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Juegos Olímpicos, la increíble recta final de Cetraro y Klüver en España para llegar a Tokio: entrenar a ciegas
Por Pablo Benítez y Luis Eduardo Inzaurralde
Este martes, a la hora 4, sonaron los despertadores en Galicia, España, donde la selección uruguaya de remo realiza la recta final de su apronte para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Bruno Cetraro y Felipe Klüver, junto a su entrenador Osvaldo Borchi se están adaptando al horario de Japón a donde viajarán este jueves para competir a partir del sábado 24 de julio.
El lunes se levantaron a las 5. Este martes una hora más temprano. Para enviarle señales al cuerpo. Después del desayuno el bote va al río. No hay luz y se entrena a ciegas. "Solo vemos la luz del celular en la lancha de Osvaldo. Al rato, el ojo se acostumbra a la oscuridad y vemos la costa por lo que la dirección del barco no es un problema", contó Cetraro a ElespaciodeReferí de Twitter Spaces de El Observador.
Cetraro y Kluver competirán en el doble par peso ligero de remo, una categoría reservada para 18 botes en los JJOO, donde cada remero tiene un remo en cada mano, dos horas antes de la competencia no puede sobrepasar los 70 kilos y donde fuerza y sincronización son las dos variables del éxito. Cada regata tiene un extenuante recorrido de 2.000 metros.
"Queremos estar entre los 12 mejores, es una categoría muy peleada, en Río 2016 los ocho primeros botes entraron con una diferencia de apenas un segundo, que no es nada. Hay potencias como Irlanda, Italia o Alemania que son los favoritos", dijo Kluver, de 21 años, defensor de Remeros de Mercedes.
"Nosotros entrenamos lo que se puede predecir, pero a la hora del sorteo te puede tocar con los rivales más duros o una serie accesible que te asegure estar entre los 12 primeros, influyen las condiciones climáticas de cómo entre el viento, si tenés o no resguardo de la costa, son variables que están dentro del deporte. Vamos a competir de igual a igual, sufrimos para estar acá y vamos a meter esa garra charrúa de no tenerlo todo y dar todo para poder lograrlo", afirmó Cetraro, de 23 años, defensor de Montevideo Rowing.
Las regatas se corren de a seis botes en tres series. Los dos primeros pasan a semifinales. El resto va a repechaje. Los tres primeros del repechaje va a semis, el resto va a la final C para definir los puestos del 13 al 18. Los tres primeros de la semifinales van a la final A por las medallas. El resto a la final B para definir del puesto 7 al 12.
Los uruguayos tienen clara su estrategia: 250 primeros metros fuertes, luego marcar el paso de cancha para intentar ir lo más rápido posible guardándose el resto para el final para intentar superar al líder o sostener la ventaja.
"En la competencia no hablamos porque el desgaste físico es enorme y no te da para hablar porque se te escapa el aire y te desconcentrás. Cada uno va concentrado en su rol. El de Felipe es marcar y leer la regata y yo acompañarlo en el tiro, para que se sienta apoyado. Él es la estrategia y yo la fuerza bruta, aunque los dos hacemos fuerza, pero cada uno tiene su rol y yo copio a mi compañero. Si vas en contacto con los demás botes, psicológicamente por más cansado que estés seguís dando tu 100%, si venís varios metros atrás inconscientemente te venís abajo, el ácido láctico te impide dar un poco más", expresó Cetraro.
"La mente domina el cuerpo, lo fuerza a dar un poco más hasta llegar al punto del desmayo o de vomitar. Felipe es la persona que he visto levantar más pulso. En México levantó 240 pulsaciones, cuando se dice que las máximas pulsaciones con 220 menos la edad y él tiene 20 años, por eso, la mente domina el cuerpo. Siempre vas dando un poco más y la sincronización mental es muy importante", agregó.
El 10 de mayo, los uruguayos se fueron a México para hacer un mes de entrenamiento de altura, en Villa Victoria, en el DF y desde ahí viajaron a España para hacer la recta final de la preparación.
"Nuestra medida es Chile. En el Preolímpico fuimos toda la regata juntos y los superamos al final. Recientemente volvimos a competir con ellos en el Campeonato de España y les ganamos por varios botes. También le ganamos al bote español, son buenas señales", explicó Cetraro que se recibió de radiólogo y que será uno de los abanderados de Uruguay en la ceremonia de apertura, el próximo viernes 23.
"Es el sueño de todo deportista llegar a un Juego Olímpico y llevar la bandera es un honor", comentó. Su sueño comenzó cuando vio competir en Beijing 2008 a Rodolfo Collazo y Ángel Javier García.
Atrás va quedando un recorrido de medallas sudamericanas, Juegos Odesur y competencias nacionales y mundiales. De rivales en sus clubes a compañeros en la selección uruguaya. Este martes se harán hisopados en uno de los laboratorios de España que tienen el visto bueno de la organización de los Juegos y que se ubica en La Coruña. El jueves parten rumbo a Tokio.
Con el objetivo cierto de ser finalistas B. Con el sueño de llegar a una final A, lo que sería toda una hazaña. Como lo fue en marzo ganarle de atrás a Brasil la plaza clasificatoria en Río de Janeiro. Y el camino no termina porque ya están apuntando a París 2024: "Somos jóvenes y podemos seguir mejorando para intentar dejar a Uruguay en lo más alto", concluyó Cetraro.
