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Invertir en genética es cada vez mejor negocio
Por Enrique Albanell (*), especial para El Observador
Este año por las condiciones de precio de los productos ganaderos, las excelentes perspectivas para el futuro y el muy buen arranque de la primavera, es un año en el que el productor debería adquirir toros que tengan todas las garantías sanitarias y que los mismos sean toros certificados por la sociedad de criadores o pedigríes.
Corresponde recordar que esa es una decisión que nos va incidir por muchos años en nuestro rodeo.
Hoy el mercado ofrece muchos toros con datos de EPD’s (diferencias esperadas en la progenie), lo que considero una herramienta imprescindible a la hora de comprar un toro para un rodeo.
A modo ejemplo, con relación al EPD en peso al destete, si en el “Toro A” es de 6 y en el “Toro B” es de 16, en el caso del “Toro B” sus hijos tiene un potencial de peso a destete de más de 10 kilos por ternero que el “Toro A”.
Si estimamos que un toro deja 120 terneros en su vida, la diferencia de usar el “Toro B” es de 1.200 kilos de ternero, kilos que cotizados al precio de hoy del ternero nos arroja un gran beneficio económico en la elección del “Toro B” versus el “Toro A”.
Además, considero que la ganadería cada día está más profesionalizada y se observa por parte de los ganaderos mayor inversión en pasturas –año a año crece el área de mejoramientos–, mayores niveles de suplementación e incrementos de corrales de engorde.
Todas estas tecnologías se potencian cuando el productor usa genética de punta, que los lleva a ser más eficientes en los recursos asignados al negocio.
Con relación a los precios, todo hace indicar que el que está en curso es un muy buen año para el comprador de toros; teniendo en cuenta los precios de los toros de descarte (cerca de US$ 1.000 por toro) y los valores de los terneros, pareciera muy beneficioso para invertir en toros este año.
Por último, analizando el ingreso a Japón de la carne uruguaya, más lo que está significando el mercado chino, más las cuotas ya existentes, etcétera, etcétera, la ganadería uruguaya tiene el enorme desafío de acelerar su marcha y jugar el partido como hacen los países líderes en la producción de carne.
En ese marco, el puntapié inicial para producir más terneros (mayores porcentajes de procreos) y mejores novillos (más área de ojo bife, más marbling, etcétera, etcétera) es sin duda la genética bien aplicada, más un correcto manejo nutricional y sanitario.
Con base en todo lo que se ha señalado, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que invertir en genética es cada vez mejor negocio.
(*) ingeniero agrónomo, director de Sociedad Ganadera El Yunque, cabaña expositora del Gran Campeón Aberdeen Angus en la Expo Prado 2019
