En la mañana de este martes 27, Álvaro Rodríguez recibió mensajes de Whatsapp y llamadas de un supuesto cliente habitual de su carnicería –ubicada en Montevideo– quien le advirtió sobre una "grave infracción" que había cometido y podría poner en compromiso a su negocio. Le informó que tenía el poder de anular dicha denuncia –a través de una funcionaria del Instituto Nacional de Carnes (INAC)–, en la medida que el carnicero le depositara $ 9 mil en su cuenta bancaria antes de la tarde, cuando llegaría una inspección oficial.
“Antes de hablar por teléfono me había fijado en la foto del Whatsapp y no lo reconocí como cliente. Intenté llamarlo y no me atendió. Después me llamó él”, narró Rodríguez a El Observador.
En un principio el delincuente no supo informarle qué tipo de infracción había cometido el trabajador. Luego confesó que se trataba de la venta de carne en mal estado. Además, el estafador le habló de una multa que podría llegar a las 17 o 18 unidades reajustables, pero después mencionó unos $ 17 mil, cifras que no coincidían, ya que una UR está hoy en $ 1.168.
“La denuncia viene mal, mal, mal. Te van a caer con todo”, le decía el estafador al comerciante.
“Tengo una compañera que trabaja en la parte de informática del INAC. Puedo hablar con ella para que esto no pase a mayores y borrar tus antecedentes. Cuando me dijo así lo cacé en el aire, pero le seguí el juego. Cuando me dijo que podía llegar a sacar la multa por la mitad de la plata, le dije que dejaba que vinieran los inspectores y luego hacíamos la transferencia. Me dijo que no. Que tenía que ser antes”, relató Rodríguez.
Ante esas contradicciones, el carnicero sospechó de la estafa y se puso en contacto con el INAC y con la Unión de Vendedores de Carne. Desde allí le indicaron que era la sexta denuncia que recibían en el día y le recomendaron ir a una jefatura policial. Sin embargo, Rodríguez resolvió no hacer la denuncia por miedo a futuras represalias.
Posteriormente, se encontró con que el número mediante el cual se habían comunicado lo había bloqueado.
“Estuve hablando con mis empleados y estamos todos en regla. La cámara es nueva… así que voy a esperar a que vengan del INAC. Te agradezco por haberme avisado. Cuando vengas por la carnicería preséntate quien sos. A los dos minutos me bloqueó el celular”, contó el carnicero.
Desde el INAC le informaron que fue “atomizante” la cantidad de personas que llamaron por esta cuestión.
“Alguno tiene que haber caído porque si no, no lo siguen haciendo. Me da impotencia que lo sigan haciendo”, concluyó.
Ante estos intentos de delitos, la Asociación Nacional de Carniceros exhortó a sus socios a estar atentos y denunciar cualquier irregularidad ante las autoridades.
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