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La compleja organización para cortar el efecto de ocupación de fosas en el Cementerio del Norte
La disponibilidad de fosas en el Cementerio del Norte en invierno, y en pandemia, es lo más parecido a un “efecto dominó”, según su director Santiago Rodríguez. Un pico de contagios de covid-19, el habitual aumento de mortalidad del bimestre invernal de julio-agosto o tareas de mantenimiento en el crematorio, pueden confluir para poner en aprietos al predio. Por eso la Intendencia de Montevideo (IMM) plantea anticiparse como “contingencia”.
Los arquitectos del departamento de Desarrollo Urbano de la comuna capitalina iniciaron esta semana recorridas en el lugar para relevar las condiciones del sitio y considerar la posibilidad de ampliar las fosas existentes, en un momento en que las inhumaciones de mayo supusieron un 82% más respecto a las registradas en el mismo período del 2019, tal como informó La Diaria . La relación fue de 780 contra 427 entre una y otra, según recopiló el Servicio de Fúnebre y Necrópolis.
“Es lo que hacemos todos los años, pero ahora tiene un poco más de movida porque estamos más asustados”, reconoció el director del Cementerio durante una recorrida por el predio que El Observador realizó este viernes.
En el extenso extremo suroeste del cementerio hay mil fosas divididas en seis sectores, donde los cuerpos yacen por un período de tres años hasta la reducción, cremación o traslado. En un séptimo sector —el G— hay 380 lugares “extraordinarios” o “vírgenes”: están ahí por si acaso, pero “no forman parte del paquete” cuando una familia opta por la sepultura en fosa —también puede elegir nicho por arrendamiento, tubulares, panteón privado o cremación—.
“Si un día —ojalá que no nos pase— mueren 400 personas de coronavirus o por un accidente, yo tengo que tener todo previsto porque puedo generar un problema moral, emocional y sanitario en la ciudad. Tengo que ver desde el mejor al peor escenario. Si me planteás el peor escenario que pueda haber, yo estoy pronto”, garantizó Rodríguez.
El terreno en estudio tiene, si se lo mira por imagen satelital, forma de triángulo. Hoy es un amplio espacio verde, enmarcado al norte por los muros que dan a Aparicio Saravia, al este por las paredes que enfrentan al cercano Parque Maracaná, y al suroeste por el sector de los tubulares.
El jerarca, habituado a tratar con familiares de fallecidos, recurre con frecuencia a la primera persona y suaviza el tono para humanizar las frustraciones con las que trata a diario. La operativa cotidiana implica semana a semana reacondicionar fosas, junto a las otras tareas que también deben afrontar los funcionarios del cementerio.
Reducciones
Una de las medidas adoptadas para disminuir la movilidad en el cementerio fue “dirigir” las reducciones. “Aguantamos todo lo que podemos ese trámite para cuidar a la gente. Pero eso, ¿qué significa? Un atraso en la dinámica: el que tenía que estar dos años, ahora va a estar tres. Al liberar menos espacio tenemos una gran ventaja: cuidamos más a nuestra gente, funcionarios y vecinos”, explicó Rodríguez.
El director señaló que cada reducción conllevaba un movimiento de varios familiares que preocupó a los funcionarios municipales. Que sean “dirigidos” responde también al “temor” de los vecinos por la circulación de personas en tiempos de pandemia.
La emergencia sanitaria también repercutió en un aumento de las cremaciones. “Culturalmente, hoy hay más cremaciones que antes”, repasó el jerarca, al señalar un proceso que inició años atrás. “A la vez, el covid-19 da miedo e indirectamente la gente opta más por cremar que por el enterramiento”, añadió.
El horno funciona hoy de manera normal, expuso. Por su parte, la ocupación de la cámara conservadora de cuerpos no supera el tercio de su capacidad máxima para albergar hasta a 120 personas, señala Rodríguez.
Más funcionarios
La secretaria general de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (Adeom), Valeria Ripoll, declaró el martes a El Observador que el sindicato le solicitó a la administración de Carolina Cosse incorporar a más funcionarios al lugar, dada la “saturación” registrada en las últimas semanas. “Pedimos entre 20 y 30 funcionarios más para el Cementerio del Norte, pero han ido entrando a cuenta gotas. Para cumplir con todas las tareas se precisan 120 o 130 funcionarios”, dijo la sindicalista.
Al día de hoy el Cementerio del Norte tiene 53 trabajadores activos, con otros cuatro inactivos por tener comorbilidades. Consultado al respecto el director de la dependencia, Rodríguez expuso que desde el cementerio “siempre” consideran que “se precisan más funcionarios”. “El proceso de ingreso no alcanza solo con traerlos: hay que adaptar la infraestructura. Si ahora vos traés 100 funcionarios, yo no tengo dónde bañarlos”, indicó a modo de ejemplo.
En entrevista con Desayunos Informales, el director de Gestión Humana de la Intendencia de Montevideo, Jorge Mesa, confirmó que la comuna sumará diez funcionarios al Cementerio del Norte. La operativa diaria implica al día de hoy dos burbujas, con una primera tanda de empleados que ingresa en la mañana y otra que ingresa pasado el mediodía. Parte de las obras a llevar a cabo implica la reforma de baños y vestuarios para fortalecer los protocolos.
