Nacional > recorrida en Treinta y Tres

Lacalle Pou apela a la “prudencia” porque salirse “de las casillas” es no estar “preparado para gobernar”

“Desconfío del que maltrata a los demás porque no puede mantener sus ideas”, dijo el candidato
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25 de septiembre de 2019 a las 05:04

Un niño interrumpió el discurso de Luis Lacalle Pou en La Charqueada, una localidad de Treinta y Tres de no más de 2000 habitantes. Se subió al banco donde el candidato blanco hablaba a los militantes, lo abrazó y se quedó parado junto a él. Lo mismo hizo una señora que se quedó al otro lado del candidato, también abrazándolo. Lacalle Pou se rió y lo interpretó como “la previa del debate” con el frenteamplista Daniel Martínez. “A ver si me puedo concentrar”, bromeó y siguió con su discurso, que dirigió especialmente a los pequeños y medianos productores rurales. 

Más allá de la broma, ese episodio resumió el espíritu de los discursos del candidato nacionalista en Treinta y Tres y, quiso  la casualidad, a 33 días de la elección. Durante sus visitas a tres localidades olimareñas Lacalle Pou enfatizó la necesidad de mantener la “prudencia” ante lo que pueda acontecer hasta el domingo 27 de octubre. “Obvio que a medida que se acerca la urna uno se pone un poquito más ansioso. Obvio que a esto que hacemos con pasión le llegan momentos cruciales. Obvio que vamos rumbo a un parteaguas del país. Y obvio que uno está ansioso. Pero todos esos sentimientos no nos pueden hacer perder la prudencia y la paciencia”, dijo en Cerro Chato, la primera localidad que visitó este martes junto a su compañera de fórmula, Beatriz Argimón.

Para Lacalle Pou, mantener la prudencia es poner a prueba su capacidad de gobernar. “El que no banca la presión ahora, el que ahora se sale de las casillas obvio que no está preparado para gobernar”, afirmó, seguido de aplausos de vecinos y militantes que se acercaron sobre el mediodía a escucharlo. 

Para remarcar aún más ese concepto, eligió hablar de “coraje”, algo que cree que se demuestra con “temple y con silencio, no a los gritos”. “El coraje no es ver qué digo de aquel o de aquella o ver qué me contesta, o cómo nos metemos todos en el barro. Es mirar a los ojos a los uruguayos que están angustiados, que no tienen esperanza e ilusión y hacerse cargo de recuperarla”, dijo y agregó: “El que tiene ideas, el que las sostiene y las puede argumentar no tiene por qué maltratar a los demás. Desconfío del que maltrata a los demás porque no puede mantener sus ideas y lleva la política a la mediocridad de la descalificación. Eso no es demostrar coraje”. 

En La Charqueada, al “coraje” lo vinculó con “hacerse cargo”, algo que repite en sus discursos, y con ser un presidente “que tenga la culpa de todo”. “Estoy cansado de un gobierno donde el presidente de la República no tiene la culpa de nada”, dijo, siempre con los programas de los partidos de gobierno de los otros partidos de la oposición cerca como muestra de que el próximo será "un gobierno multicolor". 

Su discurso en La Charqueada se concentró en la necesidad de cortar “con la falsa dicotomía entre el campo y la ciudad”. “Decir ‘los platudos del campo’ es desconocer el sacrificio de miles de uruguayos. Si el campo anda bien los pueblos andan bien. Nosotros en todos lados tenemos un compromiso con el que emprende, con el que se la juega”, afirmó. 

En Cerro Chato, manejó un concepto similar y dijo que “cuanto más dinero en el bolsillo de la gente y menos en el del Estado, ahí se está bien”.

Cuando el sol se estaba poniendo en Rincón y la poca luz de la plaza de esa localidad olimareña lo enfocaba, Lacalle Pou reiteró que el cambio de gobierno “es bueno para la democracia”, pero “si se hacen las cosas bien”.

Con las tres localidades que recorrió este martes, el candidato completó más de 240 discursos y la visita a 180 puntos de Uruguay, entre la campaña interna y la que encara junto con Argimón hacia el último domingo de octubre. En sus visitas a pueblos, el candidato piensa en una partida de truco. Primero va por el “pico a pico” y después “a la redondilla”. En el “pico a pico” de los pueblos de Treinta y Tres le pedían que no aflojara y que consiguiera la victoria. Lacalle Pou respondía que estaba haciendo todo para eso. En la redondilla, aseguró que esta es una campaña “para jugársela”. 

 

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