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La votación frustrada en la Junta Departamental de Canelones no solo cayó como un balde de agua fría en el palacio canario sobre Tomás Berreta. También fue una sorpresa no grata para la administración apostada a más de 50 kilómetros al sur, en la sede sobre 18 de Julio y Ejido.
La Intendencia de Montevideo (IMM) miraba con atención la negociación en el vecino departamento, donde el jefe comunal Yamandú Orsi requería de al menos una adhesión entre la oposición para aprobar un fideicomiso de US$ 80 millones. Pero los nueve ediles nacionalistas y el curul colorado cerraron filas —no sin suscitar contundentes cuestionamientos desde el Frente Amplio por la injerencia de dirigentes del gobierno nacional— y la apuesta del jerarca naufragó.
Este viernes la administración de Carolina Cosse comenzó un proceso de evaluación para acomodar el cuerpo ante lo sucedido en la comuna canaria. En la mañana, la intendenta Cosse visitó a Orsi, con quien tuvo un intercambio de alrededor de una hora. A través de redes sociales, la jerarca se solidarizó con su par frenteamplista y sostuvo que "es momento de evitar crispaciones y elevar la mira".
"Fui a visitar a Yamandú porque creo que en todo el Uruguay en este momento tenemos que bajar la pelota al piso y generar trabajo", dijo más tarde en rueda de prensa durante un evento en Casavalle. "De hecho, me parece que todas las intendencias deberían tener fideicomisos, porque en todas las intendencias se precisa hacer obra", afirmó Cosse, quien hasta este viernes no se había pronunciado públicamente sobre el suceso.
"Todo el mundo desarrollado está endeudándose para construir infraestructura, porque es la única manera de mover el asunto en la pandemia", planteó. "Si no reaccionamos así, dentro de dos tres años nos vamos a encontrar con un país en situaciones muy complicadas", añadió la intendenta.
Si bien aún no está impreso sobre el papel, varios de sus jerarcas ya adelantaron su intención de formular un nuevo fideicomiso, similar al buque insignia impulsado por Daniel Martínez en el quinquenio pasado: el Fondo Capital.
La nueva apuesta surge en el marco de un presupuesto "austero" para la comuna capitalina —según lo ha definido la propia Cosse—, donde un porcentaje importante del ajuste de $2.000 millones anuales corresponde a las inversiones con fondos propios del gobierno departamental. El recorte significó la postergación de obras e intervenciones que la IMM considera "deseables", aunque no "imprescindibles", en rubros sensibles como espacios públicos y vialidad.
Es así que la administración plantea "calzar" las intervenciones con "mecanismos no presupuestales". "Abrigamos la esperanza de que para una cantidad de proyectos de este tipo que tenemos en nuestra cartera ―sobre todo de infraestructura para vialidad― podamos estar construyendo, entre todos y en los próximos meses, algún tipo de financiamiento similar al Fondo Capital, que nos permitió concretar una cantidad de obras muy necesarias, de otro porte, de otro tamaño, pero muy importantes en la ciudad", señaló a comienzos de mes el director de Movilidad, Pablo Inthamoussu, ante la Junta Departamental.
"Esperamos contar con todas las voluntades", espetó a los ediles. Cosse precisará negociar tres votos dentro de trece que hay en la oposición capitalina. El problema es que los ocho blancos ya están vedados, según declaró semanas atrás la presidenta de la Departamental nacionalista, Laura Raffo. En ese escenario, los cuatro colorados ―más cautos para pronunciarse sobre un proyecto aún no presentado― tendrán la llave, aunque a priori hay una inclinación hacia no alzar la mano a una eventual propuesta.
Y a este panorama poco auspicioso se suma el fracaso canario en la Junta. Tras el encuentro de Cosse y Orsi en la mañana, una delegación de la comuna se reunió en la tarde para evaluar posibles alternativas que no exijan mayorías especiales. Según supo El Observador, la lista de obras a proponer es larga y requerirá un achique para que sea viable.
Mientras tanto, la comuna estará atenta a la evolución de los fideicomisos proyectados por Rocha y Río Negro, donde es el propio Frente Amplio ―en su calidad de oposición― quien tiene la llave. Los proyectos de los blancos Alejo Umpiérrez y Omar Lafluf, respectivamente, van camino a naufragar. Al menos de la forma en que han sido planteados.
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