Fútbol > EL TAPADO DE LA FECHA

Robert Ergas: "Mataron a mi mejor amigo por un ajuste de cuentas y casi dejo el fútbol"

Estuvo a prueba en Manchester United y a su regreso estuvo 10 meses de baja por una lesión mal curada
Tiempo de lectura: -'
16 de octubre de 2018 a las 05:03

Tiene tan solo 20 años y vivió de todo, desde lo más oscuro y negativo que se le puede presentar a un chico, hasta tocar el cielo con las manos por méritos propios. Su objetivo principal es triunfar en el fútbol para devolverles a su madre y a sus ocho hermanos todo lo que le dieron en los más duros momentos.

Robert Ergas, el actual jugador de Boston River, que está a préstamo desde Defensor Sporting, empezó jugando al baby fútbol en América y luego pasó a Alumni, hasta terminar esa etapa de la niñez para llegar a la escuelita del equipo violeta.

“Vengo de una familia muy humilde, mi madre siempre se rompió el alma por nosotros para que pudiéramos comer y hacer lo que nos llenaba de felicidad”, aseguró el volante.

Durante su época de baby fútbol, pese a ser un niño, nunca se quejó por no tener algunas facilidades que sus compañeros sí tenían, al revés siempre se sintió feliz y cómodo, menos un día en donde la falta de recursos le provocó una lesión.

“Me esguincé por haber jugado con unos zapatos cosidos con aguja de matambre, no tenía otros y esos se me rompieron, entonces mi madre me los cosió y me quedaron cuadrados, como los zapatos de los jugadores del Play Station 1”, recordó Ergas, quien en todo momento le pone un peso enorme al valor de su mamá, que dio todo para salir adelante.

“Soy el sexto de los ocho hermanos y tengo dos que son más chicos, con los cuales cumplí también el rol de padre porque mi vieja siempre estuvo sola para todo. Antes ella hacía lo que pintara: Cocinaba, vendía ropa, cualquier cosa servía para tener un ingreso diario. Verla irse a las seis de la mañana y volver de noche para darnos de comer, era tremendo. Por suerte ahora trabaja como educadora en el INAU, consiguió ese trabajo que se lo merecía porque tiene estudio y es una gran mujer”, aseguró el jugador.

Por eso cada vez que llegaron las alegrías en el fútbol, siempre se acordó de su mamá, porque se da cuenta de los sacrificios que hizo y las bases sólidas que le dejó para la vida.

Con la mente clara se fue planteando objetivos en su pasaje por las juveniles de Defensor, que le dieron la posibilidad de ser un asiduo en las formaciones titulares y de representar a la selección uruguaya en todas las categorías formativas.

Pero a los 15 años la vida lo golpeó de cerca y un ajuste de cuentas se llevó a su mejor amigo, que tenía un destino lamentablemente marcado.

“Desde los cinco años vivíamos juntos porque casi que lo crió mi madre. Yo sabía de los pasos en los que él andaba y más de una vez terminamos mal entre nosotros porque le dije siempre las cosas de frente. Siempre caminé derecho, tuve mil defectos, mil necesidades pero nunca preferí el camino de la plata fácil y preferí hacer las cosas bien”, aseguró Ergas, quien sabía “tristemente como iba a terminar todo” y se lo avisó a su amigo en más de una oportunidad.

“El barrio Malvín Norte siempre fue complicado. Estoy contento de haberme criado ahí, pero viví muchas cosas que no las quiero en mi vida, más allá que tengo tatuado el nombre de mi barrio”, comentó el jugador.

Tras el fallecimiento de su mejor amigo quiso dejar el fútbol, porque además se sentía en mala racha deportiva desde hacía un tiempo, pero Defensor lo trató de ayudar y lo logró llevándolo a vivir a la “casita violeta”, donde llegan los chicos del interior del país.

“Viví desde los 15 hasta los 17 y me dejaban volver a ver a mi madre solo los fines de semana. Eso me sirvió para enfocarme en mí y en el fútbol, y me alejé de cosas que me estaban perjudicando, por lo que siempre voy a estar muy agradecido”, contó Ergas.

En esa época fue llamado para participar con Uruguay del Sudamericano sub 17 en Paraguay  y cuando regresó recibió una noticia increíble.

“Me junté con mi contratista un viernes por la noche y me dijo que el lunes de mañana tenía que viajar a Inglaterra para probarme en Manchester United. Mi vieja y mis hermanos se pusieron a llorar y yo le decía ‘dale, no me jodas’. Hasta no llegar allá no caí”, aseguró el volante.

Los primeros días fueron de pura adaptación por el tema del idioma, y de asombro por las figuras que caminaban por los pasillos del glorioso club. Le costó “más que nada entender los trabajos en cancha”, pero al cuarto día le agarró la mano y se soltó como uno más.

“En mi primer desayuno en el complejo miraba solamente para abajo porque me daba mucha vergüenza, pero en una levanté la cabeza, miré para adelante y estaba Robin Van Persie adelante mío. No sabía si pedirle una foto, si quedarme quieto, pero no me dio para hacer nada”, aseguró. 

En total estuvo 20 días en Inglaterra, que le sirvieron para traerse los mejores recuerdos. Entrenó en la Quinta división, después lo ascendieron a la sub 21, jugó contra el Manchester City en esa categoría y compartió equipo con la actual estrella de los diablos rojos Marcus Rashford, quien fue uno de los que mejor lo trató.

 “Me guió en el complejo porque estaba perdidísimo y solo tenía comunicación con el ecuatoriano Jhon Pereira, que viajó conmigo. Hasta que una vez fuimos a almorzar junto al plantel principal y todos los sudamericanos que estaban nos escucharon hablar castellano y se acercaron enseguida”, contó Ergas, quien recibió los consejos de Radamel Falcao, David De Gea, Juan Mata, Antonio Valencia y el brasileño Rafael, entre otros.

Pero sus vivencias a lo grande no terminaron ahí, ya que el “manager” que lo llevó a Inglaterra era también el representante del lateral “Rafa” y le pidió al brasileño que alojara a Ergas durante un día en su casa, para poder hacer algunos trámites en otra ciudad.

“Estábamos con el ecuatoriano en lo de Rafael y en un momento llegó Antonio Valencia y (Phillippe) Coutinho, que jugaba en Liverpool. No entendía nada yo, no lo podía creer”, aseguró.

En su vuelta Manchester hizo una oferta pero Defensor no la aceptó por tratarse de una “joya de futuro”, fue ahí que se puso en mente participar del Mundial Sub 20, pero durante un entrenamiento se rompió los ligamentos cruzados y se perdió la chance. Al cuarto mes de recuperación, la cual parecía veloz, lo hicieron entrenar pero no aguantó y se volvió a lesionar, quedando cinco meses más afuera.

Tras 10 meses de inactividad, arregló a préstamo en Boston River, se ganó la titularidad y con su gol, frente a Nacional, ayudó al equipo en la lucha por el descenso e hizo feliz de nuevo a su madre, su novia y sus hermanos, que lo esperaron al término del partido para darse un abrazo inmenso.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...