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Las garitas policiales que sobreviven a anuncios frustrados y tuvieron otra disputa política
Como cabinas de mando arrancadas de transatlánticos y ancladas en esquinas, las casi centenarias garitas policiales envejecen con grafitis sin solución aparente. Las estructuras pensadas para una vigilancia de cercanía soportan el abandono y los proyectos frustrados, y vuelven a la palestra con cierta periodicidad ante nuevas iniciativas que buscan revitalizarlas.
Ese proceso lo encabeza hoy el Municipio CH de Montevideo –las garitas están dispersas en varios departamentos–, enraizado en una propuesta del difunto alcalde Andrés Abt para emprendedores. En coordinación con el Ministerio del Interior y la Agencia de Desarrollo (ANDE), el tercer nivel de gobierno lanzó un llamado para recibir proyectos a desarrollarse en los viejos kioscos en desuso.
Treinta y cinco emprendedores presentaron propuestas, de los que preseleccionaron 15. "Ya tenemos a los tres ganadores", dijo la alcaldesa Matilde Antía a El Observador, quien añadió que las iniciativas –que varían desde puestos gastronómicos hasta locales culturales– quedarán en marcha para 2022. Cada una de las tres garitas en su territorio tendrá a su vez dos suplentes en caso de que el emprendimiento 'titular' fracase.
Al mismo tiempo, los otros dos alcaldes blancos que tiene Montevideo –Juan Pedro López en el Municipio F y Mercedes Ruiz en el E– empezaron las gestiones para replicar la idea en sus jurisdicciones. De allí el estupor de los jerarcas de filas opositoras cuando la intendenta Carolina Cosse informó en una conferencia de Deres este miércoles que le había planteado al ministro Luis Alberto Heber la intención de instalar en las garitas baños públicos para personas que viven en la calle y vendedores ambulantes.
Según supo El Observador, la idea propició un encuentro entre el prosecretario de la comuna, Daniel González, y el director de Convivencia de la cartera, Santiago González. El jerarca de la secretaría de Estado dio a conocer las gestiones con los municipios nacionalistas, y el tema quedó en pausa en tanto se implementaban dichos proyectos. De momento los otros cinco municipios que gobierna el Frente Amplio no forman parte del plan para emprendedores.
La presidenta de la Departamental nacionalista y excandidata a intendenta, Laura Raffo, salió al cruce de Cosse al recordar las propuestas en curso en los tres municipios blancos: "Convertirlas en baños es un pésimo mensaje", escribió en Twitter. Matilde Antía defendió por su parte el "costo cero" que el proyecto para emprendedores implica para los municipios, al tiempo que la idea de la Intendencia de Montevideo (IM) requeriría de inversiones para instalar los baños y generar el saneamiento.
La presidenta del sindicato de la Policía (Sifpom), Patricia Rodríguez, dijo por otro lado que las construcciones "serían un gran aporte para mejorar la salud laboral de los policías", al tiempo que podrían suponer "un baño digno y un techo para cobijarse en recorridas". "Hace tiempo hemos pedido que las dejaran en condiciones para su uso", recordó la sindicalista.
En Montevideo hay 34 garitas policiales, según indicaron desde el Ministerio del Interior. "Algunas las hemos ido desocupando y tienen tapiado, porque entraba gente a dormir y fumar pasta base", señaló Santiago González a El Observador. Todos los kioscos están cerrados y en desuso, salvo uno que está en la rambla y Comercio, cuyas instalaciones albergan a una empresa de seguridad que "cuida" el monumento al coreano –"Greetingman"– frente a la costa del Buceo.
En los mismos puntos se han mantenido desde principios de la década de 1940, erigidas de la mano del joven arquitecto Juan Carlos Costa Lemes, quien se desempeñaba entonces para el Ministerio del Interior del gobierno colorado de Alfredo Baldomir. Sobre las estructuras históricas pesa un grado de protección patrimonial interpuesto por la comuna que llama a su conservación, mejoras en sus condiciones de uso y el mantenimiento de su configuración.
Hijas de la corriente art decó, las garitas están apostadas en esquinas transitadas de todo el país, y no le han escapado al debate. De hecho, el derrumbe de una de ellas en 2016 durante una obra financiada por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto para un puente de Paso del Bote (Tacuarembó) desató tal polémica que obligó a la concesionaria a reconstruirla.
Propuestas no han faltado para los viejos puestos con celdario, aunque nunca llegaron a concretarse. En 2018 el Ministerio del Interior hizo un relevamiento para lanzar un plan de policía de cercanía que nunca se llevó a la práctica. Ese mismo año el concejal blanco del Municipio B, Eduardo Ulloa, planteó la posibilidad de tornar las garitas en oficinas turísticas en territorio. El arquitecto Gabriel Terrasa proyectó el año pasado la recuperación de los kioscos en una muestra artística.
El plan para los tres puestos del Municipio CH va encaminado. En diciembre el tercer nivel de gobierno pintará e iluminará las construcciones. Los emprendimientos se asentarán en ellas el año que viene, por el plazo de un año, con opción a dos.
