La inflación batió otro récord en la UE y alertan sobre el posible cierre de miles de empresas

En una carta dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la cámara empresaria señaló que de acuerdo a sus estimaciones, el 70% de la producción de fertilizantes de Europa se ha cerrado o ralentizado, mientras que el 50% de la capacidad de producción de aluminio se ha perdido. “Resolver la crisis es una cuestión de supervivencia", afirma el texto.

"Existe un peligro real de que empresas, en especial determinadas industrias que hacen uso intensivo de energía, se trasladen fuera de Europa de forma permanente, lo que aumentará drásticamente nuestra dependencia de terceros países", señaló Business Europe.

La carta, firmada por el presidente de la entidad, Frederik Persson, subraya que los exorbitantes precios de la energía tienen "un impacto directo sobre la viabilidad empresarial en Europa y en el conjunto de la economía", al tiempo que demandó el diseño y adopción de "medidas de emergencia".

Para la entidad, "encontrar urgentemente formas a nivel de la UE para mitigar el impacto de los precios de la energía paralizantes que enfrentan las empresas europeas es una cuestión de supervivencia".

La carta difundida por la entidad se conoce en momentos en que los ministros europeos de Energía mantienen reuniones de emergencia con el objetivo de discutir propuestas para intervenir el mercado energético, entre ellas la reducción del 10% del consumo de la electricidad hasta finales de marzo de 2023 y la tasa de "solidaridad" de las compañías de combustibles fósiles.

El fuerte aumento de la energía es consecuencia del veto a las importaciones de hidrocarburos rusos con el que avanzó el bloque europeo y al recorte al suministro ordenado por el Kremlin, especialmente del gas, como parte de la guerra de sanciones y contrasanciones por la guerra en Ucrania.

En ese contexto, la tasa de inflación de la eurozona alcanzó un 10% en setiembre, el nivel más elevado de toda la serie histórica del indicador, que se remonta a 25 años atrás, impulsada por los fuertes aumentos en la energía, una tendencia que pone los ojos de todos sobre el Banco Central Europeo.

La variación de precios al consumidor había alcanzado un 9,1% en agosto para los 19 países que utilizan la moneda única europea, luego que a principios de setiembre el Banco Central Europeo (BCE) acelerara el endurecimiento de su política monetaria con un alza de 0,75 punto porcentual en sus tasas de referencia.

Durante ocho años, las tasas se mantuvieron  en terreno negativo, una situación excepcional, que buscaba incitar a los bancos de la zona euro a colocar su liquidez en proyectos productivos en lugar de retenerla en las arcas del BCE.

Sin embargo, la crisis energética agravada de forma dramática por la guerra y sus efectos en materia de seguridad alimentaria mantuvieron la presión sobre los precios al consumidor, y la inflación sigue su marcha imperturbable.

De acuerdo con Eurostat, en setiembre, el sector de energía experimentó un aumento de 40,8%, por encima del 38,6% del mes anterior, siendo el principal vector de la inflación general. El sector de los alimentos, en tanto, experimentó un reajuste de 11,8% en setiembre, sobre un aumento de 10,6% en agosto.

Los dos otros renglones del índice que también experimentaron aumentos fueron los bienes industriales no energéticos, que avanzaron un 5,6% frete al 5,1% de agosto y los servicios, que se elevaron del 3,8% al 4,3%.

Entre las principales economías europeas, Alemania experimentó en setiembre una inflación de 10,9%, Francia del 6,2%, Italia del 9,5% y España del 9,3%, de acuerdo con Eurostat; al tiempo que en otros países, como Estonia, Lituania y Estonia, se disparó en setiembre a valores de entre el 22% y 24%.

Según Bert Colijn, economista del banco ING, "la crisis energética continúa elevando los precios en todos los ámbitos" y añadió que "si bien los precios de la energía tienen un gran impacto, los alimentos y la inflación subyacente también aumentaron".

Consultado por la agencia de noticias AFP, Colijn destacó que el salto del 9,1% de agosto al 10% de setiembre tuvo una "base más ancha de lo esperado" y que eso “pone en el centro de las expectativas” la reunión del BCE prevista para octubre.

La lectura destaca que "la mayor parte de la inflación subyacente proviene de los efectos de segunda ronda de la crisis energética, lo que está respaldado por el hecho de que las empresas más dependientes de la energía han indicado que aumentarán los precios en los próximos meses".

A raíz de este escenario, Jessica Hinds, de la consultora Capital Economics, expresó su expectativa de que el BCE aumente en octubre las tasas en otros 0,75 puntos porcentuales. "A pesar de los riesgos de una recesión, no descartamos un aumento todavía mayor. Creemos que las tasas de referencia alcanzarán el 2% antes del fin de año y que la inflación crecerá todavía más en los próximos meses", apuntó.