El presidente Luis Lacalle Pou anunció que aplicará una rebaja de impuestos si se supera en 2022 el crecimiento proyectado a principios de año. Los dichos generaron una reacción del presidente de la Unión de Exportadores (UEU) y un debate entre economistas sobre la consistencia en el manejo de la política macroeconómica.
El presidente reiteró esa promesa de la campaña electoral en la conferencia de prensa que realizó este jueves luego que el Consejo de Ministros aprobara la reforma jubilatoria.
“En el Compromiso por el País (documento acordado por la coalición en la campaña electoral) se habla de una reducción del IASS (Impuesto a la Asistencia de la Seguridad Social)”, dijo Lacalle Pou. Luego hizo mención a un “pacto” que tiene con la ministra de Economía, Azucena Arbeleche. “Si el crecimiento (económico) supera el 3,8% en este año, parte de ese crecimiento por encima del planificado, se va a volcar para disminuir el IASS y parte para disminuir el IRPF (Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas)”, afirmó.
Una proyección del equipo económico efectuada en febrero de este año indicó que la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) sería de 3,8% en 2022. La última Rendición de Cuentas mejoró la previsión hasta 4,8%. En tanto, la mayoría de los analistas privados maneja un piso de crecimiento de la actividad para este año de 5%. Ese crecimiento permitirá entonces la rebaja de los dos impuestos anunciados por el presidente.
Sin embargo, el anuncio no fue bien visto por el presidente de la Unión de Exportadores, Facundo Márquez.
“No estoy viendo un plan coherente. Aumento de la tasa de política monetaria (política contractiva) versus disminución del IASS e IRPF (política expansiva). Por donde se mire, pérdida de competitividad que terminará afectando el empleo y crecimiento”, escribió en su cuenta de Twitter.
Por la misma red social recibió un comentario de apoyo de Martín Vallcorba, asesor del Ministerio de Economía y Finanzas durante los gobiernos del Frente Amplio. “Coincido con el presidente de la Unión de Exportadores. El anuncio del presidente es francamente inconsistente, tanto desde el punto de vista del manejo macroeconómico, como respecto a las prioridades del gasto público y la equidad intergeneracional”, respondió.
“Inconsistente en el manejo macroeconómico: se anuncian medidas fiscales expansivas junto a una política monetaria que se vuelve más contractiva. Además, fundamentado en un `mayor crecimiento´, que no es crecimiento genuino de 2022, sino una medida de arrastre estadístico”, continuó.
“Parecería que la preocupación por el resultado fiscal estructural de la regla fiscal quedó por el camino o en el discurso. E de suponer (y esperar) que una medida de este tipo, que afecta el balance fiscal estructural, debería tener opinión previa del Comité Fiscal Asesor”, señaló Vallcorba.
Allí intervino el economista de CPA Ferrere Alfonso Capurro. “El CFA (Comité Fiscal Asesor) no tiene atribuciones para evaluar impactos de política en términos de equidad o distribución de ingresos. Sin perjuicio de lo anterior, el CFA se ha pronunciado sobre la importancia de mantener el enfoque estructural de las finanzas públicas”, expresó en la misma red social.
En informe de julio, el CFA hizo consideraciones al respecto. Expuso que en “un contexto en que la actividad se acerca al producto potencial en un escenario internacionales con señales de reversión, el CFA señala la importancia no solo de apuntalar un enfoque estructural, sino también de adoptar un criterio de prudencia a la hora de evaluar medidas de política económica con impacto permanente en el gasto y/o en los ingresos”.
El exintendente de Regulación Financiera de la Superintendencia de Servicios Financieros del Banco Central (BCU) y docente de Microeconomía, José Licandro, también le respondió a Márquez. “Creo que no es comparable una medida en el campo monetario que por definición es transitoria y orientada a bajar la alta inflación que tenemos, con otra del campo fiscal que es permanente. Además, esa reducción debe respetar la regla fiscal, así que muy expansiva no podrá ser”, indicó.
Luego opinó el economista y socio de CPA Ferrere Gabriel Oddone. “En los 90, plan de estabilización con ancla cambiaria, insuficiente esfuerzo fiscal y salarios indexados con inflación cayendo, provocó presiones extraordinarias sobre el TCR (tipo de cambio real). La historia no terminó bien", resumió.
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