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Así será el nuevo Mercado de la Abundancia
Ciento sesenta años atrás, la necesidad de abastecer de alimentos a un Montevideo que albergaba a unos 50 mil habitantes impulsó la creación de un mercado en la esquina de San José y Aquiles Lanza. Pero a fines del 800, un incendio destruyó todo.
Como dejar en el olvido aquel lugar no era una opción, al tiempo se llevó adelante la construcción de un nuevo edificio. El ingeniero Leopoldo Peluffo –inspirado en el mercado de Les Halles de París– fue entonces el impulsor en 1904 del proyecto que en 1909 abriría sus puertas como Mercado de la Abundancia.
Con una estructura sostenida con pilares de hierro fundido y una particular cúpula en escamas de pescado que en su interior tiene un reloj, el mercado abrió paso a todo un centenario de memorias que habitaron ese lugar como uno de los más valiosos de la capital. Y al valor original del mercado, que tenía que ver con su arquitectura y su cometido de abastecer a la población de insumos básicos, se le sumó en 1996 un fuerte sentido cultural, cuando se incorporaron el Mercado de los Artesanos, la sociedad Joventango, la venta de libros, un teatro y puestos de verduras y pescados.
Pero las épocas de gloria del Mercado de la Abundancia están a años luz de lo que significó este lugar en los últimos años: un edificio venido a menos en su interior que hasta junio de este año funcionó con una pizzería y una parrillada dentro, poca afluencia de público y extranjeros que entraban únicamente para sacar fotos.
Ante la necesidad de reflotar uno de los edificios declarados con valor patrimonial más importantes de Montevideo y convertirlo en un enclave gastronómico y cultural, los actuales concesionarios del mercado –que es propiedad de la Intendencia de Montevideo– llevaron adelante su restructuración y apostaron a una nueva marca. Bajo el nombre de Mercado del Inmigrante, se tiene prevista la reapertura para los primeros días de agosto.
Los trabajos de mejora interna del lugar arrancaron hace un mes, cuando el mercado cerró sus puertas al público. La apuesta ahora es amplia y abarca emprendimientos de gastronomía bien diversos y propuestas culturales que funcionarán en el subsuelo pero que también interactuarán con la plaza de comidas.
Don Trigo, La Fabbrica, Curry Shawarma, Chivitos lo del Pepe, Decanto, Te Kombido, MBC, Big Bull, Ta Keria, Cake Pop, Gelatería del Club, Almacén de Café, Ikigai, San Juan Empanadas, De la Ostia, La Sandwichería, Fini y Detox son los locales que se suman al Mercado del Inmigrante, que funcionará los 365 días del año.
Son más de 15 propuestas gastronómicas que viajan por distintos puntos del mapamundi y gustos de los comensales: parrillada como la máxima expresión rioplatense; pasta y pizza para viajar por un rato a Italia; comida caribeña con platos de países como Venezuela y México; un puesto de bocados estadounidenses; opciones saludables, veganas y libres de gluten; sushi; chocolates artesanales; cafetería; heladería; cerveza artesanal y diversos tragos. La plaza de comidas del mercado tiene espacio para unas 300 personas sentadas y otros cientos de visitantes a pie que podrán transitar por las barras.
“Si venías hace dos meses los extranjeros que se quedaban en los hoteles de la zona entraban y sacaban fotos. La gente apreció siempre su arquitectura y su valor patrimonial, pero ahora la idea es que también puedan quedarse”, dijo a El Observador Adrián Dutra, uno de los encargados de la gerencia de la nueva cara del mercado, quien explicó que se apunta a crear un lugar donde extranjeros y locales puedan encontrar propuestas atractivas.
La apuesta al turismo es importante, sobre todo considerando que en la zona céntrica donde está el mercado hay varios hoteles y sitios culturales como el Teatro Solís o el Auditorio Nacional del Sodre que albergan grandes cantidades de extranjeros. A futuro, se espera poder integrar al mercado en el recorrido del Bus Turístico e incorporar dentro del edificio una oficina o agencia que provea de información turística a los extranjeros.
En el subsuelo va a funcionar un espacio cultural y educativo donde se van a desarrollar propuestas como talleres de plástica, robótica y música. Además, se refaccionó el teatro que funcionaba allí para que sea centro de actividades para niños y adultos, así como también un espacio donde se puedan realizar presentaciones de libros y muestras artísticas.
Joventango, Cinearte, la escuela de baristas FIG, Musike Academy y la Casa de los Escritores son al momento los espacios que se desarrollarán en el marco de la propuesta cultural del mercado.
Según dijo Dutra, se buscará que artistas que participen de la movida cultural del subsuelo se integren a propuestas de la sección gastronómica del mercado. Entonces, un músico tocando el bandoneón o bailarines de tango podrán intervenir en el centro de la plaza de comidas, por ejemplo.
Aggiornándose a los tiempos que corren, la movida cultural del Mercado del Inmigrante hará convivir al tango y el candombe con géneros como el pop y la electrónica (de hecho allí, ya funciona una escuela de Djs).
El Mercado de la Abundancia no llegó a entrar nunca en contacto con las redes sociales, pero ahora, la nueva marca creada sobre el emblema patrimonial apuesta a la generación de contenidos constante, que ya está funcionando en sus cuentas de Instagram y Facebook.
Las ofertas gastronómicas montevideanas han crecido a paso agigantado en los últimos años y el éxito de ferias como Degusto o Garage Gourmet son un claro ejemplo de ello. Lo novedoso ahora del Mercado del Inmigrante es que concentrará propuestas diversas en un lugar fijo durante todo el año. Y se trata de uno de los puntos de la ciudad donde se registra el mayor movimiento de gente. Según datos compartidos por el equipo de marketing del mercado, se estima que por la zona circulan unos 5 mil peatones por hora, lo que supone unas 120 mil personas por día.
Con nuevas propuestas, bajo una mirada fresca que responde al Montevideo multicultural de 2019 pero respeta el valor patrimonial que preserva desde hace años, el Mercado del Inmigrante abre sus puertas próximamente.
