La venta regulada de marihuana evidencia sus primeras grietas

Uruguay intenta despegarse del resto del mundo y quedar en la historia: ser el primer país en regular la venta de marihuana cosechada bajo su control y vendida en farmacias. Sin embargo, el camino no es tan fácil como parecía al principio y el sistema empieza a mostrar sus primeras grietas. ¿Qué posibilidades tiene un país pequeño de llevar adelante un proyecto que va en favor de algo que está prohibido en el resto del mundo?

Uno de los principales problemas que presentó el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) tiene que ver con la distribución del producto. Fuentes de las farmacias capitalinas dijeron a El Observador que no reciben marihuana desde el viernes pasado, por lo que hace cinco días que no pueden ofrecer cannabis al público, ya que la droga se termina pocas horas después de que llega al comercio. En total, las farmacias de Montevideo tuvieron cinco entregas en 22 días y vendieron cerca de 10 kilogramos de marihuana cada una.

En el interior la situación es incluso peor. El directivo de la Asociación de Farmacias del Interior, Miguel Taberne, dijo a El Observador que el Ircca les entregó cannabis por última vez el 29 de julio. Desde que comenzó la venta de marihuana, los farmacéuticos recibieron dos partidas y el producto se terminó a los dos días.

"Acá es distinto a Montevideo, porque todos te conocen y te paran en la calle para preguntarte cuándo llega", contó Taberne, quien vende marihuana en su farmacia en Flores. El comerciante explicó que recibe cerca de 200 consultas telefónicas diarias vinculadas a cannabis y 100 visitas con el mismo objetivo. Según el farmacéutico, ningún cliente se enojó, pero aseguró que en el interior hay "preocupación" por la poca distribución.

"Es verdad que firmamos un contrato que decía que el Ircca tenía hasta 15 días para entregar, pero nunca pensamos que iba a ser tan así", señaló. Fuentes del instituto dijeron a El Observador que trabajan para la normalización en la distribución, porque es un proceso que comenzó a funcionar hace poco tiempo.

La poca asiduidad en las entregas llevó a que Taberne y los otros 11 farmacéuticos que comercializan cannabis en el interior crearan un grupo de WhatsApp. Allí comparten las últimas noticias vinculadas a la regulación de la marihuana y también se tranquilizan los unos a los otros cuando en Montevideo se complica el panorama. "Lo último que escuchamos fue que estaban cerrando cuentas bancarias de farmacias de la capital. Nosotros no sabemos nada, pero sería absurdo que los bancos trancaran una disposición estatal", agregó.

El último palo en la rueda se conoció este martes, cuando Telenoche informó que el dueño de la farmacia Pitágoras de Malvín dejaría de vender cannabis. El banco Santander canceló la cuenta de ese cliente por estar vinculado a la comercialización de drogas*.

Fuentes del Ircca aseguraron que las autoridades trabajan para que los inconvenientes se solucionen. "Vamos a abordar el tema con mucha responsabilidad y proactividad para seguir avanzando en una adecuada implementación del marco regulatorio", agregó el informante.

Esta situación genera un problema a las farmacias ya que la ley de inclusión financiera los obliga a pagar los sueldos de sus funcionarios a través de una entidad financiera.

El Banco República (BROU) se convierte entonces en la opción preferida por los clientes que tuvieron que retirarse de otras instituciones, ya que se rige por la normativa local y en Uruguay la venta de marihuana cosechada bajo el control del Estado es legal. Sin embargo, el BROU todavía no tomó una decisión al respecto, por lo que ese banco tampoco es una garantía para los que quieren ayudar a que el proyecto prospere.

El mismo día que empezó la venta de marihuana el dueño de la farmacia Pitágoras, Esteban Riveira, había dicho a El Observador que se había anotado porque quería "ser un canal de apoyo al gobierno". Sin embargo, tres semanas después se encuentra en la búsqueda de una institución financiera que lo reciba como cliente y tampoco tiene certezas de que el BROU le permita tener una cuenta allí.

Fuentes de ese banco dijeron a El Observador que en esta semana decidirán qué hacer con los farmacéuticos que venden marihuana y operan en ese banco. El directorio está a la espera de informes de distintas entidades, como la Unidad de Prevención de Lavado de Activos, por lo que todavía no definieron el futuro de esas cuentas. La mayoría de las farmacias del interior del país que venden cannabis trabajan con el BROU.

El asesor legal del Centro de Farmacias del Uruguay, Pablo Durán, señaló este martes en Telemundo que "actividad más regulada que la venta de marihuana no puede haber". En ese sentido, sostuvo que el Estado interviene en el precio del producto, en el stock, en los locales que pueden comercializarlo y en la forma en la que se cosecha la droga, por lo que hay seguimiento en "todos los pasos".

"Es penoso que empresas que se ponen al servicio del Estado para ser el vehículo para implementar una política que fue controvertida y generó polémica ahora se vean en estas situaciones", comentó.

El abogado hizo hincapié en que "no hay comercio que resista" estar por fuera del sistema financiero, ya que la mayoría de los pagos se hacen a través de cuentas bancarias. En ese sentido, sostuvo que el Centro de Farmacias está muy preocupado, por lo que mantienen conversaciones "con las más altas autoridades" del Banco Central y de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay para que las instituciones cambien su postura.

Durán señaló que hay cerca de 20 farmacias en lista de espera para empezar a comercializar cannabis. De hecho, resulta necesario que más locales logren la autorización, porque como máximo cada farmacia puede tener hasta dos kilogramos de stock y la lista de registrados crece a diario. El último dato del Ircca indica que hasta el 7 de agosto se inscribieron 11.508 personas. En tres semanas se anotaron más de 8 mil uruguayos.

El principal desafío que tiene el gobierno ahora es revertir la tendencia de la última semana y recuperar los buenos resultados que había cosechado cuando recién se largó la venta.

En aquel entonces, los farmacéuticos señalaban que habían ganado cerca de $20 mil por cada partida de marihuana que comercializaban y reclamaban más stock, porque con lo que tenían no les alcanzaba.

El consumidor también estaba contento, porque las teorías de que el cannabis legal no tenía efectos psicoactivos se cayeron y el producto logró su aprobación. Por ese motivo, las filas se tornaban cada vez más largas, porque cada vez más uruguayos se animaban a formar parte del experimento del Estado.

Asimismo, algunas de las farmacias que no se habían anotado comenzaban a mirar con ganas la venta regulada, porque se daban cuenta de que la legalización les permitía generar nuevos clientes y buenas ganancias.

En ese momento nadie hablaba de cuentas bancarias, de retrasos en las entregas, ni de farmacias que se bajaran del proyecto.

*Nota de Redacción: Esta nota fue modificada porque El Observador atribuyó información al Banco Santander sin consultar a la institución. Concretamente se informó que la orden de cerrar cuentas vino de la casa matriz y por otro, que a las farmacias que dejen de vender marihuana se les negará la posibilidad de abrir nuevas cuentas, como habían informado fuentes de las farmacias. Al banco Santander y a los lectores las disculpas del caso.