Interesante propuesta gastronómica en Montesco

Matambrito de Cerdo al Teriyaki, Muslo relleno caprese con arroz Chao Fan en salsa de Fernet, o Pollo Ceylán con Parmesano crocante son algunos de los platos de la nueva carta de Montesco, que a todas luces conserva el estilo internacional y “de fusión” que caracterizan a la casa.

La nueva carta fue la principal razón para visitar el lugar, restaurant ubicado sobre la calle Tomás de Tezanos casi 26 de Marzo, a pasos del Puertito del Buceo.

El restó ocupa un local diáfano, de frente de cristal, con vista al World Trade Centre de Montevideo.
Mobiliario negro de madera, con camineros y vivos vermellón, pueblan el salón. Sobre el retiro del local tiene construido un deck, ideal para las noches cálidas del verano que se avecina.


A LA CARTA
La carta, como antes de mencionó, está renovada.
Los platos recientemente incorporados tal vez sean los más interesantes de la misma. En cuanto a preparaciones e ingredientes, dominan los de origen mediterráneo, pese a que en esta nueva propuesta, se colaron varios exóticos.

Como entrada tomamos Pan Tumaca y Pollo Ceylán, ambos de impecable presentación. El primero fonéticamente suena como el Pá amb Tomáquet catalán, pero no lo es. Sí es un pan tostado, pero como topping lleva champignones salteados, tomates secos, jamón crudo, y rúcula. Recordemos que la preparación catalana se reduce a tomates maduros “raspados” sobre el pan, aceite de oliva y sal.
El Pollo Ceylán, mientras tanto, podría llegar a confundirse con un strogonoff de pollo más especiado con cilantro, servido sobre una canasta de queso parmesano crujiente, acompañado de rolls de tiras de zuchini a la plancha rellenos de sour cream y nueces.
Ambos estaban ricos, y fueron muy disfrutables. Para criticar, sólo la canasta de parmesano, que nos pareció demasiado grande.

Como principal escogimos Raviolones en salteado italiano, y Matambrito de cerdo en salsa teriyaki. La pasta estaba rica, pero la salsa a nuestro gusto no era lo suficientemente “jugosa”.
El matambrito de cerdo, una delicia. Nos pareció interesante ver cómo quedaba el cerdo con la salsa teriyaki -preparación japonesa usada para cocinar pollo-, y la sorpresa fue muy agradable. De guarnición, llevaba puré de boniato zanahoria glaseado, y una suerte de xamfaina -sin tomate- en julianas.

Un consejo: las porciones son muy generosas de verdad. Basta con pedir una entrada para compartir.

Lamentablemente no nos hicimos un hueco para los postres, y nos salteamos los dulces.
Acabamos la comida con dos aromáticas infusiones de hierbas mixtas.

En el capítulo vinos, una de cal y una de arena: la carta está muy nutrida, con etiquetas difíciles de conseguir en mercado -tienen vinos neozelandeses y sudafricanos entre otros- y varios vinos de alta gama; pero como contra, ofrece pocas opciones para quienes queremos gastar menos de 500 pesos en una botella de vino.
Para alegría nuestra, el personal de sala nos informó que el cambio de carta de vinos es inminente, con consideraciones para con este punto.
Nosotros acabamos ordenando un Carmenere de Casillero del Diablo.


SOBREMESA
Disfrutamos de una rica cena, en un lugar agradable. Pasamos un buen momento. El servicio a mesa fue ágil, cordial y empático.
Dejamos atrás varias opciones de carta que nos parecieron interesantes, así como una cena de verano en la terraza, para la próxima visita. Volveremos.

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MOZO, LA CUENTA
Pan Tumaca: $ 220; Pollo Ceylán: $ 250; Agua sin gas: $ 55; Vino Carmenere Casillero del Diablo: $ 480; Raviolones: $ 290; Matambrito de Cerdo: $ 380; Cubierto (x2) $ 60; Infusión (x2) $ 70.
Total de la cuenta para dos: $ 1935, con el 10% de descuento: $ 1741,5.
Precio por comensal $ 870,75.

• Buceo