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Gerenciamientos, ¿solución o problema?

Cada vez más clubes buscan esa opción para que los números cierren, aunque la historia casi nunca termina bien
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22 de octubre de 2016 a las 05:00
Corría el año 1998 cuando Rampla deambulaba con sus penas. El club no tenía dinero. Se palpaba el riesgo de no poder empezar la temporada de 1999. Y el entonces presidente Ramón Barreto se tomó el barco y se fue a Argentina. El motivo del viaje no era otro que encontrar un empresario dispuesto a invertir en el club.

Luego de varias charlas encontró a Doménico Barbusci, un ítalo-argentino que vio con buenos ojos la idea de administrar un club de fútbol. Barbusci vino a Montevideo, miró, brindó ideas y se comprometió a invertir US$ 1.100.000. Parecía la gran solución para el club. Sin embargo, algunos dirigentes ramplenses lo trataron de "chanta" y el negocio se fue al piso.

El paso del tiempo llevó a Rampla a recorrer el mismo camino. Una constante apuesta a gerenciamientos. Y lo curioso es que la institución de la Villa del Cerro siempre se encuentra en el mismo lugar.

El fútbol uruguayo cuenta con una larga historia de grupos que vienen a invertir y que, cuando las cosas no funcionan, levantan el campamento y el club queda seriamente comprometido.

Es una constante: los equipos ven en los gerenciamientos la forma más rápida de salir del apriete económico, aunque en la mayoría de los casos es un círculo destinado al fracaso: los gerenciadores apuestan a vender juveniles y con eso recuperar la apuesta, pero los clubes que necesitan de esas personas son precisamente los que no trabajan bien en juveniles y por tanto carecen de ese vital activo para sostenerse. Al final, uno de los negocios más fructíferos de los gerenciamientos son las triangulaciones de pases,siempre sospechadas pero que en los últimos tiempos han sido avaladas por el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS).

La última semana el fútbol se conmovió por dos casos. Los gerenciadores de Rampla se fueron y en Sud América pasó otro tanto y el nuevo grupo inversor sacó al técnico Julio Fuentes y puso a un español desconocido en el mercado. Son las reglas del juego: el que pone la plata, arma y desarma a su antojo.

No hay un modelo fijo

En toda esta historia de los gerenciamientos no hay un padrón establecido. Nada está reglamentado y, para muchos, ese parece ser el principal pecado cuando los inversores levantan la carpa y se van. Cada club establece su acuerdo y el gerenciador pone condiciones.

Rampla recorrió innumerables caminos. Cuando estaba el argentino Diego Graieb, su grupo era el encargado de todo. Tomó el club y hasta las decisiones políticas correspondían a ellos del mismo modo que las entradas y salidas de dinero.

¿Cómo hacían si vendían un jugador al exterior? "El mayor porcentaje de dinero se lo llevaba el gerenciamiento y al club le quedaba un porcentaje inferior", revelaron fuentes del club a Referí. Pero los dirigentes se negaron a que el gerenciador tomara decisiones políticas.

En la última experiencia se armó una sociedad con un grupo argentino, que trajo al DT Germán Corengia.

¿Cómo funciona?

El de Rampla fue un caso que sonó en las últimas horas. ¿En qué consistía el gerenciamiento? "Se encargaba de la parte estrictamente deportiva, ponían un dinero mensual para aportar al fútbol y ponía ciertas condiciones. Las particularidades básicamente pasan porque tienen las decisiones mayoritarias sobre el fútbol. Aportan para el activo fútbol y una de las principales condiciones era la elección del entrenador y el preparador físico. Y Rampla le quedaba la posibilidad un gerente deportivo (Ronco López) y un ayudante técnico (Fernando Araújo)", reveló a Referí el dirigente Ignacio Alonso.

Consultado sobre qué pasa si se transfiere algún jugador, respondió: "Sobre algunos jugadores había determinadas proporciones, el criterio era según quién había formado al jugador o si lo traía alguna de las partes, entonces se dividía en porcentajes la ganancia".

Alonso aclaró: "La directiva de Rampla seguía funcionando en pleno pero cada decisión del fútbol tiene que tener la anuencia del gerenciamiento. Si traes un jugador le tenés que consultar. Definen el 80% de las condiciones del fútbol porque las altas y las bajas las define el entrenador".

¿Cómo funciona una SAD?

Las Sociedades Anónimas Deportivas en Uruguay son una figura relativamente nueva. Ignacio Durán, ex dirigente de Rampla, Integrante de la Comisión Disciplinaria de la AUF y que trabaja en ese tema, explicó a Referí como funciona una SAD. El de Rampla no es el caso –no es necesaria una SAD para tener un gerenciamiento–, pero sí el de Sud América, o el de Deportivo Maldonado o Boston River.

"El club como tal pasa a un segundo plano y solo permanece vivo en el aspecto social. Hay un directorio compuesto por un mínimo de cinco integrantes y un máximo de 15 que forman una nueva Sociedad Anómina que se crea para dirigir el activo fútbol. Entonces todo pasa por la SAD. Los dirigentes del club que no están en la SAD ni siquiera opinan", explicó.

Alonso explicó que el club cede sus instalaciones por el tiempo del contrato. "Le transferís todo el activo fútbol, los derechos de los jugadores, de recaudación, de sponsor, de televisión y le das en una suerte de préstamo de tus instalaciones. Los socios no pierden la parte social, sí la parte deportiva. De esta forma funcionan Deportivo Maldonado, Sud América y Boston River. El Tanque creó una en su momento pero nunca la puso en rodaje".

Técnicos rehenes

Un detalle que forma parte de la esta historia son los entrenadores, que muchas veces pagan las consecuencias de los acuerdos de los clubes. Pasó la semana pasada con Julio Fuentes en Sud América. Es que, si bien aceptan las condiciones, después son sometidos a decisiones que no toleran y se van. Ariel Krasouski, ex DT de Rampla y Tacuarembó, fue gráfico. Hace un tiempo, al revelar su experiencia, expresó: "Hay jugadores intocables que son los que pone el gerenciador".

Los choques entre técnicos y gerenciadores siempre se dieron. Cuando recién empezaba su carrera, Gustavo Matosas renunció a Cerrito sin siquiera llegar a dirigir. El entrenador había solicitado la contratación del golero Sergio Navarro y el gerenciador Walter Audifred se negó. Matosas se fue.

Hay clubes que son tomados por gerenciadores para hacer negocios como los famosos "pases puente". En esas operaciones clubes ceden su nombre, la personería jurídica, lo que permite tener determinados beneficios, revelaron fuentes consultadas sobre el tema. Es el caso de Deportivo Maldonado, mencionado en varios sonados casos puente de figuras argentinas; o de Sud América, que llevó el caso hasta el TAS para defender ese método de generar ingresos, y el máximo tribunal de apelación deportiva le dio la razón.

Los nuevos dueños de la IASA

En el caso de Sud América, el hasta ahora gerenciador argentino Vicente Celio vendió su participación a un grupo español dirigido por Quique Pina, principal accionista de Cadiz CF, quien puso como DT al español Emilio Riquelme. La idea es que la IASA funcione como "satétite" de Cádiz, enviando jugadores y recibiendo otros, como es el arquero venezolano Alain Baroja, quien pasó de Caracas a Cadiz pero antes de debutar recaló en la IASA para sumar minutos.

El ejemplo de Plaza

Acaso uno de los pocos proyectos que cristalizó, al menos con la obtención de un campeonato, es el de Plaza Colonia. En el correr del año firmó un contrato por el cual quedó conformado el Club Plaza Colonia Sociedad Anónima Deportiva y club Plaza Colonia Asociación Civil.

"Es muy ventajoso para Plaza Colonia porque le asegura la permanencia en el fútbol profesional por los próximos diez años, porque asegura que los capitales y el patrimonio del club no son puestos en riesgo, sino todo lo contrario. Le estamos dejando a las futuras generaciones algo seguro sin tener que arriesgar nada", explicó el presidente Emilio Fernández a Coloniaya.com hace unos meses.

"El acuerdo abarca el fútbol profesional: el primer equipo, Reserva y las cinco categorías juveniles del club. Todos los predios siguen siendo y seguirán siendo del club Plaza pero obviamente podrán ser utilizados por la SAD, pero todo lo que se construya seguirá siendo de Plaza", agregó.

Fernández concluyó: "Con respecto a ventas y participación en copas internacionales, es justo para ellos que toman el riesgo económico que reciban por todo lo que se juegan. Plaza como institución civil no va a cambiar en nada lo que viene siendo hasta ahora, con todos sus deportes y su infraestructura. La responsabilidad civil es la de siempre, lo que pasa a ellos es el fútbol" aseguró Fernández.

Acaso Plaza sea una isla en el océano. La realidad marca que ningún gerenciamiento recuperó el dinero invertido con alguna transferencia que causara ruido en el mercado local. Y lo mismo a la inversa. Son más los casos de clubes que quedaron afectados por apuestas que no prosperaron y generaron grandes deudas. Las experiencias marcan que, salvo excepciones, los gerenciamientos son pan para hoy y hambre para mañana.

Rampla Juniors

Los picapiedras vivieron todo tipo de situaciones. Tuvieron inversores de varias nacionalidades. Los choques fueron constantes. Cuando estaba el argentino Diego Graieb el técnico Hugo Parga renuncio molesto con el grupo gerenciador. Parga se fue por la no llegada de algún jugador y la colocación de un par que no fueron pedidos.
El último antecedente se registró con un grupo de inversores argentinos con los que formaron una sociedad. Como la misma no daba resultados se fueron y con ellos también abandonó el cargo el técnico Germán Corengia

Cerrito

En 2011, previo a las elecciones, el postulante por la oposición Roberto Rey denunció el gerenciamiento de Walter Audifred en el club. "Dice que el club le debe dinero pero no dice cuanto se le debe. Puso US$ 40 mil para terminar el estadio. Es cierto, pero no dice cuánto costó el estadio, que fue entre US$ 140 mil y 160 mil. Yo conseguí dinero. No cumplió con el contrato. El Estadio debía ser terminado en 2004 y no lo terminó. En el acuerdo el club se obliga a todo, él se queda hasta con las donaciones. En el punto 8 el club le cede todo hasta terminar el estadio".
Hubo otros problemas como cuando renunció el técnico Gustavo Matosas ante la negativa a su pedido de que incorporaran al golero Sergio Navarro. Audifred se defendió diciendo: "Es normal que el jugador que venga al club tenga mi aval".

Villa Española

En enero de 2006 el equipo entrenaba para el inicio del torneo gracias a que un grupo gerenciador belga, representado por el colombiano Alfonso Uribe, había puesto US$ 10 mil. Como contrapartida los gerenciadores recibirían el primer año el 50% del producto por la venta de jugadores. Para el segundo y tercer año subía a 60% y 80% respectivamente. El presidente del club, Nelson Ramírez, pidió al grupo un depósito en garantía de US$ 50 mil. Los jugadores firmarían contrato por seis meses. Pero el presidente no accedió al pedido de firmar los contratos hasta no recibir el dinero. Una semana antes del inicio del campeonato el proyecto abortó, Villa Española no jugó y descendió.

Sud América
Vicente Celio fue presidente de Chacarita entre 2009 y 2011, cuando renunció a su cargo. Y ese año fue convocado por un grupo empresario para encabezar inversiones en Sud América de Uruguay. Además de liderar el gerenciamiento, Celio también era legalmente hasta la semana pasada el presidente del club. Bajo su mandato el club realizó varios pases puente, una de las fuentes de recursos de los gerenciamientos. "Lo que hago es todo legal", afirmó Celio a la prensa argentina y explicó cómo es el procedimiento: "Los jugadores pertenecen a grupos empresarios y tienen que ser anotados en un club, porque las personas no pueden tener sus derechos federativos". El club fue sancionado por FIFA por el tema de los pases puente, aunque luego el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), dijo que el método era válido.

Boston
River
Trabaja con una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) y una política de máximo control de gastos. El club cuenta en la actualidad con el 90% de sus acciones a cargo de un grupo inversor y con el 10% del club.
El empresario libanés nacionalizado venezolano Edmundo Kabchi es quien está detrás de la mayoría accionaria de la institución. Desde hace dos años "tomó el control": es el presidente de Boston River SAD, al que llegó por intermedio de un empresario uruguayo cercano al equipo, Julio "Tito" Sierra. El grupo inversor cubre 50% del presupuesto y el resto se cierra con los ingresos de los derechos de TV, unos US$ 33 mil mensuales, más los espónsores, más la tercerización de las canchas de fútbol 5 del club y los 500 socios afiliados. El club viene teniendo buenos resultados en su primera experiencia en primera división.

Juventud de Las Piedras

El club canario vivió una mala experiencia cuando, en plena crisis de 2002, el gerenciamiento de un grupo italiano dejó al club sin nada, endeudado, e inhabilitado. Quedó un agujero negro de US$ 1,2 millones que fue complicado tapar. Luego de eso decidió manejarse sin intermediarios.
"No estamos subsidiados por ninguna empresa, no estamos bancados por la tv ni la intendencia. Nuestras canchas las bancamos nosotros. Hay otros equipos que reciben apoyo de intendencias, como otros que van al interior y los aplaudo. En Canelones tenemos un intendente muy hincha de Juventud, como Carambula y yo como amigo no le puedo pedir nada. Juventud tiene un presupuesto de
US$ 150 mil. La directiva actual tomó a la institución luego de que un grupo gerenciador italiano se fue dejando una deuda de un millón y medio de dólares", reveló en 2016 el presidente Yamandú Costa.

Plaza colonia

El club es gerenciado por Roberto García, un empresario de Colonia Valdense al que le gusta el fútbol, y que fue seducido para tomar las riendas de Plaza Colonia junto con Carlos Manta como secretario deportivo. Cuando se desconocía como seguiría la historia profesional de los "patas blancas" le dijeron que sí a una propuesta del dirigente Juan Carlos Izquierdo.
García ya había intentado gerenciar a Deportivo Colonia, pero el proyecto no prosperó.
"Este proyecto es lo que no se pudo hacer en Deportivo Colonia, y con Carlos por distintos factores no pudimos seguir juntos. Yo lo invité hace 32 meses, lo empezamos muy precariamente y le fuimos dando. Recién ahora íbamos a intentar subir en segunda y salimos campeones en Primera", reveló el día que Plaza se coronó campeón del Clausura.

Deportivo Maldonado

A fines del año 2009 el club se asoció con un grupo empresarial futbolístico inglés para constituir la que significó la primera sociedad anónima deportiva de Uruguay. El club pasó a llamarse Deportivo Maldonado S.A.D.
Sus estatutos fueron aprobados por la Auditoría Interna de la Nación el 29 de diciembre de 2009. El club es manejado por un empresario inglés llamado Malcolm Caine.
Se trata de una persona que tiene negocios empresariales con jugadores de fútbol. Caine firmó un acuerdo de 15 años con el club.
Es otro club que apuesta a las triangulaciones de futbolistas. Uno de los casos más conocidos fue el del argentino Jonathan Calleri, que al pasar de Boca a San Pablo lo hizo primero por Deportivo Maldonado, de manera de ahorrar los impuestos que se hubiesen tenido que pagar si el pase se hacía de club a club (se estima que se sus representantes se ahorraron 40%). A cambio de eso, los clubes gerenciados reciben un monto variable.
¿Cómo intervienen clubes como Deportivo Maldonado en un pase puente? Se da cuando la ficha ya no pertenece al club vendedor sino a un empresario. Como la FIFA no lo permite, el empresario arregla con un club, lo anota ahí y luego lo vende.

Durazno y El Tanque

En su breve estancia por el profesionalismo (2006-2011), Durazno fue gerenciado por el exfutbolista argentino Alejandro Nannini, que no pudo armar un equipo competitivo y tampoco que el equipo (una fusión de cinco clubes de Durazno) diera réditos económicos. Luego pasó a manos de Gaby Álvarez, un relacionista público de la misma nacionalidad que terminó preso por un accidente de tránsito. El club se disolvió en 2011, luego de una temporada final en la que terminó 10° en la B, y en la que decidió competir en Montevideo para ahorrar costos, generando un fuerte enfrentamiento con la comunidad local.
En 2010, año en que ascendió El Tanque Sisley, el argentino Alejandro Nannini confirmó que gerenciaba al club, algo que duró poco tiempo y tampoco funcionó. El club creó la figura de la Sociedad Anónima Deportiva, aunque luego no la utilizó.

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