A seis meses de haber terminado sus servicios, las cooperativas sociales que trabajaban para ANCAP realizando tareas de jardinería en la planta de Pórtland de Paysandú denuncian que no recibieron el mismo trato que otros empleados despedidos.
Las cooperativas reclaman dos cosas. Por un lado, solicitan que se las incluya dentro del plan de retiro incentivado que ANCAP ofreció al resto de los trabajadores tercerizados del área cemento.
Sin embargo, las cooperativas quedaron por fuera del acuerdo. "Nosotros fuimos también parte de la reestructura y entendemos que formábamos parte de los tercerizados que ANCAP sacó", dijo a El Observador Graciela Techera, una de las extrabajadoras de la planta de Paysandú. Según contó, las cooperativas recibieron un llamado de la oficina de Servicios Generales solicitándoles toda la documentación, pero la negociación no prosperó.
"Cuarenta personas que cortan el pasto no se necesitan. Es un desafío reconvertirlas y mitigar el impacto social, pero el negocio no admite 40 jardineros", dijo la presidenta de ANCAP Marta Jara en abril.
Por otra parte, Techera dijo que la empresa incumplió con su compromiso de apoyar la reinserción laboral de los extrabajadores. Según contó, ANCAP se comprometió ante la Dirección Nacional de Trabajo a otorgar un subsidio de $ 100 mil a cada cooperativa para cursos de Inefop.
"Nosotros pedimos a Inefop los cursos que creíamos convenientes: pedimos que fueran de gastronomía, electricidad y cursos de construcción en seco, todas cosas que podríamos utilizar", contó Techera. Pero pasados seis meses, ni recibieron la plata ni empezaron las capacitaciones. "No se ha hecho nada de nada", afirmó.
Techera informó que las cooperativas enviaron una nota al directorio de ANCAP solicitando una reunión para expresar sus reclamos.
Sin seguro de paro
Seis meses antes de cortarles el contrato, ANCAP redujo el horario a los jardineros. Esas jornadas más cortas les impidieron acceder al seguro de paro. "Quedamos en una situación realmente complicada", señaló Techera, quien agregó que "la mayoría de las compañeras son jefas de hogar y algunas sobrepasan los 50 años de edad, por lo que se les hace muy difícil conseguir una alternativa laboral".
Reducción de la plantilla
Durante la presentación del último balance semestral de ANCAP, el directorio destacó la reducción del déficit del Pórtland, que pasó de orillar los US$ 30 millones en 2016 a totalizar US$ 6,8 millones en los primeros seis meses de 2017.
Entre las medidas responsables de la mejora, Jara mencionó el ajuste de la plantilla laboral. La presidenta de ANCAP informó que hasta el momento se logró reducir en 68 los trabajadores vinculados con firmas tercerizadas en el Pórltand. El plan original establece un recorte de más de 200 puestos.
Consultada por El Observador por el rezago en el cumplimiento de esa meta, Jara respondió que es un proceso que está en marcha. "Hay que recordar que se presentó un plan cuyo objetivo era alcanzar un equilibrio hacia fines de 2018. Hay una gradualidad que tenemos que ir transitando con contratos que van venciendo. El objetivo no se alcanzó en su totalidad, pero se avanzó más de 25% en este semestre", explicó.