A lo largo de tantos años cerca de la cocina del fútbol, el periodista conoce a prácticamente todos los protagonistas. Desde las personas que cumplen distintas tareas en los clubes, a futbolistas y dirigentes. A algunos más, a otros menos. A José Fuentes, quien falleció este sábado, lo conocí en 2009, cuando se postuló por primera vez a la presidencia de Nacional y puedo dar fe de su calidez humana, más allá de sus dotes como dirigente del club, que están más que certificadas.
Nos recibió aquella vez junto a Luis Inzaurralde, editor de Referí, en una oficina de la avenida 18 de Julio. Formaba parte de la lista número 8 que encabezaba Mario Garbarino y que competía con Ricardo Alarcón, que había transformado al club en los últimos años.
Siempre con una sonrisa, con su trato paternal, nos contó sobre su vida siempre ligada a Nacional como hincha y cuáles eran sus proyectos de futuro en el club, ahora que iba a tener más tiempo porque así se lo permitía la actividad particular.
Nunca dejó de atender el teléfono, aunque sus obligaciones en el club, primero como dirigente y luego como presidente, no le permitieran saciar la curiosidad periodística.
Era habitual por las mañanas cruzarlo en la rambla, a la altura de Pocitos o el Parque Rodó. Salía a caminar, siempre con gente de fútbol. Después nos encontrábamos en el Gran Parque Central, en la sede de Nacional o en Los Céspedes y saludaba con un "¿qué haces corredor?". Siempre amable y sonriente.
Jamás protestó por alguna nota contraria a sus intereses como dirigente, sin embargo agradeció una reseña que escribimos antes de las elecciones de diciembre 2021, en la que fue electo como presidente del club.
Todavía tengo imágenes en la mente de aquel viaje a Goiania, en agosto de 2022, cuando Nacional enfrentó a Atlético Goianiense por la Copa Sudamericana. La serena alegría de Fuentes porque había cumplido el sueño de los hinchas con el retorno de Luis Suárez.
Todos se querían tomar una foto con el presidente. Mayores y niños. Todos queríamos entrevistarlo. No le costó nada abandonar la comodidad del hall del hotel donde se hospedaba la delegación para atender a las decenas de hinchas que se acercaron para saludarlo y también hablar con los periodistas.
Y después de aquel partido, cuando los policías locales atacaron a los hinchas en la tribuna del estadio, apareció presuroso y preocupado en la cancha tratando de buscar una solución al problema.
Así era José Fuentes. Un gran dirigente, pero más que eso: una gran persona.
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