Uno de los coletazos que ha tenido en Uruguay la guerra entre Ucrania y Rusia ha sido el incremento del precio de varios alimentos de la canasta básica de consumo, entre ellos, los productos panificados. Esto por el encarecimiento del precio internacional del trigo y de la harina, uno de los insumos principales para la elaboración.
Desde marzo el remarque en los productos de panadería ha sido evidente. Algunos más, otros menos, la gran mayoría de los comercios corrigió el precio de sus productos al público para aggiornar costos.
El Índice de Precios del Consumo (IPC) muestra que el pan flauta subió 14,5% en los primeros siete meses del año. También se incrementaron en magnitud similar otras variedades de pan, como el pan porteño (14,1%), la galleta de campaña (12,4%) y el pan integral (9,7%).
En el caso de los bizcochos su precio aumentó 14% entre enero y julio, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las galletas maleteadas subieron 9,4%, las masitas 8,9%, los sándwiches 6,6% y otros productos de panadería (7,7%).
La valorización del trigo no ha sido el único elemento que ha incidido en la paramétrica de costos de estos comercios. También deben considerarse el aumento de otras materias primas (aceites, grasa, huevos), y otras variables como salarios, tarifas públicas y combustibles.
El producto más sensible al aumento de la harina es el pan común (flauta, porteño, marsellés, pan de pancho, tortugas). En cambio, en otro tipo de panificados –que tienen otros ingredientes (además de la harina)–, el impacto es menor.
Además, el peso de la harina en la estructura de costos en las panaderías artesanales es inferior al de las panaderías industriales. En el primer caso, esto se debe a que hay otros componentes que pesan más como la mano de obra, alquileres o la energía (leña o energía eléctrica).
Hay también otros productos panificados, como el pan empaquetado blanco que trepó 10,08%, alfajores (7,3%), galletas dulces (6,6%), galletas saladas (6,3%) y galletas de salvado 6,07%.
La cotización del trigo fue uno de los primeros commodities en dispararse por la invasión rusa en Ucrania que comenzó en marzo. El cereal escaló en los mercados a un máximo de 14 años, ya que Ucrania es responsable de cerca del 12% de las exportaciones mundiales de trigo y Rusia de otro 16%. El contrato del trigo para entrega en diciembre de este año tocó un techo de US$ 462 por tonelada el pasado 16 de mayo en la bolsa de Chicago.
Ese mismo contrato se negociaba a US$ 296 por tonelada este jueves, con una caída de US$ 166 (-36%). Hoy está en niveles similares a lo que tenía al inicio de la guerra.
Fuentes del sector panaderías dijeron a El Observador que de momento no hubo notificación alguna sobre una posible baja en el precio de la harina.
“Lo último que dijeron los molinos fue que es muy probable que tengan que importar trigo y eso aumentaría costos”, expresó uno de los consultados. Añadió que este año hubo récord de exportación de trigo, y posiblemente con el remanente no se cubra la demanda interna antes de la nueva cosecha. La cosecha de trigo es en diciembre próximo.
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