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La historia de las vacas gallegas que pastan en campo uruguayo

José María García, el fundador de Bergantiños y ex presidente de La Española, importó genética de la raza vacuna de su tierra natal
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23 de noviembre de 2019 a las 05:01

Por Juan Samuelle, enviado a Estación Atlántida

Falta poco para que en algún restaurante uruguayo se pueda pedir un churrasco de Rubia Gallega, la raza vacuna típica de Galicia. Y se descuenta que será como los que se ofrecen en cartas de casas de comida en esa provincia española: tierno y sabroso. ¿Quién lo hace posible? Un gallego –emprendedor como pocos–, José María García, quien en ocho décadas no se cansó de fijarse metas y alcanzarlas. Criar aquí esas vacas es mucho más que un negocio, “es una pasión”, dijo.

En la Expo Prado –mientras él, como en cada 8 de setiembre, disfrutaba en su pueblo de la festividad Nosa Señora do Faro en Ponteceso– uno de sus hijos (Marcelo) recibió en su nombre uno de los premios que la Asociación Rural del Uruguay entregó a gallegos que emigraron a Uruguay a mediados del siglo pasado y son considerados un ejemplo por sus logros, algunos de ellos relacionados con los agronegocios. Fue entonces que Juan Carlos López, maestro de ceremonias, divulgó el reto de expandir aquí esa genética de “las vacas rubias gallegas”.

“Siempre me gustó el campo, apenas pude compré uno en Estación Atlántida (Canelones), que se llama Las Pipas, de 15 hectáreas. Después lo fui agrandando y ahora son algo más de 100. También tengo la estancia Santa del Faro, en Capilla del Sauce (Florida), con el nombre de la santa de mi pueblo (en el municipio Puenteceso en la comarca de Bergantiños)”, dijo. Allí, antes de venir a Sudamérica, era monaguillo en la parroquia. Hoy, 63 años después, tiene en la estancia en Florida un monumento en homenaje a la Santa del Faro.

Este multifacético empresario tuvo buenas y malas en el campo: “Tuve acá, en Las Pipas, el tercer feedlot que hubo en Uruguay”. En 2002 como a muchos la aparición de la fiebre aftosa lo castigó: “Esa crisis me agarró con 3.200 novillos comprados a US$ 0,86 el kilo y aunque no tuve aftosa los liquidé a US$ 0,46… un clavo remachado. Pero seguí adelante”, enfatizó.

No bajó los brazos. Sin apagar la apuesta ganadera, fue agricultor. Además de proveerse de comida para los vacunos, produjo soja. Y forestó para diversificar la inversión y disponer de sombra y abrigo para los vacunos.

Volviendo a la historia de sus vacas rubias, recordó que “vino un argentino a ofrecerme semen de Rubia Gallega, las vacas que veía en los informes de la televisión de Galicia. Le compré 100 dosis, inseminamos 100 vacas Hereford de segunda parición y hubo 82 nacimientos hace un año y medio, un porcentaje altísimo y nacieron sin ningún tipo de problemas”. Tras esa buena experiencia, el plan avanzó y está arrancando el segundo ciclo de nacimientos con base en esa genética. De los nacimientos iniciales se separaron tres machos para que trabajen como toros y las hembras serán inseminadas con sangre de Rubia Gallega. Dada la buena performance inicial al inseminar vacas de segunda parición, ahora se inseminará a todo el rodeo, “al barrer”.

Una de las ventajas que aprecia en esta raza es su rápido crecimiento. “Los hijos de esa genética de España”, mencionó señalando a uno de los rodeos, “tienen 500 kilos al año y medio y otros vacunos sin esa genética nacidos al mismo tiempo están en 300, comiendo lo mismo. Es impresionante”. Y apuntó que “la facilidad de parto” es otra ventaja.

De carácter “son totalmente normales”, añadió a su lado Hugo Pellejero (capataz de Las Pipas), cuando se lo consultó sobre el temperamento de estos vacunos a la hora de ser manejados, por ejemplo para llevarlos de un potrero a otro al rotar el pastoreo.

“Comen en campo natural y ayudamos con praderas, sembramos trebol, raigrás y lotus”, informó García durante la recorrida que hizo junto al  periodista por los potreros, señalando que se notó que esta genética “responde excelente cuando se le mejora la comida, son muy eficientes al convertir pasto en carne”.

García vende su hacienda a un consignatario. Parte de las reses van al San Jacinto. Por novillos con sangre Rubia Gallega hubo interés del frigorífico Florida: “Vinieron acá y fueron a la estancia”, pero eso quedó en pausa por la coyuntura ganadera de altos precios por los vacunos bien terminados que tiene a muchas industrias en pausa o trabajando lo mínimo.

“Es una raza muy presente en Galicia, pero también en otras partes de España y en Francia y otros lugares de Europa, es un ganado muy bien adaptado”, resaltó.

Admitió, sonriendo, que “no falta mucho” para que en Uruguay podamos probar un buen churrasco de Rubia Gallega. “Hay animales listos para faena, con 600 kilos”, dijo. Y detalló que la clásica terneza y buen sabor de su carne es característico, pero es clave una buena alimentación, “que esta vaca coma un buen pasto”.

Desde 1968, García viaja todos los años a España. Tener estas vacas acá, comentó, “es un orgullo para mí, mi señora (Josefina Martínez) y mis dos hijos y cuatro nietos, porque uno hace esto para darse un gusto y por la familia”.

Una anécdota, a propósito de la introducción de esta raza, surgió cuando García fue contactado por organizadores de La Semana de España en Tienda Inglesa, interesados en vincular la novedad a ese emprendimiento promocional.

García está jubilado. “Mis hijos se prepararon mucho, estudiaron en Alemania y están al frente de la empresa, así que tengo tiempo para disfrutar del campo y de tener acá, con estos animales, un pedacito de mi Galicia. Vamos a tener que fijar fecha para un buen asado con cuero, pero de Rubia Gallega”, concluyó sonriendo.

 

 

Cuando lo normal eran los 12 hermanos

En la charla, este empresario resaltó los beneficios que entiende tiene la vida en el medio rural. En aldeas como en la que se crió en cada parroquia había una escuela para 60 niños y otra para 60 niñas, recordó. Lamentablemente, hoy hay apenas cinco niños y decenas de casas abandonadas. Y no es solo que la gente haya sido seducida por el confort de la ciudad… “nosotros fuimos 12 hermanos, eso era normal, hoy una familia con tres hijos es algo extraño”, comentó.

 

 

"Pepe" García: artista, ganadero y zapatero
José María García nació en La Coruña en 1940 y con 17 años emigró a Uruguay. En una extensa lista de logros, en sus 80 años fue fundador de Bergantiños (empresa que dirige junto a sus hijos Marcelo y Fernando); presidente del Hogar Español; y presidente de La Española (cuatro veces). Ahora preside la asamblea general representativa de La Española y la cruzada Doctor Caritat del Pereira Rossell. Es hincha de Nacional y cerca estuvo de ser dirigente cuando la entidad tricolor era conducida por Ceferino Rodríguez. Desde España trajo su veta artística: compositor y cantante. No solo creó el himno de su empresa, Bergantiños. Hace poco, en el 166º aniversario de La Española, ante 5.000 personas en el Antel Arena cantó un clásico suyo, Mis dos patrias, desde el escenario en una noche en la que además actuaron entre otros Ruben Rada, Washington Carrasco y Cristina Fernández y Diego Torres. Tiene intacta su capacidad para innovar y un viejo anhelo es crear un paseo marítimo recreando en la costa de Atlántida y Villa Argentina (donde reside) el balneario alicantino Benidorm. Ya tiene el diseño y ha interactuado con diversas autoridades, legisladores y hasta con el presidente Tabaré Vázquez. “Lo que más disfruto es cantar, estar en el campo y fabricar zapatos”, dejó en claro mientras mostraba al periodista, en un enorme galpón en su campo de Estación Atlántida a metros de donde estaban sus Rubias Gallegas, enormes equipos industriales inactivos con los que llegó a fabricar hasta 1.400 pares de zapatos por día.

 

 

Las vacas tras los pasos del roble

El protagonista de esta nota, de diversos modos y durante décadas, ha contribuido a estrechar los lazos entre sus dos patrias. Para ello interactuó con presidentes de Uruguay y con los reyes de España. En Estación Atlántida hace algunos años estuvo de visita el ex presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga Iribarne. Allí hay un roble que García trajo desde Puenteceso: hace unos 40 años fue plantado por el expresidente de la República Jorge Pacheco Areco y el exgerente de La Española Oscar Magurno. “Está bárbaro el roble”, remarcó. Y espera que su apuesta a la Rubia Gallega tenga el mismo éxito.

 

 

Excelente productora de carne
La raza Rubia Gallega resulta de siglos de evolución genética. Para mejorar la producción de carne los rústicos vacunos nativos de Galicia se fueron cruzando con genética de razas, como Durham, Angus, Hereford, Pardo Suizo y Simmental. El último aporte sucedió con sangres South Devon. Todo ocurrió en distintos momentos de los siglos XIX y XX. El standard propio se creó en 1933. Es típico de Lugo y La Coruña, excelente productor de carne y caracterizado por su pelaje con tonos variadas siendo las más habituales pelirrojo, trigueño y canela. Los machos puros llegan a pesar 1.500 kilos y las hembras 1.000 kilos.

 

 

 

 

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