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Jefe de Policía dispuso que jerarcas actúen en operativos y den respaldo a subalternos

La presidenta del gremio de policías dijo que las autoridades "leyeron muy bien" el reclamo de mayor "empatía" que los uniformados exigían del exministro Bonomi
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07 de mayo de 2020 a las 05:02

El hombre estaba acorralado. Con un arma en su mano –con la que había disparado contra dos policías luego de fugarse del Hospital Maciel– intentaba treparse por el faro de la escollera Sarandí, porque no quería entregarse. A pocos metros, intentaba dialogar con él Germán Suárez, el subjefe de la Zona Operacional I de Montevideo, una de las cuatro jurisdicciones de la jefatura de la capital.

En un momento el hombre hizo un movimiento con el brazo que sostenía el arma y Suárez le disparó. La víctima, que había entrado al muelle disparando hacia atrás contra los policías que lo perseguían, cayó entre las rocas. Cuando llegó al lugar la fiscal de Homicidios Mirta Morales, el detenido ya estaba muerto.

Que Suárez estuviera en la primera línea de fuego no fue solamente una decisión personal, sino una directiva impartida por el jefe de Policía de Montevideo, Erode Ruiz, a todos los mandos medios de la jefatura: que dejen los escritorios y salgan a la calle a "supervisar y a controlar" e incluso involucrarse en forma activa en los operativos y procedimientos relevantes, según señalaron a El Observador fuentes de la cartera de seguridad.

"Ellos (por las nuevas autoridades) leyeron muy bien los reclamos del sindicato, escucharon mucho", celebró Patricia Rodríguez, presidenta del Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo, quien recordó que, a su entender, durante la gestión del exministro Eduardo Bonomi los uniformados se sentían menos respaldados, porque sus jefes no se comprometían como ahora. 

"Siempre hablábamos, precisamente, de una falta de empatía con el trabajador policial que se sentía de parte de las autoridades, y eso hacía creer de alguna manera en una falta de apoyo", agregó la dirigente sindical a El Observador 

La disposición de Ruiz está en línea directa con uno de los tres pilares que el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, transmitió a todas las jerarquías de la policía durante la reunión con los 19 jefes departamentales el 2 de marzo cuando los convocó a la Torre Ejecutiva, junto con el anuncio de que habría desde ese día una mayor presencia de policías en las calles y una relación de más cercanía con la gente, como dijo el mandatario en entrevista con El Observador.

"Van a ver a la policía presente", anunció el presidente aquel lunes, y remarcó que todos los uniformados del país tendrían desde entonces su explícito "respaldo", y el del ministro del Interior, Jorge Larrañaga, algo que había sido prometido durante la campaña electoral.

Ruiz, uno de los primeros jerarcas de la policía en ser designados en su cargos por el nuevo gobierno, decidió desde un comienzo –sobre mediados de enero– que él daría el ejemplo y también sería visto en la calle dando "apoyo" a los efectivos que tuvieran que intervenir en los operativos. De hecho, en casi todos los homicidios que se han registrado, se han hecho presentes el jefe de Policía de Montevideo, el subjefe Mario D'elia  y el jerarca de ambos, el director nacional de la Policía, Diego Fernández –cuya designación también se supo en enero–.

La impronta de Ruiz también supuso un cambio con la forma de conducción que llevaba adelante el anterior jefe de la capital, Ricardo Pérez, a quien no era común verlo en las escenas del crimen, ni aparecer ante las cámaras.

El hecho de que los jerarcas policiales se hagan presente en los operativos repercute en el "entusiasmo" de los policías a la hora de ir a la acción, según lo confirmó Rodríguez. "Ahora vemos que ellos vienen comportándose de la manera que, en realidad, cualquier patrón tendría que tener con sus empleados: estar presente, acompañando y viendo que se sientan respaldados en su accionar. Esperemos que no cambien", sostuvo.

 

El presidente y el ministro en velorios de policías asesinados
A la semana de haber asumido, el presidente Lacalle Pou y toda la cúpula del Ministerio del Interior se hicieron presentes en el velorio de la policía Daniela Da Silva, en la sala Forestier Pose, y luego en el panteón policial del Cementerio Central. La mujer de 31 años fue asesinada el 6 de marzo de un disparo, cuando llegaba a su casa. 

Lo mismo ocurrió un mes después, ante el asesinato de Robert Darío Santana Gadea, de 41 años, quien murió el 3 de abril luego de recibir dos disparos al enfrentarse a tiros con cuatro rapiñeros que intentaron robarle su auto. En el cementerio del Cerro, estuvieron el presidente, el ministro y las autoridades policiales.

Esta imagen contrasta con la que había sido la postura del gobierno del expresidente Tabaré Vázquez y del ministro Eduardo Bonomi que en los últimos años había abandonado esa práctica.

"Cuando fallecía un compañero, había ausencias que también generaron que el relacionamiento entre policías y jerarquías no se fortaleciera, sino todo lo contrario", valoró Rodríguez.

En el entierro de César Texeira, asesinado por delincuentes el 15 de enero en ruta 5 para robarle su arma, la única autoridad policial presente fue el entonces director nacional de la Policía, Mario Layera.

 

 

 

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