Los mamíferos del estado y la sombra de Akhenatón

¿Por qué analogías y no metáforas? La analogía es más dura (es usada, entre otros, por los filósofos analíticos); la metáfora es más poética y, como lo que viene es “angustiante”, no da para ni para andar rozando el romanticismo.

¿Cómo se me ocurre comparar a Akhenatón con Milei? ¿Quién fue este loco rupturista? Akhenatón fue un faraón radical que cambió Egipto por completo y cuyo final nadie puede explicar con seguridad. Es el décimo faraón de la dinastía XVIII, fue uno de los primeros reformadores de los que se tiene constancia y, para que les suene un poco más, es el papá de Tutankamón.

¿Qué hizo Akhenatón para terminar mal?

Fue considerado apóstata y hereje por imponer el monoteísmo en una sociedad que era históricamente politeísta. Además, fue acusado de dejar sin trabajo (y sin poder) a una “casta sacerdotal” enquistada milenariamente en todos los aspectos de la vida política egipcia faraónica.

La idea de Akhenatón fue dramática y revolucionaria: por primera vez en la historia, un faraón quería reemplazar el panteón de los dioses egipcios por uno solo, el creador de todo: el Sol o Atón.

Resumamos: el tipo vino y achicó los “ministerios” religiosos y dejó sin teta a una manga de zánganos vividores. Serían los secretarios del secretario de desarrollo de torcedura de bananas de la jefatura de gabinete de obras públicas del sacerdote Katopodesh (el nombre es en egipcio para que se entienda).

Para los sacerdotes tradicionales [abro analogía]: sindicalistas, políticos, líderes de movimientos sociales millonarios y parte del empresariado argentino actual [cierro analogía] era una catástrofe.

Prácticamente habían gobernado el país y de repente eran descartados. Akhenatón empezó a adquirir funestos enemigos. Los nuevos desocupados del estado egipcio comenzarían a diseñar el regreso de lo que nunca debería haber cambiado. Años viviendo de la sangre de los que morían trabajando al sol abrazador del desierto para ser arrojados a la nada…

“De dos mil a uno y de dieciocho a nueve”

Llega el reformista despeinado y de un plumazo miles de “mamíferos” con cargos políticos deberán ponerse a laburar atendiendo un quiosco o luchando como la mayoría honesta en el día a día.

Secretarías, ministerios y puestos políticos a la calle rebotando en “sapito” con el traste como los monjes de Tebas hace 3500 años.

¿Resistirá mansamente este estrato su desocupación? ¿Terminará bien?

Trece años después de la fundación de su ciudad, Akhenatón murió.

Hay quienes creen que fue envenenado para que su reinado cayera.

La ciudad fue abandonada y más tarde arrasada, borrada de la memoria, junto con el culto a Atón y el mismo Akhenatón, quien por mucho tiempo fue solo recordado por ser, probablemente, el padre de Tutankamón (su sucesor).

No soy alarmista, no imagino un final dramático como el del faraón, pero como se escucha decir en ambientes de desocupados: “A la motosierra se la combate con un serrucho de piso”.

Envenenar la calle, agigantar la grieta social, meter piedrazos y violencia es una posibilidad que angustia a quienes solo sueñan con un país normal.

Apéndice de algunos sacerdotes politeístas argentinos desocupados por la caída de su Dios (les dejo algunos organismos que pagan sueldos superiores a los 500.000 mil pesos mensuales):

- Sacerdote de gestión de espacios y proyectos especiales.

- Sacerdocio nacional de economía creativa.

- Sacerdocio nacional de proyectos estratégicos

- Sacerdote de la Subsecretaría de innovación administrativa de jefatura de gabinete.

- Sacerdote Subsecretario de servicios y país digital.

- Sacerdote de subsecretaría de contenidos públicos.

- Sacerdote de futuro titular de la unidad temporaria “Argentina Futura”.

- Sacerdote de la unidad especial “el Estado en tu barrio”.

¡A rezar!