El expresidente Luis Lacalle Herrera se paró en medio de un mar de aplausos, se llevó la mano al pecho en señal de agradecimiento y con una sonrisa de oreja a oreja se inclinó para saludar a todos los presentes. Antes de volver a sentarse, llevó esa misma mano a su boca y le tiró un beso a su hijo Luis Lacalle Pou.
La escena se dio el pasado fin de semana durante el Congreso Nacional del Herrerismo. Allí, el actual candidato a presidente empezó su discurso con una acción "bien de entre casa".
"Qué difícil que es para una persona política importante estar en un lugar y no ser", dijo Lacalle Pou. "El otro día hablaba con mi viejo de este fenómeno (el congreso) y le decía: 'Vos tenés que tratar de estar y no ser'. Pero yo me voy a permitir pedir un aplauso para el que está", dijo el actual líder de Todos, sector que agrupa al Herrerismo y otras corrientes nacionalistas. Todo el congreso se paró a aplaudir al expresidente.
"No podía no 'ser' del todo, entonces me saqué las ganas", agregó Lacalle Pou, después de que un dirigente le gritara desde la plantea: "Bien, cachorro, bien".
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En esa parte del discurso se refirió a Luis Alberto de Herrera. Dijo que hay algunos de sus conceptos que "bien se aplican" al Uruguay de hoy, como por ejemplo sus ideas de inserción internacional.
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