La oferta de gas natural seguirá siendo escasa hasta bien entrado 2023

“Se espera que el consumo mundial de gas finalice este año con una disminución interanual del 0,8% como resultado de una contracción récord del 10% en Europa y una demanda sin cambios en la región de Asia Pacífico”, señala el texto difundido por la agencia creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tras la crisis del petróleo de 1973.

El pronóstico agrega que “el consumo mundial de gas crecerá solo un 0,4% el próximo año” y un contexto sujeto “a un alto nivel de incertidumbre, particularmente en términos de las acciones futuras de Rusia y de los impactos económicos de los altos precios sostenidos de la energía”.

La guerra en Ucrania “ha profundizado las tensiones en el mercado y la incertidumbre no solo en Europa, sino también en los mercados que dependen del suministro de gas natural licuado (GNL)”, afirmó Keisuke Sadamori, director de Mercados Energéticos y Energía del organismo con sede en París.

“Las perspectivas para los mercados del gas siguen siendo oscuras, sobre todo por la conducta imprudente e impredecible de Rusia, que ha hecho añicos su reputación como proveedor fiable”, agregó Sadamori, quien puntualizó que “todas las señales apuntan a que los mercados permanecerán muy ajustados hasta bien entrado 2023".

Según los analistas de la AIE, la actual crisis también arroja incertidumbre a largo plazo sobre las perspectivas del gas natural, “especialmente en los mercados en desarrollo, donde se esperaba que su uso aumentara al menos a mediano plazo para reemplazar a otros combustibles fósiles con mayores emisiones”.

En lo inmediato, el informe destaca que los precios del gas natural en Europa y los precios al contado del GNL en Asia se dispararon a niveles récord en el tercer trimestre de 2022, lo que incentivó el cambio a otros combustibles, como el carbón y el petróleo para la generación de energía eléctrica.

El informe da cuenta de una reducción en el consumo de gas por parte Europa de un 10% en los primeros ocho meses de este año en comparación con el mismo período de 2021, dinámica que se explica por una caída del 15% en el sector industrial debido a que las fábricas redujeron la producción. Con relación a la demanda en China y Japón, el trabajo señala que se mantuvo casi sin cambios en ese mismo período, mientras que se contrajo en India y Corea del Sur.

Con relación a china, la AIE estimó el consumo aumentará menos del 2% este año, la tasa de crecimiento anual más baja desde principios de la década de 1990, en un contexto en el que los precios del gas natural en Estados Unidos alcanzaron sus niveles de verano más altos desde 2008.

El mercado del GNL

El análisis del organismo agrega que Europa ha compensado las fuertes caídas en el suministro de gas ruso a través de las importaciones de GNL, así como mediante proveedores alternativos, como en el caso de los gasoductos noruegos.

Por el momento, según la AIE, la creciente demanda de GNL en Europa -que registró un incremento interanual del 65% en los primeros ocho meses de este año- se vio favorecida por la menor demanda de región Asia-Pacífico, que cayó un 7% en el mismo período a raíz de los altos precios, el clima templado y los continuos bloqueos de China para contener el Covid.

Según la AIE, las importaciones de GNL por parte Europa aumentarán en más de 60 mil millones de metros cúbicos este año, lo que mantendrá el comercio internacional de GNL bajo una fuerte presión a corto y mediano plazo.

En términos generales, el informe estima para lo que resta de 2022 que “las importaciones de GNL de Asia seguirán siendo más bajas que el año pasado”, pero que podrían aumentar en 2023 “en virtud de una serie de nuevos contratos cerrados por China y la perspectiva de un invierno más frío que el promedio, lo que resultaría en una demanda adicional, especialmente en noreste de Asia.

La situación en Europa

Con relación a la situación europea, la AIE subrayó que las la Unión Europea (EU) y sus estados miembros han adoptado medidas para aumentar la seguridad energética, como establecer obligaciones mínimas de almacenamiento e implementar decisiones que apuntan al ahorro de energía durante el próximo invierno.

El informe, aunque destaca que las instalaciones de almacenamiento de la UE estaban llenas en un 90% a fines de septiembre, advierte que la ausencia de suministro ruso presenta desafíos para volver a llenarlas el próximo año.

En base a un análisis de resiliencia del mercado de gas de la UE, la AIE estimó que en el caso de un cierre total del suministro ruso a partir del 1 de noviembre de 2022 y sin reducciones de la demanda, el bloque solo alcanzaría a llenar menos del 20% de sus reservas hacia febrero, esto último suponiendo un alto nivel de suministro de GNL. Sin este último factor, los países de la UE solo podrían reponer el 5% de las reservas.

La AIE estimó que el riesgo de interrupciones aumentaría todavía en caso de una ola de frío tardía. Bajo esta hipótesis, la agencia calculó que la UE estaría obligada a “reducir la demanda de gas durante el período invernal en un 9% con respecto al nivel medio de los últimos cinco años solo para mantener los niveles de almacenamiento por encima del 25% en el caso de menores entradas de GNL”.

“Las medidas de ahorro de gas serán cruciales para minimizar las extracciones de almacenamiento y mantener los inventarios en niveles adecuados hasta el final del invierno”, concluye el informe.