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Lacalle Pou dio lineamientos de presupuesto austero para "no perder grado inversor"

Entre citas a Olmedo y Kesman, el presidente y el equipo económico llamaron a los ministros a ser "creativos" y "arreglarse" con lo que hay; "gobernar es más que administrar", dijo el presidente
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11 de junio de 2020 a las 05:02

Por Santiago Soravilla y Martín Tocar

El presupuesto quinquenal siempre es una masa compleja y pesada, un compendio de números y normas que marcan la cancha en el amanecer de cada período de gobierno.

Pero este miércoles, cuando reunió a todo su gabinete para comenzar a discutir la reasignación de recursos del Estado, el presidente Luis Lacalle Pou evitó hablar de números, no anduvo con vueltas ni dio lugar para la discusión. El mensaje a los jerarcas fue claro y sencillo: la situación es “compleja” y hay que “arreglarse” con lo que hay. 

Entre citas a “los Albertos” Olmedo y Kesman, los integrantes del gabinete comprendieron que tendrán que ejercitar la “creatividad” para buscar “cada peso” que permita cumplir sus compromisos sin aumentar el gasto. 

“Gobernar es más que administrar”

El presidente hizo una breve presentación ante el gabinete, en la que recordó que en febrero, antes de asumir, los había reunido a todos y les había pedido que desarrollaran una gestión austera. “Este encuentro es para retomar esa línea”, expresó luego de señalar que el coronavirus los había obligado a modificar algunas prioridades. Les dijo que en la emergencia sanitaria el Poder Ejecutivo había tenido que “abrir la canilla” para atender a sectores específicos afectados por la pandemia, pero que el goteo había estado “controlado” y “encapsulado” en el Fondo Coronavirus.

Según supo El Observador a partir de distintas fuentes del gabinete, el mensaje central del presidente fue que el Poder Ejecutivo está para “gobernar” y no simplemente para “administrar”. “Gobernar es más que administrar”, les dijo Lacalle a ministros y subsecretarios. Su eje discursivo va en sintonía con la necesidad de “hacerse cargo”, tal cual ha expresado hasta el cansancio, y bajo el entendido de que los cambios que impulsarán a partir del presupuesto inevitablemente generarán tensiones y críticas.

El mandatario insistió en que el concepto de austeridad seguía vigente, y pidió a los ministros que recortaran gastos superfluos para poder ahorrar dinero. En conferencia de prensa, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, dijo que el plan de ahorro de US$ 900 millones que proyectaba el gobierno antes de la pandemia quedaba en “segundo plano" y que el objetivo de este año no era reducir el “déficit fiscal”. 

El presidente expresó que era “optimista” por la recuperación económica y transmitió al gabinete que la buena gestión de la pandemia, acompañada por un manejo “prolijo” de las cuentas públicas y la “seguridad jurídica” del país, permitirá un aumento en las inversiones. “Tengan claro que cualquiera que venga es para ganar”, transmitió, en referencia a la pequeña escala del país que le toca gobernar.

Aunque no especificó a quiénes, Lacalle Pou dio un “pequeño rezongo” a algunos ministros porque aún no habían comunicado en qué áreas disminuirían los gastos para cumplir con el decreto que fijó en 85% el tope de la ejecución presupuestal en el 2020. 

Grado inversor y sus "consecuencias reales"

En la conferencia, Arbeleche señaló que el lineamiento dado por el equipo económico era mantener el gasto fijado para 2019, abandonando la “lógica incremental”. Para cumplir con el pedido, los ministros deberán “abrir” el presupuesto, ver “cómo se está gastando cada peso, y asignarlo a dónde estimen que es el mejor lugar”. 

“Apelamos a una gestión eficiente, moderna y una mejor calidad del gasto, para cumplir con los compromisos asumidos dentro del límite de los recursos que tenemos", expresó.

Ante el gabinete, la ministra explicó que el tope del gasto será “lo efectivamente ejecutado en el 2019”, sin especificar si existía la posibilidad de que año a año se ajustara de acuerdo a la inflación (el Índice de Precios al Consumo).

Arbeleche pidió “imaginación” al gabinete, y destacó que será “innovador” porque cada inciso preparará su propio presupuesto.

Tras su intervención, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie, hizo una presentación más breve, en la que expresó la importancia de una planificación estratégica que incorpore una “visión de país” más allá de lo propuesto por cada ministerio. Dijo que se establecerán índices “relevantes, medibles y entendibles” para analizar las gestiones. 

El director de la OPP también planteó la necesidad de involucrar y estar alineados con el sector privado en las áreas que permitan crecimiento económico y desarrollo.

Tanto Arbeleche como Alfie manifestaron que el grado inversor estaba en riesgo y que el presupuesto es primordial para instrumentar una mejora fiscal que evite perder la calificación. Por eso, la ministra les dijo que tenían que hacer “bien los deberes” y dio a entender que las agencias calificadoras habían dado crédito a Uruguay hasta 2021. “No perder el grado inversor es un objetivo del gobierno”, expresó. Alfie, en tanto, hizo hincapié en que si se cae el grado inversor después es muy difícil "levantarse", ya que eso trae “complicaciones reales” como el aumento de los intereses.  

Lacalle Pou reforzó los mensajes de Arbeleche y Alfie, y les comentó a los ministros que eran ellos quienes debían establecer en qué áreas harían reestructuras teniendo en cuenta los recursos con los que contaban. Para ser gráfico y descomprimir la situación, el presidente citó entonces una de las frases más famosas del humorista argentino Alberto Olmedo: “si lo vamos a hacer, lo vamos a hacer bien”, les dijo entre risas y les pidió que enviaran al equipo económico “propuestas razonables” para que no tuvieran que ser ellos quienes recortaran. 

Alfie agregó que los topes del gasto “a prepo” no han funcionado, que por eso se llamaba a la responsabilidad de cada jerarca, y reiteró la necesidad de tener las cuentas ordenadas para poder acceder a créditos en el futuro. 

El director de la OPP aprovechó la distensión para cerrar el encuentro apelando a la célebre frase del relator de fútbol Alberto Kesman, para describir las cartas que recibieron y lo que les queda por delante: “es lo que hay, valor”.

Sin debate ni cumpleaños

Los jerarcas consultados insistieron en que la reunión fue de puesta a punto a los ministerios y que no se abrió la mesa para debatir, al punto que mientras Arbeleche hacía la presentación, el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, quiso interrumpir para hacer una pregunta, pero el presidente le transmitió que no quería intercambios bilaterales sino que el equipo económico diera información más que nada.   

El único que habló, a pedido de Lacalle Pou, fue el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, quien informó acerca de las negociaciones por los consejos de salarios y explicó la propuesta del gobierno para el sector privado, que asume una pérdida de salario real durante los próximos 12 meses, pero un "compromiso" de recuperar el poder de compra cuando la economía repunte. 

Ernesto Talvi no estuvo presente, y con eso el gabinete se perdió de cantarle “feliz cumpleaños” al canciller, que en la jornada se reunió con el embajador de Israel en Uruguay, Yoed Magen.

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