El presidente Luis Lacalle Pou volará este martes al mediodía rumbo a Japón junto al canciller Francisco Bustillo, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, el ministro de Industria, Omar Paganini, el ministro de Ganadería, Fernando Mattos, y el presidente del INAC, Conrado Ferber, en una misión oficial en la que buscarán incrementar el comercio y las inversiones entre ambos países.
Lacalle Pou viajará invitado por el primer ministro Fumio Kishida, con quien prevé reunirse en el marco de las celebraciones por los 100 años de relaciones bilaterales.
Uno de los objetivos de la delegación uruguaya será obtener la habilitación para volver a exportar lengua, algo que se perdió en 2001, según supo El Observador a partir de fuentes políticas.
En el Poder Ejecutivo visualizan que el país nipón ha venido dando “buenas señales” para habilitar estas exportaciones y las autoridades tienen esperanza de que Uruguay sea el primer país libre de aftosa a través de la vacunación que quede habilitado a exportar. Hasta ahora solo pueden hacerlo los países libres de aftosa sin vacunación.
“Eso hablaría de la confianza entre los servicios sanitarios. Hace años que venimos pidiéndolo, ellos han solicitado amplia información. Para nosotros es un riesgo bajo y hay trabajos técnicos de salud animal”, expresó Mattos este lunes en Radio Carve.
El ministro señaló que no quería generar “una mayor expectativa” pero aseguró que estaban “confiados en que se logre”.
Mattos prevé reunirse con el ministro de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, Tetsuro Nomura, para analizar la situación.
Esta habilitación es vista como un “antes y un después”, según dijeron fuentes del sector industrial.
Si bien es un mercado pequeño, Uruguay quiere aumentar las ventas de carne porque –en valor– Japón es el tercer importador más relevante a nivel mundial. La empresa japonesa NH Foods compró en 2017 por US$ 135 millones el frigorífico BPU en Durazno.
La delegación encabezada por Lacalle Pou también buscará que Japón habilite las ventas de carne ovina. Para lograrlo, Uruguay propondrá una iniciativa creada en 2013 y denominada “compartimento ovino” que se utiliza para exportar carne con hueso a Estados Unidos.
El gobierno también tiene en agenda avanzar en un tratado de preferencias arancelarias, algo considerado fundamental a mediano y largo plazo. Actualmente, los productos uruguayos se enfrentan a un arancel de 38,5%, una situación que los pone en desventaja frente a los principales proveedores del país asiático. Mientras que Estados Unidos cuenta con un acuerdo bilateral, los otros exportadores involucrados (Australia, Canadá, Nueva Zelanda y México) cuentan con acceso preferencial gracias al Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP por su sigla en inglés). Esto les permite ingresar carne vacuna con aranceles de 25%, porcentaje que bajará a 9% en 2033.
Uruguay prevé entregar antes de fin de año a Nueva Zelanda –el país depositario del acuerdo– la carta de solicitud de adhesión al CPTPP, y el tema será uno de los que conversará el presidente en la misión oficial.
Además de la reunión entre Lacalle Pou y el primer ministro, y el encuentro entre Mattos y su par japonés, la agenda oficial de la delegación incluye un desayuno con el Grupo de Amistad Parlamentaria Japón – Uruguay, y un encuentro con inversores agropecuarios.
En lo que va del año, las exportaciones uruguayas a Japón ascendieron a US$ 45 millones, la gran mayoría de carne vacuna aunque también se registraron ventas de carne de caballo y lana. Los cortes de mayor demanda son carne para manufactura, entraña fina y gruesa, aguja, bife ancho y bife angosto.
De acuerdo con datos de INAC, el año pasado las exportaciones de carne vacuna a Japón sumaron 6.637 toneladas y US$ 47 millones, lo que significó un aumento del 117% en volumen y del 115% en valor comparado al año anterior. Uruguay recuperó la habilitación sanitaria para exportar carne vacuna en 2019. Ese año el flujo exportador fue de US$ 20 millones mientras que en 2020 ascendió a US$ 24 millones.
El año pasado entró en vigor un acuerdo para evitar la doble imposición –firmado en 2019– y otro de asistencia aduanera mutua que “impulsarán aún más las relaciones económicas”, de acuerdo con un comunicado de la cancillería emitido en febrero, que también señaló que Japón ve en Uruguay potencial como centro logístico clave en la región latinoamericana y que buscará impulsar proyectos en el área de las energías renovables, principalmente el hidrógeno verde.
Los países tienen desde 2017 un Tratado Bilateral de Inversiones (TBI) que tiene como objetivo promover las inversiones y fortalecer las relaciones económicas entre ambos países.
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