El característico
azul turquesa de las aguas del balneario de Cancún y de casi toda la Riviera Maya, en el Caribe mexicano, ha sido alterado en las últimas semanas por un masivo e inusual arribo de sargazo, una macroalga que ha impuesto una mancha marrón a las otrora paradisíacas playas.
La alteración al paisaje de una de las zonas con mayor atractivo turístico en México y en el mundo ha provocado que los turistas empiecen a valorar otros destinos antes que un viaje a Cancún.
"El atractivo para este turismo son los mares azul turquesa y la arena blanca", explicó la especialista Brigitta Ine Van Tussenbroek, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pero "si los turistas solo ven playas con toneladas de materia orgánica en descomposición con malos olores, no van a regresar", añadió la experta.
Con la perturbación en el paisaje que ha causado el sargazo, el problema para la entidad y la región no es un asunto menor.
La Secretaría de Turismo del suroriental estado de Quintana Roo (Sedetur), donde se ubica la Riviera Maya, indicó que recibió a 16,9 millones de visitantes en 2017, un
aumento del 5,3% respecto de 2016.
Esa cantidad de visitantes dejó una derrama económica de unos 8.810 millones de dólares, un crecimiento de 2,4% interanual.
El organismo señaló que a pesar de esta problemática, en la actual temporada vacacional de verano la ocupación hotelera en Quintana Roo fue en promedio de 90%, mientras que en 2017 había sido de 82,77%.
Ante la emergencia, el funcionario señaló que el gobierno de México intentará desviar el sargazo hacia altamar para prevenir su arribo a las costas.
Por ahora, en términos económicos, especialistas han estimado que los hoteles de Quintana Roo gastan al mes 1 millón de pesos (unos US$ 52.870) para retirar el sargazo de las playas, que hacen prácticamente de forma manual.
Ante la gravedad del problema, el gobierno mexicano, tras una reunión con autoridades de la Semarnat, de la Secretaría de Turismo y de un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), acordó implementar medidas.
La presencia del sargazo en las playas es un indicador de la creciente contaminación y aumenta hasta en 100 veces los daños causados directamente por la actividad humana en los mares y costas caribeñas, en donde hay
asentamientos irregulares y malos tratamientos de aguas negras y grises.
Según especialistas de la UNAM, si la invasión de la macroalga no se atiende pronto podría convertirse en un "desastre ecológico" de grandes dimensiones y pondría en riesgo la industria turística de la región, ya que su principal atractivo estará manchado.