Pablo Escobar mandó a dejar cuatro hipopótamos –que provenían de Estados Unidos- en su hacienda Nápoles, que no fueron vistos por la Dirección nacional de estupefacientes a la hora de hacer el inventario de bienes luego de la muerte del líder del cartel de Medellín (1949-1993).
Según explicó a El País Carlos Mario Zualaga –director de la Corporación Autónoma Regional de las cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare)- "decomisaron todo lo de Escobar, se llevaron todos sus animales menos esos. Una especie invasora, que entró de forma ilegal al país y que representa un peligro para la biodiversidad colombiana".
Zuluaga sostuvo que hoy en día hay alrededor de 50 hipopótamos, y a la autoridad ambiental le urge quitarlos de ahí. "No son vacas, no podemos acercarnos, son animales salvajes, que están en estado silvestre", dice el director de Cornare.
A su vez, pescadores y agentes de turismo lamentan la presencia de estos animales, ya que consideran que limitan su trabajo.
Las autoridades esperan poder reubicar este año al menos a seis mamíferos en zoológicos de la región. "Son un riesgo para la población ribereña. No podemos esperar a que ocurra una tragedia", insistió Zuluaga.
Si bien la responsabilidad de los hipopótamos es de la oficina de narcotráfico, por pertenecer a Escobar tuvo que intervenir el Consejo de Estado. El organismo estatal contribuyó económicamente en 2013 con 170.000 dólares para esterilizar a cinco de estos animales y contratar biólogos para que los supervisen.
David Echeverry es uno de los biólogos de Cornare que hace el registro del comportamiento de los estos animales por primera vez en el país.
Tras un inconveniente en 2009, en el que le dispararon a uno de los mamíferos, los ecologistas insisten en controlar su caza.
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De igual forma, comen hasta 50 kilos de pasto al día y sus pisadas dañan el territorio.
En setiembre del año pasado, los vecinos del Doradal lo pudieron ver caminando por las calles del pueblo. Muchos registraron ese momento y lo llamaron "la mascota del lugar".
"Los hipopótamos son muy fuertes. No tienen problemas de reproducción, son tolerantes a la hambruna y a la sequía, a cualquier condición climática, en su hábitat natural estarían amenazados por grandes felinos, por cocodrilos, pero acá no son presa de ninguna otra especie. Están libres y con todas las condiciones para reproducirse", indicó Echeverry.
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