Los presidentes de Rusia, Turquía e Irán se reunirán mañana en Teherán

El encuentro le dará continuidad a la última ronda de negociaciones sobre la tregua en Siria que tuvo lugar en Nursultán, la capital de Kazajistán, y que concluyó con una declaración conjunta que dejó en suspenso las condiciones para el regreso de los 5,5 millones de refugiados sirios acogidos en los países vecinos.

También estará en el centro del debate el largo conflicto que plantea para Irán y Turquía el separatismo kurdo, en especial el Partido de los Trabajadores Kurdistán (PPK), un grupo armado que Turquía, la Unión Europea, Estados Unidos y el Reino Unido han clasificado como una “organización terrorista” y que, según expresó el Ministerio de Exteriores de Turquía, Ankara continuará combatiendo para proteger las fronteras del país.

Un punto en común entre Irán y Turquía es la preocupación por la proliferación de organizaciones terroristas que operan desde Siria con diferentes denominaciones y amenazan la integridad territorial del país. Una situación especialmente compleja en el noroeste de Siria. Frente a ello, ambos gobiernos se comprometieron en avanzar en una solución política en sintonía con la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).

De la cumbre, organizada por Irán, también será de la partida Putin, quien según la agenda oficial mantendrá una reunión bilateral con su homólogo turco, además de la tripartita que incluirá a ambos jefes de estado y al presidente iraní. Será el segundo viaje de Putin al extranjero desde que Moscú lanzó su ofensiva en Ucrania el 24 de febrero.

Rusia, Turquía e Irán son tres actores principales en la guerra que asola Siria desde 2011. Moscú y Teherán apoyan al régimen de Asad y Ankara a los rebeldes. Los tres países lanzaron en 2017 el llamado proceso de Astana, cuyo objetivo oficial es llevar la paz a Siria. Sin embargo, desde fines de mayo, Turquía amenaza con lanzar una nueva operación militar en el norte de Siria, donde busca crear una "zona de seguridad" de 30 kilómetros en la frontera. Una iniciativa a la que Teherán y Moscú se oponen. De hacerlo, será la tercera operación de Ankara en el norte de Siria, tras las incursiones de 2016 y 2019.

La iniciativa turca apunta a dos localidades: Tal Rifaat y Manbij, ambas bajo el control de las Unidades de Protección Popular (YPG), una milicia kurda que Turquía acusa de estar afiliada al PKK. Días atrás, Mazlum Abdi, el comandante de las Fuerzas Democráticas Sirias dominadas por las YPG que combatieron a los yihadistas del Estado Islámico con el apoyo de Washington, dijo que esperaba que los kurdos "no fueran utilizados como moneda de cambio" en las conversaciones.

Por lo pronto, será la primera vez que Erdogan y Putin se reúnan desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Turquía, miembro de la OTAN, ha intentado mantener el contacto con ambos países, y se ha ofrecido como mediador en varias ocasiones. "Además de la reunión tripartita, también habrá un encuentro bilateral con Erdogan", anunció el Kremlin. Reunión en la que se espera que ambos líderes hablen sobre cómo desbloquear las exportaciones de granos ucranianos.

"Estamos dispuestos a continuar el trabajo en esta dirección. El tema será discutido por los presidentes”, indicó el consejero diplomático del Kremlin Yuri Ushakov, según las agencias de  noticias rusas. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso indicó que un "documento final" sobre la cuestión estará listo en poco tiempo para permitir las exportaciones por el Mar Negro de los 20 millones de toneladas de cereales acopiados en silos ucranianos y, al mismo tiempo, facilitar la salida de granos y fertilizantes desde Rusia.

"El calendario de esta cumbre no fue elegido por casualidad", dijo a la agencia de noticias AFP el analista ruso Vladimir Sotnikov. "Mientras Moscú lleva a cabo su 'operación especial' en Ucrania, Turquía también quiere lanzar una 'operación especial' en Siria. Este será el tema principal de la cumbre". A finales de mayo, Erdogan recordó a Putin que un acuerdo firmado en 2019 entre Ankara y Moscú preveía la creación de una zona "libre de terrorismo" a lo largo de la frontera turco-siria.

Ankara quiere tener "luz verde" de Moscú y Teherán antes de lanzar su ofensiva en Siria, estimó Sinan Ülgen, especialista en Turquía de Carnegie Europa y director del centro de investigación Edam en Estambul. "Esto es importante, porque Turquía quiere utilizar el espacio aéreo en estas zonas controladas por Rusia. Además, Irán también está presente indirectamente en la región a través de las milicias chiítas que controla ", explicó.

Moscú, no obstante, advirtió a principios de junio contra una nueva ofensiva turca en territorio sirio, diciendo que "podría conducir a un peligroso deterioro de la ya difícil situación en Siria". Una postura alineada con la de Irán. "Cualquier acción militar turca en el norte de Siria sería un factor desestabilizador en la región", advirtió el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, a principios de julio, durante una visita a Damasco.

En lo inmediato, los analistas subrayan que con la guerra entre Rusia y Ucrania, han aparecido nuevas divergencias entre Turquía, Irán y Rusia, lo que abre un escenario incierto de cara a la posibilidad de que los tres países coordinen sus puntos de vista para evitar mayores tensiones en una zona por demás caliente.