Desde su regreso al poder, los talibanes hicieron un visible esfuerzo por mejorar la infraestructura de la urbe.

Mundo > AFGANISTÁN

La Kabul de los talibanes, más segura y limpia; pero también más sombría

En la ciudad, de unos 7 millones de habitantes, más de 60.000 cámaras de seguridad vigilan las calles y en muchos barrios los accesos siguen controlados por guardias armados
Tiempo de lectura: -'
04 de diciembre de 2023 a las 05:04

Con calles más limpias y más seguras, aunque también más sombrías, la ciudad de Kabul ha cambiado de rostro desde el regreso al poder de los talibanes en Afganistán.

Superpoblada, contaminada y repleta de cámaras de seguridad, Kabul "fue concebida originalmente para 500.000 habitantes, pero ahora tiene casi 7 millones", explica Nematullah Barakzai, asesor municipal de asuntos culturales.

Desde su reconquista relámpago de Kabul en agosto de 2021, los talibanes priorizaron la limpieza y la seguridad.  “Hicieron un esfuerzo visible en la limpieza de las calles, la recogida de basura y la evacuación de las aguas residuales”, indica Amin Karim, arquitecto urbanista y exconsejero del expresidente Ashraf Ghani.

Sin embargo, según su lectura, la seguridad es el "mayor logro". "Los que eran responsables de crear inseguridad son ahora los encargados de la seguridad", dice Karim con una pizca de ironía.

En un mercado de la capital, Dalil Jalilullah, un vendedor de manzanas de 21 años, asegura que ahora puede "ir a trabajar y regresar a casa incluso tarde en la noche". Un total de 62.000 cámaras vigilan las calles de la capital afgana. "Para prevenir la delincuencia", según el Ministerio del Interior. O para vigilar a sus habitantes, según muchos kabulíes.

Ramisha, una pintora de 26 años residente en el oeste de la ciudad, confirma lo dicho por el vendedor y asegura que ya no teme a "los robos, secuestros y atentados"; aunque admite la molestia que significa ingresar y salir de numerosos barrios que están “bunkerizados” y en los que los accesos se filtran con bloque de hormigón, barricadas de alambres y hombres encapuchados y armados.

De hecho, para frustrar los posibles ataques de los yihadistas del grupo Estado Islámico, los talibanes dejaron los puestos de control colocados por las autoridades anteriores para impedir sus propios atentados.

Un millón de flores

Los dirigentes del Emirato islámico también devolvieron a los kabulíes kilómetros de calles bloqueadas por los poderosos del antiguo régimen: ministros, diputados y jefes militares. "Se reabrieron más de un centenar de calles que estaban cerradas al público", celebra Barakzai.

Más de 100 kilómetros de carreteras o calles fueron construidas en Kabul en dos años y las arcas de la capital se han llenado. La municipalidad gobernada ahora por los talibanes pudo reclamar los impuestos sobre la propiedad con carácter retroactivo. Una novedad en Kabul, que estaba plagada de corrupción.

La administración también se esfuerza por reverdecer la polvorienta metrópolis. En el parque del barrio de Shar-e Naw, un reluciente pasto desafía la aridez del ambiente. Según las autoridades, en los invernaderos crecerán un millón de flores que engalanarán la capital en la próxima primavera.

Sin embargo, en las áreas verdes sólo se ven a hombres, ya que a las mujeres tienen prohibido transitar por esos espacios y en algunas calles todavía se pueden ver excavadoras demoliendo salones de belleza, cuyo cierres los talibanes ordenaron en julio pasado. La "limpieza" de Kabul también vació las calles de los miles de drogadictos que poblaban algunas de sus zonas.

Embotellamientos

Los embotellamientos y la contaminación, sin embargo, son retos más complicados. En la salida norte de Kabul, un anciano pasa a caballo cerca de las grandes excavadoras que construyen una vía exprés de 4 kilómetros.

Un centenar de casas fueron demolidas para el proyecto, destinado a construir la primera de las dos arterias de seis carriles que deberán mejorar el tráfico en la entrada y salida de la urbe con un costo de 370 millones de afganis, unos US$ 5,3 millones.

“En dos años se construyeron también 24 rotondas para tratar de mejorar la fluidez del tráfico. Todavía tenemos problemas de circulación, pero podremos arreglarlos. Tenemos una visión estratégica a diez años", explica Barakzai.

Una ciudad masculina

Pese a las mejoras, el ambiente de la capital ha cambiado considerablemente. Kabul perdió sus colores desde que las mujeres se ven obligadas a vestir a la abaya, la prenda amplia y larga, generalmente negra, que recubre la totalidad del cuerpo hasta los pies y que es de uso obligatorio en los espacios públicos. 

"La ropa de las mujeres cambió mucho", confirma Humaira, una empleada de 29 años, que dice ahora sentirse "más segura" porque ya no es "acosada por la calle".

En la noche, las avenidas se vuelven oscuras y desérticas, como si la capital viviese bajo toque de queda. "Antes, los jueves por la tarde y los viernes hasta la noche, el centro estaba lleno de gente. Los restaurantes estaban llenos, se escuchaba música por todos lados", recuerda Karim.

También afirma que "la capital se volvió una ciudad casi exclusivamente masculina, una cárcel para las mujeres", entre otras cuestiones porque las mujeres han sido excluidas de la enseñanza secundaria y universitaria, así como de una parte del mercado de trabajo.

Si bien la capital de Afganistán se ha tornado más limpia y segura, y aunque la autoridades de Kabul cuentan con recursos para ciertas obras de infraestructura, o incluso para embellecer algunos espacios públicos, las pocas estadísticas disponibles señalan que el país se ha empobrecido y aumentado la desocupación desde el regreso de los talibanes.

"Ya no podemos ni ir a los jardines de Babur, ni al zoo de Kabul, ni a muchos otros parques", se lamenta Ramisha. La joven artista, no obstante, dice que "la tristeza en el rostro de una mujer o de un hombre viene de las dificultades económicas".

(Con información de AFP)

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...