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Las diferentes estrategias para combatir el coronavirus: entre las medidas drásticas de China y la subestimación inicial de Italia y España
El mundo empezó a cambiar, aún sin saberlo, el pasado 8 de enero cuando las autoridades chinas y la Organización Mundial de la Salud informaron que se había hallado una nueva cepa de coronavirus, causante de un incremento de los casos de neumonía.
El descubrimiento coincidió con el momento en que millones de ciudadanos chinos se alistaban para emprender las vacaciones del Año Nuevo Lunar.
Refugiado casi por completo en China durante el mes de enero, el virus se propagó a otros países durante el mes de febrero, y a mediados de marzo, declarado ya como una pandemia por la OMS, registra casos confimados en la la mayor parte de Asia, Australia, Europa, América del Norte y América Latina, creciendo de forma exponencial en algunos países.
China es el país donde más infecciones hay con más de 80.000, más de 3.237 muertes y de sanados con casi 70.000. Pero otros países, como Corea del Sur, Italia, Irán, Japón, Francia, Alemania y España, tienen un número notorio de contagios.
Un informe del diario El País de España subraya el diferente ritmo del brote en cada país. "Japón, Hong Kong, Singapur han visto crecer las infecciones paulatinamente desde enero. En otros países como España, Francia o Alemania, los casos se dispararon muy rápido siguiendo la estela de Italia, que dio la voz de alarma en Europa", apunta el medio.
También la forma en que cada país ha enfrentado la enfermedad varía.
China: de la negación al confinamiento
El brote se detectó en la ciudad industrial de Wuhan y se atribuyó a la comercialización y consumo de animales exóticos, una acendrada costumbre en la población de China.
La reacción inicial fue desconocer el problema y callar y reprender a los denunciantes. Para cuando se inició el control de temperatura en los aeropuertos y la localización de contagiados, la propagación del virus se hacía indetenible.
En la última semana de enero, las autoridades chinas ordenaron la cuarentena obligatoria en Wuhan, una ciudad de 12 millones de habitantes, que poco después se amplió a toda la provincia de Hubei, lo que implicó confinar a sus hogares a cerca de 60 millones de personas. Se impusieron severos controles para la circulación e incluso para salir de las casas a realizar las gestiones mínimas indispensables, relacionadas, básicamente, con alimentación y salud.
Cuestionado el gobierno de Xi Jinping por las drásticas medidas adoptadas, con un bloqueo que aún continúa en buena medida, el país asiático redujo las tasas de infección y de muertes.
La visita reciente de Jinping a Wuhan refrendaba el mensaje oficial sobre "el control" de la enfermedad.
Las autoridades reportaron este miércoles un solo caso de contagio local y 12 importados, según un despacho de la agencia France Press.
Japón: la gradualidad
Con menos de 900 casos positivos, y una veintena de muertes, este país asiático ha seguido una estrategia diferente a la de China para controlar el brote de coronavirus.
En principio rastreó a los viajeros provenientes de China y detectó muy temprano, el 3 de enero, el primer caso: un ciudadano chino que regresó de Wuhan, que fue tratado, dado de alta y pocos días después volvió a enfermarse.
Una amplia nota de The Washington Post que radiografía las respuestas de cada país a la enfermedad, apunta que solo fue el 1 de febrero cuando Japón adoptó la prohibición para los viajeros de la provincia china de Hubei. Que luego amplió de forma gradual para visitantes de Corea del Sur, Irán e Italia.
A fines de febrero, el primer ministro Shinzo Abe aconsejó cancelar o posponer grandes eventos, y un día después instó al cierre de todas las escuelas del país hasta principios de abril,.
Japón, destaca The Washington Post, se ha centrado en la identificación de grupos y el rastreo de contactos en vez de realizar pruebas generalizadas. Hasta la fecha ha realizado poco más de veinte mil, muy por debajo del ritmo de Corea del Sur.
Corea del Sur: distanciamiento sin bloqueo
Hace poco más de un mes el presidente surcoreano Moon Jae-in adelantó que el virus desparecería pronto y llamó a sus ciudadanos a reanudar sus trabajos.
Corea del Sur diagnosticó el primer caso el 20 de enero y se creyó que los controles de temperatura ayudaban de manera efectiva a prevenir la propagación, al identificar unos 30 casos en las semanas posteriores.
Pero luego la curva de comportamiento de la enfermedad se volvió una recta al coincidir la realización de más test con el hallazgo de más infectados, como apunta El País.
La mayoría de los casos fueron localizados en la sucursal de la iglesia Shincheonji a la que concurrió una mujer diagnosticada el 18 de febrero. Las autoridades de salud ordenaron pruebas de coronavirus en más de 200,000 miembros de la iglesia en todo el país
Corea del Sur es el país que ha realizado más pruebas pér capita, a un ritmo de 10.000 diarias, a la que agrega un seguimiento posterior de los contactos de los infectados, incluso utilizando el GPS de sus teléfonos, lo que ha resultado polémico.
El 13 de marzo el país reportó más recuperaciones que nuevos casos. En total hay más de 8.413 contagios y 72 muertes. Las medidas de "distanciamiento social" han descartado los bloqueos aunque se suspendió el inicio de clases hasta el 23 de marzo.
Francia: cambio abrupto
Aún cuando los primeros casos en Europa se detectaron en este país, el 24 de enero, la vida en la capital francesa prosiguió sin grandes cambios.
El Washington Post recuerda que el 29 de febrero, después de una reunión de gabinete de emergencia y al llegar a 100 casos y dos muertes, se anunció la prohibición de las reuniones de más de 5,000 personas.
Hace semana y media el ministro de Salud, Olivier Veran, se permitió declarar que no se paralizaría la vida económica y social del país. La realidad lo contradijo.
El 8 de marzo los casos eran más de 1.200 y las muertes 19, entonces se impusieron restricciones a reuniones públicas. Días después, Macron anunció el cierre de escuelas y universidades a partir de este lunes que pasó. Este miércoles Francia registra 264 muertos y 9.134 casos.
Italia: un contagio y la explosión
A pesar de contar con el sistema de prevención más riguroso, en palabras del primer ministro Giuseppe Conte, Italia dio la alarma en Europa sobre la propagación y letalidad de la enfermedad.
Un notorio fallo en la identificación de un caso, que causó la infección de familiares del paciente, personal médico y otros pacientes en un hospital de la ciudad de Codogno, próxima a Milán, obligó el pasado 22 de febrero a declarar el cierre de las regiones de Lombardía y Véneto.
Por etapas, el gobierno italiano fue ampliando las restricciones en la misma medida que el virus se extendía.de manera incontrolable y letal: . 2.978 muertos y 35.713 casos, El 11 de marzo, una semana atrás, se ordenó detener casi toda la actividad comercial.
Italia es el segundo país con la mayor proporción de personas adultas. La edad media de las personas muertas en Italia y que dieron positivo al COVID-19 es de 79,5 años y los hombres representan el 70% de los muertos, de acuerdo a un anuncio del Instituto Superior de la Salud (ISS), difundido por la AFP.
España: muertes antes del diagnóstico
Las primeras muertes por Coronavirus fueron de personas de las que no se sabía que estaban contagiadas.
“Estas muertes apuntan a que el virus llegó antes de lo pensado”, afirma Antoni Trilla, del Hospital Clínic de Barcelona, consultado por el diario El País.
El cálculo es que el virus tenía semanas circulando antes de ser detectado. Los expertos estiman que cuando se produce la primera víctima mortal, si el índice ronda el 1%, habría unos 100 infectados al momento del contagio. Unos 300, 500 o 1000 al producirse el deceso.
El disparo de la curva de infección se produjo el 25 de febrero cuando las pruebas se realizaron a personas con neumonía de origen desconocido. Hasta entonces, apunta El Pais, solo se les realizaba a quienes hubieran tenido contacto con casos confirmados o hubieran estado en zonas de riesgo.
España es el cuarto país a nivel mundial más afectado, con más de 13.700 casos confirmados y 598 fallecimientos por el virus.
Estados Unidos: fallan las pruebas
El primer caso se detectó el 21 de enero: un hombre que regresaba de Wuhan. Diez días después se iniciaron las cuarentenas obligatorias para pasajeros que provenían de China.
The Washington Post indica que a principios de febrero cuando los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) comenzaron a enviar los kits de prueba, resultaron defectuosos y se reinició el envío varias semanas después.
El 25 de febrero, el presidente Donald Trump alabó el trabajo de los CDC y de su propia administración "por el cierre muy temprano de nuestras fronteras a ciertas áreas del mundo".
Las pruebas generalizadas para detectar la infección se aprobaron el 3 de marzo. Recién el 12 se tomaron las medidas de cierres de escuelas y universidades, se impuso el teletrabajo, se prohibieron las reuniones masivas y las ligas deportivas suspendieron sus temporadas.
Trump anunció el 11 de marzo la prohibición de viajes de la mayor parte de Europa y dos días después declaró la emergencia nacional. Este miércoles se presentó a sí mismo como "un presidente en tiempos de guerra".
Estados Unidos registra 7.769 casos y 97 fallecimientos
