La vedete, corazón de las comparsas

Una seguidilla de consultas a quienes presencian las Llamadas por los barrios Sur y Palermo seguro reportará respuestas coincidentes en cuanto a qué es lo que más atrapa la atención del público durante el pasaje de una comparsa: la cuerda de tambores y la vedete.

Es más, es de estilo verlos cerca: la vedete reina delante de los chicos, repiques y pianos de los 70 tamborileros; el resto de los componentes –mamas viejas, gramilleros y otros–, constituyen un aporte valioso, pero la vedete es la figura individual con mayor protagonismo en cada elenco de la categoría Sociedad de Negros y Lubolos.

Según enfatizaron varios directores de comparsas consultados por El Observador, debe poseer un estado físico adecuado, no solo en lo relacionado con la belleza: debe saber bailar candombe y poseer la resistencia como para realizarlo durante más de un kilómetro (ello demanda más de una hora), sobre tacos de no menos de 15 centímetros y, en ocasiones, con un peso encima considerable dependiendo de la vestimenta, casco, plumas y otros accesorios. No es para cualquiera.

Y un detalle nada menor: hay que bailar mucho y bien, ser bonita y poseer una resistencia física notable, pero también sonreir en todo momento. Ser simpática es indispensable, el jurado así lo exige, tanto como saber mirar al público, ofrecerle su arte con cariño y pasión.

Para algunos, aunque en ello no todos coinciden, la tez morena es un factor que realza la belleza de la vedete.

Vedetes de todos los tiempos

Los carnavaleros con más experiencia no dudan en señalar que “La Negra” Johnson, Martha Gularte y Rosa Luna fueron las grandes vedetes de otrora. Luego Loreley Lola Acosta y Tina Ferreira han sido otras referentes. Entre las de la nueva generación muchos destacan a Yessy López, Carol Larraura, Celia Guadalupe, Joanna Fernández, Serrana Sequeira, Marisol Lemos, Cintya Rodríguez, Valentina Gutiérrez y Micaela Pintos. Y hay varias más. En las 43 comparsas que salen en las Llamadas, decenas más que disfrutan solo en los barrios, sin concursar, y en el interior donde el candombe gana espacio cada año.

El reglamento del Desfile de Llamadas –que premia con $ 9.000 a la mejor vedete del desfile– indica, en su artículo 3°, que cada comparsa debe tener al menos una vedette, pero tienen tanto valor quees habitual que en cada elenco haya más, incluso tres o cuatro.

La vedete, como el tambor, es vital en cada comparsa, tanto que cuando cualquier empresario gestiona una presencia en el exterior de un grupo de candombe lo primero es lo primero: conseguir una buena vedete.