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Entre aplausos, emociones e incertidumbre, el Mercado Modelo colgó los cajones y apronta su mudanza
Nació el 31 de enero de 1937, impulsado por productores agrícolas de todo el país, con un encendido discurso del entonces presidente Gabriel Terra, la bendición con agua bendita y un asado multitudinario en sus instalaciones. Este viernes, 84 años después, los operadores detienen sus quehaceres cotidianos para despedir al Mercado Modelo entre aplausos y gritos de aliento.
No fue un camino fácil. La mudanza a una nueva sede comenzó a tomar forma en 2011, con la constitución de la UAM y —hoy Unidad Agroalimentaria Metropolitana— y años más tarde fue la administración de Daniel Martínez al frente de la Intendencia de Montevideo (IMM) la que pisó el acelerador para concretar la construcción en el predio de 95 hectáreas en la zona de La Tablada, que requirió una inversión de U$S 100 millones. La actual jefa comunal Carolina Cosse tuvo la última palabra y definió la inauguración del nuevo mercado para el próximo lunes 22 de febrero.
Los viernes acostumbran a traer un ritmo frenético a la actividad, con feriantes que concurren a abastecerse para el fin de semana. Pero este último fue "de locos", dado que el sábado y domingo los operadores estarán abocados a los traslados y no podrán comercializar. Sobre las 6 de la mañana el tránsito en torno al portón de la nave central es agitado, con camiones que maniobran como pueden entre carros y montacargas que anuncian su paso entre decenas de trabajadores: "¡Vengo!", avisan para no frenar.
"Tenemos operadores 'pro UAM', que si fuera por ellos ya se hubieran mudado en noviembre, y los 'anti UAM'. Después hay un montón que están en el medio", cuenta Marcelo Moizo, presidente de la Cámara Frutícola e integrante del Consejo Asesor del Mercado Modelo. El concepto marcará la tónica de varias opiniones. La circulación ajetreada alrededor de la entrada es según uno de los distribuidores estacionados "uno de los grandes problemas": "Si yo quiero salir ahora, ¿para dónde voy?", plantea mientras señala a la muchedumbre. En el Parque Agroalimentario, en cambio, espera tener más espacio.
"El mercado ya venía resultando chico", señala Luis Bigliante, productor oriundo de San Antonio (Canelones), que desembarcó en 1982 en el epicentro del comercio hortifrutícola. "Está hecho para los camiones Chevrolet 47. Los que venían de Bella Unión eran los Leyland Cometa, que ya hace 20 años que no existen. Un camión venía con 400, 500 bultos. Dese cuenta que yo, que soy de San Antonio, traigo 400 y estoy a 50 km", relata sobre la evolución de los recursos para la actividad.
"Prácticamente es una vida acá adentro, pero si es para un cambio, bienvenido sea", reconoce Bigliante entre memorias: "Esto le dio vida a todo un pueblo. La gente venía a una parrilla que era famosa, por los famosos "finitos (churrascos) del Modelo". Se terminaba un tablado y salía esa juntada con toda la gente de la noche", recuerda el productor, entre los que destaca al "Canario" Luna.
Último momento
Rodrigo Vergara es uno de los más de veinte trabajadores de carga y descarga que hacen fila en la entrada para obtener a último momento un carnet que le permita operar en la nueva sede en La Tablada a partir del lunes. El acceso les requirió iniciar un trámite de formalización junto al Ministerio de Desarrollo Social (Mides), que les permitió ingresar a un sistema de monotributo, en que aportan unos $400 al BPS para tener cobertura en seguridad social.
La mudanza implicó regularizar trámites. Leonardo Correa, titular del puesto ambulante de venta de chorizos y hamburgesas "El Leo", es uno de ellos: compró un puesto en el Parque Agroalimentario y consiguió una habilitación bromatológica, lo que le implicó "todo un sacrificio con el apoyo de la familia". "Vine con 16 años y entré justo el día de mi cumpleaños hace 39 años. Yo nací acá en el barrio, y entra una nostalgia bárbara. Ahora vamos a un cambio que a uno le da un poquito de miedo, pero todos los cambios son para bien", dice. Sus clientes más frecuentes son los camioneros del norte que arriban alrededor de las 4 de la mañana tras un largo viaje de ruta sin detenerse para picar algo.
A Miguel Rodríguez, que tiene montado un puesto de chorizos a pocos metros de la entrada, le pasó lo opuesto. La nueva sede le "queda muy lejos" y no tramitó el permiso correspondiente. El suyo es similar al caso de cientos de otras personas que de una forma u otra están asociados a la operativa del mercado: clasificadores, changadores, negocios aledaños y otros. A partir de este viernes todos ellos deberán encontrar una alternativa. Otro de los reclamos —en especial de quienes residen cerca del Mercado Modelo y no tienen un vehículo propio— es la nueva locación, que implicará tomar dos ómnibus para trasladarse al oeste.
Sin embargo, el Parque Agroalimentario va a representar un salto de calidad hacia un mercado de cuarta generación, como los instalados desde 2010 en las principales ciudades del mundo, lo que implica contar características que posibilitan logística eficiente, incluir multiplicidad de servicios y productos, seguridad alimentaria, información y trazabilidad, así como articular el desarrollo rural y urbano, tal como destacó el coordinador del Área Comercial de la UAM, Álvaro Pirri.
Si bien a partir del lunes la nueva sede ya va a entrar en actividad, los operadores van a tener toda esa semana para retirar sus pertenencias del Mercado Modelo. Una vez que venza ese plazo, todo lo que permanezca en la histórica instalación va a quedar en manos de la IMM, que por otro lado pondrá en marcha un plan para evitar la tugurización del predio.
En plena jornada un triciclo motorizado recorre los corredores del lugar recordando por altoparlante que a las 8 de la mañana deberán unirse en un aplauso colectivo. Un minuto antes, algunas palmas ansiosas ya se hacen oír. Para esa hora, suenan los bocinazos de los camiones. Todos, entre nostalgia, alegría, incertidumbre, sentimientos encontrados, comienzan a aplaudir. Hay lugar para gritos, desahogos, abrazos, pausas en la rutina, incluso una bomba de humo de color. La estruendosa despedida se prolonga varios minutos.
Después de 84 años y varias generaciones que pasaron la posta en el mercado, empieza a escribirse un nuevo capítulo. Esta vez, en Camino Pérez y Ruta 5.
