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Larriera no encuentra el recambio necesario en Peñarol, con errores de concepto y bajos rendimientos, a un partido del clásico
Peñarol tendrá días para rearmarse de cara a lo que será el partido contra Albion el sábado que viene y aunque el técnico Mauricio Larriera no es muy amigo de realizar muchas variantes, se avecinan al menos cuatro.
Volverá Kevin Dawson al equipo, y todo apunta a que Hernán Menosse jugará junto al Cachila Arias como zaguero central, Facundo Bonifazi lo hará por Juan Manuel Ramos y Damián Musto en lugar de Agustín Álvarez Wallace.
Es que Larriera busca un recambio que no ha logrado encontrar en estos dos primeros partidos del Torneo Apertura y está obligado a hacerlo para el encuentro que viene, teniendo en cuenta además que luego de ese compromiso, se viene nada menos que el clásico.
Desde que Ruglio es presidente llegaron a Peñarol Agustín Canobbio, Pablo Ceppelini, Nicolás Schiappacasse, Damián Musto, Carlos Rodríguez, Maximiliano Pereira y Neto Volpi en el primer semestre de 2021, mientras que en el segundo lo hicieron Ignacio Laquintana, Rodrigo Bentancourt, Edgar Elizalde, Juan Manuel Ramos y Nicolás Gaitán.
En este 2022, llegaron Matías Aguirregaray, Bryan Olivera, Lucas Viatri, Ramón Arias, Hernán Menosse, Facundo Bonifazi y Federico Carrizo, a quienes se agregaron los juveniles ascendidos Alejo Cruz y Rodrigo Saravia.
Claro que la sangría que sufrió el club en este período de pases, luego de ser campeón uruguayo 2021, fue importante y se está haciendo notar.
Porque se fueron futbolistas de suma trascendencia en lo que era el andamiaje del equipo de Mauricio Larriera quienes, además, conocían de memoria cómo hacía jugar el técnico al conjunto mirasol.
La más importante de las bajas fue la de Facundo Torres quien le reportará US$ 9,1 millones al club cuando terminen de percibir toda la transferencia. Desde el punto de vista económico es un aire relevante para las arcas de la institución carbonera.
No obstante, pensando en lo deportivo, es una baja muy difícil de suplir y eso se está haciendo notar con el correr de los partidos.
También se fueron los dos zagueros centrales, puntales del título: Carlos Rodríguez y Gary Kagelmacher. No es sencillo suplantarlos y por ahora, Larriera recurre a la experiencia de Ramón “Cachila” Arias, uno de los nuevos, y a Edgar Elizalde. Este último, sin embargo, bajó mucho su rendimiento y es más que factible que ante Albion el próximo sábado juegue en su lugar Hernán Menosse, otro de los nuevos en el plantel.
En el mediocampo, Larriera se quedó sin uno de sus motores: Jesús Trindade. Su sucesor natural, Damián Musto, aún no pudo debutar por lesión en este Torneo Apertura y es otra zona del campo en la que Peñarol siente la falta de ritmo, ya que los laderos que tuvo Walter Gargano, Rodrigo Saravia y Agustín Álvarez Wallace, no dieron resultado.
Todo apunta a que contra Albion, Musto arranque como titular al lado del capitán, quien también bajó su nivel en este certamen.
Cuando se fue David Terans, una de las bajas más sensibles de mitad de año pasado, Pablo Ceppelini supo disimular su ausencia, al menos con goles y jugadas importantes. En este presente, no justifica su titularidad por su escasez de juego.
La subida de memoria por derecha de Giovanni González, ya Peñarol no la tiene más. En su lugar, juega el Vasquito Matías Aguirregaray quien dista mucho de ser el futbolista que fue, al menos, desde que retornó a jugar al club en este período de pases.
Aguirregaray tiene un pasado muy bueno en el club, pero debe refrendarlo en la actualidad.
Los problemas de Peñarol
Cuando se fue Joaquín Piquerez, Peñarol se quedó sin subida por izquierda, ya que Juan Manuel Ramos, su sucesor, no desborda casi nunca. El equipo no recuperó nunca ese desborde fundamental.
Pese a ello, Larriera consiguió, con él en cancha, el título del Uruguayo del año pasado y también de la Supercopa Uruguaya en el último minuto y con un gol en contra.
El presente de Ramos, no solo en ofensiva, sino con errores defensivos, le abre la puerta a una de las flamantes altas, Facundo Bonifazi, quien debutó contra Defensor Sporting y en 29 minutos demostró más que el titular, para ser titular el sábado frente a Albion.
El próximo rival aurinegro recibió nueve goles en sus dos presentaciones y como contrapartida, Peñarol no logró convertir un tanto en sus 180 minutos en este Apertura.
Ese es uno de los motivos que preocupan al técnico. En el Uruguayo anterior, el equipo creaba situaciones y marraba muchos goles. Ahora definitivamente ni siquiera las crea, y eso es un pecado para un club como el aurinegro. Este Peñarol no hace llegar la pelota al área.
Entonces, el problema grande está en ataque. Se ha centralizado mucho el tema en la sequía de Agustín Álvarez Martínez -mal ante Fénix (incluso marrando un penal), pero mejorando contra Defensor, sin llegar a su mejor rendimiento-, pero las variantes y variables tácticas aplicadas por el técnico, están lejos de ayudarlo a él y al equipo a facturar en la red ajena.
Por ejemplo, cuando utilizó a Ignacio Laquintana, quien la rompió por derecha en toda la pretemporada, en este torneo lo hizo por izquierda y el delantero no rindió.
Hoy no hay un sustituto de Torres, aunque es cierto que recién arranca la temporada. Bryan Olivera llegaba como su sucesor natural por lo que entendían en Peñarol, pero por ahora, casi ni jugó.
Otra de las grandes falencias que tiene el conjunto aurinegro es que ninguno de sus jugadores prueba remates desde fuera del área, algo tan obvio como importante en el fútbol desde siempre.
¿Está bien decir que Larriera está reconstruyendo al equipo? Él lo dijo tras la derrota contra los violetas, pero no parece ser 100% así. Si bien tiene a jugadores nuevos, también es cierto que tiene una base importante que viene del año pasado.
Para enfrentar a Albion, sumará una variante en el arco, ya que retornará Kevin Dawson en lugar de Neto Volpi, de correcto desempeño en las dos derrotas aurinegras.
El partido que viene no solo es necesario ganarlo, sino que a su vez, será una especie de trampolín para lo que vendrá luego que es nada menos que el clásico.
