Los conductores de ambulancias británicos se sumaron a la ola de paros por mejoras salariales

Los paros se registran en un contexto de creciente tensión entre el gobierno conservador del primer ministro Rishi Sunak, que considera “inaceptables” e “inabordables” los reclamos, y los sindicatos, que exigen incrementos salariales que promedian el 15% ante una evolución del índice de precios minoristas que se ubica levemente por encima del 10% anual.

Según reflejan los medios locales, la huelga del personal afectado al servicio de ambulancias puso bajo presión a las autoridades británicas debido a los riesgos que implica para las personas que requieren una atención urgente, medida de fuerza que también afecta el normal funcionamiento de los hospitales, ya que se suspendieron los traslados programados y otros servicios anexos.

El ministro de Salud, Steve Barclay, acusó a los sindicatos de "haber tomado conscientemente la decisión de hacer daño a los pacientes", según refleja el diario conservador The Daily Telegraph. "Es una declaración verdaderamente insultante para el personal de ambulancias y para el personal del NHS”, respondió Rachel Harrison, secretaria general del sindicato que nuclea a los trabajadores.

En respuesta al paro anunciado con varios días de anticipación y luego del fracaso de las negociaciones, las autoridades capacitaron a unos 750 efectivos de las Fuerzas Armadas para reemplazar a los trabajadores. Aun así, el director médico del NHS, Stephen Powis, pidió desde la cadena BBC que la población bebiera alcohol con moderación ante lo que definió como "una jornada muy difícil".

Por su parte, el sindicato aclaró que trabajó en colaboración con las autoridades para garantizar el mantenimiento de los servicios de urgencia para enfermedades mortales, lo que incluye ataques cerebrales y crisis cardíacas. En ese contexto, según reporta la cadena pública de noticias BBC, en muchas ciudades del Reino Unidos se registran piquetes de huelga, en especial en el suroeste de Londres, con pancartas con el lema "Salven el NHS".

“Le corresponde al gobierno poner fin a este conflicto ahora. Al rechazar hablar de salarios con los sindicatos, el gobierno es quien decide continuar el conflicto", aseguró Harrison, según informó la agencia de noticias AFP.

La huelga del personal del servicio de ambulancias se encuadra en una ola de paros que comenzó a principios de diciembre cuando enfermeros, paramédicos, trabajadores del correo, empleados de ferrocarriles, bomberos, choferes del transporte público y profesores universitarios, entre otros, anunciaron medidas de fuerza en procura de recomposiciones salariales que el gobierno rechaza argumentando que podrían impulsar todavía más la inflación, que se ubica en el nivel máximo de las últimas cuatro décadas.

Ayer, las enfermeras retomaron una huelga que habían decidido la semana pasada. Anoche, su sindicato envió un ultimátum al Gobierno dándole dos días para encontrar un acuerdo salarial si quería evitar nuevas huelgas después de Navidad, medidas de fuerza que no tienen precedentes en el sector en el último siglo y que para la población en general se ha convertido en un símbolo del encarecimiento del costo de vida.

Sunak, en tanto, se ha mantenido inflexible, incluso ante los responsables de las comisiones parlamentarias que abogan por la resolución de los conflictos. "Reconozco que es difícil. Es difícil para todo el mundo porque la inflación está donde está", dijo el primer ministro. "La mejor manera de ayudar a todos en el país es que nos pongamos las pilas y reduzcamos la inflación lo antes posible", argumentó.

Sin embargo, según las encuestas, los profesionales del sector sanitario gozan de amplio apoyo entre la población tras haber estado en la primera línea durante la lucha contra el coronavirus. Además, el sector se ve afectado por una austeridad presupuestaria que viene de años y que afecta cada vez con mayor fuerza la calidad del respetado y gratuito sistema público de salud. Según un sondeo del instituto YouGov, dos tercios de los británicos respaldan las huelgas de enfermeras y un 63% la lanzada por el personal de ambulancias.