La tasa de crecimiento de las pasturas es la más elevada de los últimos 17 años

El crecimiento de las pasturas naturales desde diciembre pasado y hasta principios de mayo de este año "se ubicó por encima de la media de los últimos 17 años", reveló a El Observador Agropecuario el presidente de la Mesa Ganadera de Campo Natural y técnico del Instituto Plan Agropecuario (IPA), Marcelo Pereira.

Como se sabe, el IPA hace un seguimiento del crecimiento de las pasturas en más de 100 predios que están monitoreados vía satélite, a través de un convenio desarrollado en forma conjunta con la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Facultad de Ciencia.

Pereira explicó que la primavera del año pasado fue fresca en términos generales, se retrasó y recién a mediados de diciembre pasado empezó a llover. Esto significó que en los últimos 15 días de diciembre y fundamentalmente durante enero pasado, las tasas de crecimiento de las pasturas superaron ampliamente en promedio las mediciones de los últimos 17 años.

Inclusive en el basalto, que es el área agroecológica más grande del país, hubo tasas de crecimiento 40% superiores a la media de los últimos 17 años.

A nivel de los establecimientos hay predios donde esa medición llegó hasta 60% por encima de la media histórica. Esa tendencia de crecer por encima de lo normal se siguió registrando en febrero y hasta inicios de mayo, aunque esas diferencias al alza fueron bajando paulatinamente para llegar a fines del mes pasado a las cifras parecidas al promedio, explicó Pereira.

Agregó que esta situación determinó que la primavera pasada, que no se concretó en los meses típicos de esta estación del año –que son setiembre, octubre y noviembre– se vino a dar en el verano. Hubo muy buenas tasas de crecimiento, con una calidad inusitada, porque pocas veces se había visto tanta calidad de pasturas en el verano, cuando normalmente en ese período pierden calidad.

Según Pereira, eso determinó que en términos generales en el país hubiera una buena disponibilidad de pasto, lo que significó que se ingresara al invierno con buena disponibilidad de este recurso forrajero, con alturas de pasto de 6 a 7 centímetros en predios que manejan cargas bien ajustadas, lo que significa de 1.200 a 1.400 kilos de pasto seco por hectárea.

El técnico comentó además que el desempeño animal en los meses de invierno depende fundamentalmente de la cantidad de pasto con la cual se ingresa, ya que las tasas de crecimiento son mínimas y prácticamente no existen en el invierno. Eso es clave.

También señaló que recién a mediados de junio los días registraron temperaturas muy bajas y comenzaron las heladas. Pereira admitió que las heladas afectan el normal desarrollo del recurso, porque una vez que el invierno empieza a enfriar fuertemente las tasas de crecimiento de las pasturas se estancan.

Pereira dijo a título de ejemplo que si se pudiera cerrar el mejor campo de Uruguay durante todo el invierno se observaría que la pastura no crece más que 2,5 centímetros, cuando se sabe que para tener un buen desempeño animal se necesitan cinco centímetros de pasto.

Por lo tanto, una gran enseñanza es empezar a asumir de una vez por todas que en el invierno no crece el pasto y "no podemos generar pasto, dependemos del que hayamos logrado en estaciones anteriores".

Precisamente el técnico sostuvo que este año –si bien hay excepciones–, en términos generales hubo muy buenas tasas de crecimiento de pasturas durante el verano y el otoño, que han permitido que involuntariamente la gente pueda entrar con buen volumen de pasto al invierno, que es lo mejor que se puede desear.

Lo que se hace generalmente es planificar para entrar con pasto al invierno, para lo cual se recomienda que las cargas estén ajustadas, que se hagan diferimientos de pastos, dijo Pereira.

Se traduce que en términos generales los ganados están en buena condición corporal, por lo cual sería de esperar que los porcentajes de preñez –pese a algunas fluctuaciones– serán en general buenos, destacó el técnico del Instituto Plan Agropecuario (IPA), Marcelo Pereira. Hay que subrayar en este sentido que la carga se ajusta en este caso no porque el productor haya vendido animales, sino porque el pasto creció mucho.

Esta situación tendría que repercutir en buenos índices reproductivo. Ahí está el gran aprovechamiento, en la gran posibilidad de no desperdiciar el pasto, y se hace logrando altos índices de preñez. Por otra parte, la Mesa Ganadera de Campo Natural (MGCN)acaba de cumplir cinco años y sus integrantes van a concretar en breve una reunión con el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, para evaluar la gestión cumplida en este período.

Pereira recordó que la Mesa fue creada sin recursos y se preveía que iba durar poco; sin embargo, se obtuvieron logros que fueron destacados, por ejemplo en el área de capacitación, con la incorporación de un posgrado de campo natural, así como también se discuten los caminos a seguir en la intensificación productiva.