La cápside es uno de los componentes principales del virus y posee gran flexibilidad, lo que resulta esencial para el ensamblado de la partícula infecciosa, destacaron los investigadores en la conferencia de prensa realizada ayer de tarde en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
Esa observación no se había logrado con ningún retrovirus, razón por la cual el trabajo fue publicado por la prestigiosa revista internacional Science.
El ministro Tabaré Aguerre destacó la relevancia de este descubrimiento, que contribuye a resolver problemas sanitarios que junto a otros de nutrición comienzan a tener mayor incidencia cuando se encara la producción con una mayor productividad.
Especialmente resaltó que es importante que el país aumente sus exportaciones y que sea competitivo, pero que también es relevante que se construya "ciudadanía y ciencia" al mismo tiempo. Por lo tanto, en un país de base ganadera, construir masa crítica de investigadores, como también sinergias entre las diferentes instituciones vinculadas a la producción, la ciencia y la comercialización, es también importante.
El hallazgo es el resultado de un trabajo desarrollado por el Institut Pasteur de Montevideo, en colaboración con la Facultad de Medicina de la Udelar que logró ese objetivo en base a imágenes de alta resolución.
El equipo fue liderado por los investigadores Gonzalo Obal, Felipe Trajtenberg, Federico Carrión, Lorena Tomé, Nicole Larrieux, Otto Pritsch y Alejandro Buschiazzo.
Técnicas de diagnósticos
Se trata de un trabajo que comenzó hace cuatro años con la participación de varios equipos, explicó Buschiazzo a El Observador en relación a los estudios realizados con los retrovirus –similar al HIV que produce el SIDA en los humanos– y que en este caso es un virus denominado de la leucemia bovina, que ataca a las vacas lecheras. El estudio está referido al material genético que libera el virus señalado y en especial a la proteína que protege ese material.En opinión de Pritsch, uno de los objetivos generales de este trabajo consiste en generar nuevas herramientas que permitan solucionar este problema sanitario. Este virus, conocido por su sigla en inglés BLV, no representa una amenaza para la salud humana.
Según los científicos, se abren ahora posibilidades importantes para avanzar en las técnicas de diagnóstico y su incidencia en el manejo de esta enfermedad en los rodeos, incluso para cumplir con exigencias de la exportación de sanimales.
También es fundamental para lograr nuevos medicamentos antivirales de futura utilidad en leucosis bovina y otras enfermedades causadas por retrovirus.