador debe obtener la mitad más uno de los votos válidos; es decir: sin contar los anulados o en blanco.

Si se tiene en cuenta que el sondeo arroja un 8% de indecisos y un 7% de personas que dicen que votarán en blanco, el trabajo de Ipec concluye que Lula tiene hoy 44% de los votos totales contra el 32% de Bolsonaro. El relevamiento, además, indica que en una segunda vuelta, Lula ganaría 51% a 35%, según los votos totales, lo que marcaría un techo para Bolsonaro, que lograría apenas tres puntos más que en la primera vuelta.

Lula, además, tiene otro dato a favor: Bolsonaro registra un rechazo del 46% contra 33% de Lula en las regiones más pobladas del país, como son los estados de San Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro. Según la encuestadora, Lula lidera en San Pablo, Lula (38% a 28%) en Río de Janeiro (35% a 33%) y en Minas Gerais (39% a 26%). Estado este último en donde, desde las primeras elecciones en la democracia en 1989, siempre se ha impuesto el presidente electo.