Al menos 64 niños murieron entre 2006 y 2014 como consecuencia de las operaciones de las fuerzas especiales del ejército británico en Afganistán, cuatro veces más que el número admitido oficialmente por Londres, según se desprende de las respuestas del Ministerio de Defensa del Reino Unido a las solicitudes de acceso a la información concretadas por la organización benéfica "Action on Armed Violence" (AOAV), dedicada a relevar la incidencia y el impacto de la violencia armada mundial.
Según los registros oficiales obtenidos por la entidad, las muertes ocurrieron en el contexto de ataques aéreos e incursiones contra las milicias talibanes, cifra que entiende AOAV podrían ser apenas la punta de un iceberg, ya que la oenegé estima que los niños y niñas muertos podría ascender a 135 debido a que en muchos casos los documentos simplemente describen a las víctimas como hijos e hijas, y no siempre se incluyen las edades y las circunstancias.
Los datos contenidos en las respuestas de Defensa surgen de los reclamos hechos por los familiares de las víctimas civiles presentadas ante el Estado británico, reclamos de los cuales solo el 25% recibió una indemnización, entre ellas los sobrevivientes de una familia que perdió 8 integrantes durante un ataque aéreo de la coalición occidental en un pueblo del distrito de Nawa, en la provincia sureña de Helmand, en mayo de 2009.
En este caso puntual, el reclamante pidió una reparación por la muerte de su sobrino, las dos esposas de su sobrino y sus cinco hijos, petición que las autoridades británicas se demoraron 144 días en resolver y por el que le concedieron US$ 8.260.
En total, el Ministerio de Defensa ha pagado US$ 786.350 por la muerte de 289 civiles afganos entre 2006 y 2014. La AOAV denunció que las autoridades británicas en muchos casos han exigido a los reclamantes que presentaran fotos, certificados de nacimiento y cartas de apoyo antes de otorgar las reparaciones económicas, y que muchos fueron entrevistados formalmente por personal británico para confirmar que no tenían relación con los talibanes.
Incluso, en algunos casos, “los afectados recibieron más por la pérdida de bienes o ganado que por sus parientes”, señaló AOAV. Por su parte, en un comunicado, el Ministerio de Defensa afirmó que "cualquier muerte de un civil durante un conflicto es una tragedia, más aún si se trata de niños y familiares". Aunque aseguró sus fuerzas tratan de minimizar los daños a los civiles, el organismo reconoció que "lamentablemente nunca se pueden eliminar por completo".
Iain Overton, director de AOAV, criticó la falta de transparencia del procedimiento establecido por el gobierno británico, ya que los investigadores la oenegé han tardado años en obtener la información solicitada con relación a los denominados “daños colaterales”. Una crítica que otros grupos de derechos humanos y organizaciones benéficas realizado en repetidas ocasiones, tanto en el Reino Unidos como en Estados Unidos.
Hasta el momento, las autoridades británicas han reconocido una sola muerte civil causada por un ataque aéreo de la Real Fuerza Aérea durante su campaña de bombardeos contra el grupo Estado Islámico en Irak y Siria.
En contraposición, el secretario de la Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ordenó recientemente una importante revisión de la forma en que el Pentágono investiga las víctimas civiles, anuncio que se produjo después de un ataque aéreo estadounidense durante la retirada de Kabul el año pasado, hecho en el que murieron diez civiles.
El llamado Plan de Acción para la Mitigación y Respuesta a los Daños a los Civiles de Washington incluye la contratación de más de 150 militares para que se centren en la mitigación, así como en la mejora de la información y la recopilación de datos sobre este tipo de incidentes.
Por su parte, el Ministerio británico de la Defensa dijo estar siguiendo el progreso de la revisión estadounidense, pero no se ha comprometido a realizar ningún cambio en la forma en la que investiga o informa sobre los "daños colaterales" en las que incurren sus uniformados.
“La mayoría de las 881 reclamaciones por muertes presentadas ante la comandancia de operaciones aliadas fueron rechazadas. Solo una cuarta parte de ellos recibió alguna compensación”.
“La guerra conduce invariablemente a la muerte y la guerra moderna siempre traerá víctimas civiles, pero no informar sobre tales muertes, por mucho que pueda ser una fuente de pesar y horror para los soldados involucrados en los asesinatos y por muy accidentales que hayan sido esas muertes, sería un error. Es omitir las responsabilidades”, señaló Overton.
“Este informe espera brindar algunos detalles sobre los niños a menudo olvidados que murieron en la guerra y, de alguna manera, enviar una advertencia a los futuros políticos de Westminster que podrían considerar enviar tropas a la batalla”, agregó el director de AOAV.
En respuesta a los hallazgos, el director ejecutivo de Ceasefire (Alto el Fuego), Mark Lattimer, advirtió que “a pesar de que los registros militares muestran cientos de casos graves de maltrato a civiles en Afganistán e Irak, los enjuiciamientos del personal de servicio del Reino Unido han sido muy raros”.
En respuesta el informe publicado en Londres por AOAV, el Ministerio de Defensa afirmó que “las Fuerzas Armadas del Reino Unido sirvieron con coraje y profesionalismo en Afganistán y siempre las mantendremos en los más altos estándares” y que la fiscalía del Ministerio de Defensa permanecen abiertos a considerar las denuncias en caso de que salgan a la luz nuevas pruebas, inteligencia o información”.