Alejandro Astesiano fue enviado a una prisión en Florida

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La difícil semana de Lacalle Pou: del “balde de agua fría” al “no miento”

El presidente reconoció que se equivocó y analiza la situación de sus custodios
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01 de octubre de 2022 a las 05:02

El presidente Luis Lacalle Pou no llegó a desarmar las valijas del viaje a Costa Rica con sus hijos cuando supo que un problema grande estaba a punto de estallar.

Alejandro Astesiano, el hombre de máxima confianza al que le había conferido la tarea de cuidarle las espaldas, iba a ser detenido en la residencia presidencial de Suárez y Reyes.

La comunicación de que algo había ocurrido se la había dado el propio Astesiano poco después de que llegaran juntos a la base aérea de Carrasco. El jefe del Servicio de Seguridad Presidencial lo llamó mientras retornaban hacia la casona ubicada en el Prado para contarle que el director de Inteligencia Policial, Claudio Correa, los estaba esperando.

Fue en Suárez chico –una oficina al lado de la casa presidencial– donde Lacalle Pou se enteró de la tormenta que venía. 
Primero mantuvo una reunión con Correa y luego otra con Astesiano. 

Ahí, sin más detalles, supo lo que se venía. La Fiscalía había solicitado detener a su principal custodio en una causa en la que ya había tres imputados por formar parte de una banda que falsificaba documentación para que ciudadanos rusos obtuvieran pasaportes uruguayos. 

Era domingo de noche y la noticia le cayó como un “balde de agua fría” que alteró su estado de ánimo.

El presidente había organizado su agenda y pensaba iniciar su semana con otro tema como central, la reforma de la seguridad social, pero el asunto quedó en un segundo plano.

El lunes al mediodía se supo de la detención de Astesiano y pocas horas después Lacalle Pou decidió salir a dar la cara para comunicar sobre un tema difícil. 

“Si ustedes se sorprendieron, imagínense yo”, dijo en una conferencia de prensa en la Torre Ejecutiva. Enseguida aseguró –con énfasis– que el custodio “no tenía antecedentes” penales, que no se imaginaba que pudiera estar cometiendo una ilicitud y que de haberlo sabido “jamás” le habría otorgado la defensa de lo más preciado que tenía: su familia.

Para decir esas palabras, Lacalle Pou se había valido de dos informes, uno de 2020 y otro de 2021, que mostraban más de veinte “eventos de seguridad pública”. Los documentos decía “no hay datos” en el recuadro específico de “antecedentes policiales”.

El último legajo que su equipo había mirado era del 7 de setiembre de 2021 y había sido emitido a las 14:22. 

Sospechas

Un funcionario cercano al presidente aseguró que horas después de la conferencia, cuando siguieron diciéndoles que lo que había dicho estaba mal, decidieron hacer una nueva revisión y pidieron nuevamente el legajo.

El documento fue emitido el lunes a las 18:05. Astesiano aparece con otra foto –lleva un saco beige, buzo y camisa–, tiene otro domicilio y le figuran siete “eventos de seguridad pública” más (todos ocurridos entre setiembre de 2021 y julio de 2022), entre ellos una indagatoria en enero de este año. 

Aunque esto último constituía una novedad, la mayor sorpresa estaba una página más adelante. El recuadro de “antecedentes policiales” ya no estaba vacío y tenía una entrada que decía que Astesiano había sido procesado con prisión en 2013.

Este nuevo informe fue el que habilitó al presidente a decir el martes que Astesiano tenía antecedentes penales aunque mencionó que se había enterado por la prensa. En Fray Bentos, donde estuvo ese día, el mandatario no dijo que había estado en prisión y esa información siguió siendo desconocida para la opinión pública hasta el miércoles, cuando La Diaria lo informó. 

Fue recién ahí –pese a que tenían el informe desde la tarde del lunes– que desde Presidencia ordenaron al Ministerio del Interior  realizar una investigación de urgencia para determinar por qué el dato no saltó en los pedidos anteriores de Lacalle Pou en 2020 y 2021.

Esos pedidos habían sido realizados ante dos publicaciones de prensa sobre los antecedentes y las indagatorias policiales que tenía Astesiano, primero de la revista Caras y Caretas y luego de radio Sarandí. 

El procesamiento no apareció –según la investigación de Policía Científica– porque la cédula de Astesiano se había desasociado del legajo en 2015,  aunque no fue posible en esta primera etapa determinar qué funcionario lo hizo ni por qué.

Lacalle Pou y Astesiano se conocen desde 1999

Esos datos surgirán de una investigación más profunda, según anunció el ministro del Interior, Luis Alberto Heber.
Durante la semana, Lacalle reiteró que “no mintió” y que estaba “diciendo la verdad”.

“Yo no les miento, yo les digo la verdad. Me puedo equivocar pero no miento. Cuando dije que no había antecedentes las dos veces que se me dio la información, dije la verdad. Confiar tiene estas cosas, soy una persona que confía en la gente”, expresó este viernes en una rueda de prensa en Maldonado.

Molestia

Sin rehusar de su responsabilidad por la contratación, Lacalle Pou fue modificando su estado de ánimo a medida que fue conociendo más información que su custodio le había ocultado.

Si el domingo lo que sintió fue tristeza, a la noche del martes –al conocer el procesamiento y que incluso usó la Torre Ejecutiva para mantener reuniones con la banda criminal– ese sentimiento se transformó en molestia, casi rabia. 

Astesiano nunca le había dicho que estuvo en Las Rosas y le mintió en la cara al equipo cuando le preguntaron por incidentes penales.

“Se dieron algunos hechos que son lamentables, que nos llenan de indignación y de lo que tiene ver con perder la confianza en alguien tan cercano al presidente. El presidente y quienes estamos ahí sentimos la misma decepción. Hay alguien muy cercano que vulnera la confianza personal. En este caso es una persona que estaba cotidianamente con el presidente, su familia y sus hijos”, lamentó el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado.

Lacalle conoció a Astesiano en la campaña electoral de 1999 cuando el custodio era el chofer de Sergio Abreu, candidato a vicepresidente por el Partido Nacional. 

Profundizaron el vínculo en 2004 cuando se sumó al equipo de seguridad de la fórmula Jorge Larrañaga y Abreu y que siguió en 2009 cuando acompañó a Lacalle Herrera y Larrañaga. 

En 2014 , luego que Lacalle Pou ganara la interna, Astesiano se integró a su grupo y las imágenes de la época lo muestran escoltándolo el día de la votación en octubre y noviembre así como en los actos finales de la campaña.

En 2019, el Fibra –el apodo con el que se hizo conocer– siguió en el equipo y su desempeño llevó a que Lacalle Pou le ofreciera hacerse cargo del Servicio de Seguridad Presidencial, pese a una importante advertencia realizada por  el hoy director de la Secretaría de Inteligencia Estratégica del Estado, Álvaro Garcé, tal como informó el semanario Búsqueda.

El funcionario, tranquilo y entrador, no despertó sospechas de su accionar y las 35 anotaciones policiales quedaron en el olvido, hasta este martes cuando fue imputado y algunos volvieran sobre su actuación para preguntarse si las alarmas habían sonado lo suficientemente fuerte.

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