Ingrid Ahlig: "Nuestra mujer rural está mucho más avanzada"

Naturalmente el medio social ha generado que la mujer, en su rol de trabajo invisible y activo, esté integrada a la dinámica diaria. El rol de la mujer es tan importante como el del hombre. Las mujeres hemos tenido que hacer un camino de un trabajo invisible de doble jornada con la crianza de los hijos, la educación y las demandas laborales y exigencias económicas; esto no es una dificultad hoy, pero ha sido un tránsito en la vida.

Creo que los tres pilares importantes en torno a la mujer uruguaya en el medio rural son: el trabajo invisible que hace esa mujer, su lugar en las distintas situaciones y la educación, porque es esa la que da las oportunidades.

¿Por qué es importante el Día de la Mujer Rural?

La mujer durante la historia uruguaya y hasta el día de hoy ha sido y es una integrante indispensable, en la complementariedad con el hombre, en la conformación social micro que es la familia. Hoy en día sabemos que uno necesita del otro.

Cada vez las familias rurales van más hacia los pueblos o las ciudades y en el campo tanto los caminos como las comunicaciones han ido progresando a lo largo de décadas. Cuando yo llegué a afuera hace más de 50 años no teníamos luz eléctrica, el servicio lo tenemos hace 15 años, la comunicación era por radio y hoy cualquier trabajador rural en el campo está con su celular. Todo eso es una revolución de comunicación que aproxima distancias, y son fenómenos para analizar. El cambio ha sido tan vertiginoso que repercute en nuestra comunicación. Esto es interesante porque para la mujer rural es más dificultoso acceder a eso que para la que está en Montevideo, ya en las ciudades, principalmente en el litoral, eso es más ágil. Todo lleva tiempo y oportunidades, y vencer eso es el gran desafío.

¿Y el trabajo de las mujeres es reconocido en el medio rural? 

Creo que el trabajo por sí mismo se cumple de acuerdo a los lugares de acción y acorde a eso el destaque específico es el reconocido.

¿Cuál es la principal necesidad que tienen las mujeres rurales en Uruguay?

La principal necesidad es el acceso a la educación en sus diferentes niveles. El impacto de la era digital, que es facilitadora en lo que refiere a distancias, temas y conocimientos, conlleva un nivel de análisis y resolución solvente.

¿Y el principal desafío? 

El desafío de la mujer uruguaya en el medio rural es integrar la sociedad desde su lugar, del modo más efectivo en lo que se refiere a lo familiar, medio y laboral. Hay diferencias en todo el mundo, nuestra mujer rural está mucho más avanzada.

¿Cómo inició sus tareas en la producción ganadera?

El primer campo que tuve fue familiar, con el tiempo se fue ampliando, se empezó con un rodeo de la raza Hereford y en ese tiempo, en la década de los años 70, tuve datos de que la carne Angus era más requerida y más sabrosa. A partir de ahí comencé con un plantel de 20 vacas y dos toros, a cruzar el ganado. Los toros los íbamos comprando en Sarandí Grande, en un remate exclusivo de la raza Aberdeen Angus que se hacía allí, donde había un núcleo de productores de esta raza.

Fue muy progresivo el trabajo. Ahora la raza está muy instalada en el país, pero en aquellos años éramos muy pocos los que la producíamos, hubo un cambio en la producción y eso fue un fenómeno. El enfoque era la rusticidad y la demanda de ese tipo de carne para mercados exigentes. El Aberdeen Angus ha sido mi leitmotiv en todo el trabajo, conocí las bondades de la raza y siempre trabajé con un equipo de profesionales.

¿Cómo ha sido la experiencia de dirigir un emprendimiento ganadero?

En más de cinco décadas de gestión, he ido desarrollando las habilidades y actualizaciones debidas a las áreas, primero de rodeo de cría de Aberdeen Angus y consecuentemente con la formación de la cabaña (Ingrid dirige el establecimiento Los Tilos, ubicado en Treinta y Tres).

Dentro de la cría de Aberdeen Angus, ¿ha ido aumentando la cantidad de productoras?

Sí, somos un lote, incluso, en la Expo Prado de este año la Sociedad de Criadores de Aberdeen Angus nos hizo un reconocimiento a varias mujeres que estamos vinculadas a la raza, lo que fue muy importante por la trayectoria. Se nos reconoció junto a María Mattos, de una cabaña centenaria como es Bayucuá; a Nivia Sierra de Salaberry, quien ha estado en el Angus junto a un pionero de la raza como fue Julio Salaberry; a  Mariel Romero, criadora de Artigas; a Estela Bensich, de la cabaña El Yunque; y a Laetitia d’Aremberg, de la cabaña Las Rosas. También reconocieron  a Andrea Abella, Pilar Rubio y las hermanas Jessica y Allison Mac Interyre, vinculadas hace muchos años al Aberdeen Angus. Este fue un acto muy lindo, muy sentido, muy importante para mí.

¿Cómo imagina a las próximas generaciones de mujeres rurales uruguayas?

Me las imagino con una base de conocimientos tecnológicos más avanzados, de alcance digital muy vasto. Con conocimientos comerciales muy detallados y globalizados para toda el área de explotación rural. Es importante destacar la conciencia de la importancia del cuidado del medio ambiente, que está íntimamente ligado al bienestar del futuro.